nations league, final 18 de junio 2023
La final de la Nations League se decidió desde la tanda de penaltis, donde sobresalió la figura del portero español Unai Simón con dos disparos atajados a Croacia. Antes de eso, el partido tuvo todos los condicionantes de una final, cargada de tensión, máxima igualdad entre los dos equipos y pocas ocasiones de gol.
España se impuso en los penales por 5-4, gracias al acierto en los lanzamientos de su jugadores —Dani Carvajal marcó el último gol— y del señalado protagonismo de Simón bajo los palos. Un resultado que llevó a selección española a levantar un título internacional once años después, con la Eurocopa de 2012 ya muy lejos en el recuerdo. Por otro lado, es el primer título para Luis de la Fuente, al que solo le han bastado cuatro partidos en el cargo de seleccionador para conseguirlo.
"No tengo palabras para describir lo que siento por los jugadores. Han dado un ejemplo de profesionalidad y de trabajo", destacó el técnico español. Por su parte, Zlatko Dalic, seleccionador croata, señaló la igualdad de la final: "Ha sido un partido muy duro en el que nos ha faltado generar más ocasiones. Igual pudimos ser más ofensivos".
Croacia-España: Las claves tácticas
Croacia
4-3-3 con extremos abiertos
Zlatko Dalic organizó a su equipo en un 4-3-3, donde el trivote en el mediocampo formado por Mateo Kovacic, Luka Modric y Marcelo Brozovic fue de gran importancia en los momentos con balón. El juego interior de Croacia pasaba por el intercambio constantes de posiciones entre los tres centrocampistas y una fluida circulación de balón. Modric gozaba de mayor libertad en sus movimientos, facilitando las superioridades numéricas en zona de creación.
En los inicios de juego, Croacia trataba de ampliar los espacios interiores, para que cuando Dominik Livakovic tuviera que jugar en largo desde su portería, lo realizara sobre los costados. Modric, nuevamente, era el jugador que realizaba un desmarque de apoyo sobre esa zona de balón (abajo). Justo cuando los extremos croatas ganaban el duelo aéreo en el envío de Livakovic, le hacían llegar el balón a Modric para que el centrocampista organizara y temporizara el ataque de su equipo. De esta manera, Croacia fue capaz de controlar el juego y el tempo del partido.
Extremos y laterales por fuera para salir de presión
En fase ofensiva y zona de creación, los jugadores de la selección croata trataban de llegar a zona de finalización por los carriles exteriores tras atraer a los medios españoles sobre el flanco opuesto, y buscar después cambios de orientación al generar situaciones de dos contra uno ante los laterales españoles, Jesús Navas o Jordi Alba.
Para ello, Kovacic y Brozovic basculaban hacia un sector del campo, acumulando pases en esa zona con el objetivo de atraer a Rodri y a Gavi, forzando así a Álvaro Morata a ocupar ese espacio central y al extremo opuesto de España a cerrar por dentro. De este modo, quedaba libre la vía de penetración por donde el equipo croata podía llegar a zona de finalización para realizar posteriores centros laterales con el extremo y lateral (abajo).
Desmarques interiores
Para superar la presión interior española en zona de creación, el trivote croata en el mediocampo atraía a Rodri sobre la zona de balón, ubicándose Modric en su misma línea para evitar la marca individual de Fabián y más tarde la de Mikel Merino, quien entró en la segunda mitad para ayudar al jugador del City.
Sin embargo, si Rodri saltaba a la presión, se generaba un espacio que podría ser aprovechado por Brozovic. El jugador del Inter realizaba desmarques de ruptura en los que ganaba la espalda de Gavi, quien no cerraba el espacio generado entre él y uno de los pivotes de España. Este déficit en la estructura de España habilitaba a Croacia una opción para llegar a zona de finalización en ventaja posicional y numérica (abajo).
Espacios entre centrales
Los atacantes croatas realizaron movimientos ofensivos con gran intención táctica sobre la línea defensiva de España. En los momentos en que Kovacic recibía en campo propio y lograba girarse, orientaba el juego hacia uno de los carriles exteriores. Si la última línea defensiva de España apretaba a los delanteros croatas, el extremo del carril cercano al balón realizaba un desmarque de apoyo, el punta de Croacia se abría y atraía al central sobre el espacio que le generaba su compañero.
En ese momento, Modric o también en algunas ocasiones Brozovic, intentaba penetrar sobre el espacio que se generaba entre los centrales de España para recibir un balón directo. De esta manera, los atacantes croatas conseguían aprovechar los espacios a la espalda de los centrales (abajo). Sin embargo, la velocidad empleada por el equipo croata no les hizo obtener los resultados esperados, ya que el repliegue español fue rápido y organizado sobre la zona de finalización.
España
4-2-3-1 en bloque medio
Luis de la Fuente ubicó a España en un bloque medio sobre un 4-2-3-1 sin balón, con una primera presión adelantada en el inicio de juego de Croacia con el objetivo de evitar en todo momento el juego interior de sus tres medios: Kovacic, Modric y Brozovic. En todo momento, la intención de España sin balón era minimizar los espacios entre rivales cercanos en campo rival.
Si esa primera presión no funcionaba, España replegaba, pero mantenía la intención de evitar la participación de Modric para que no pudiera jugar de cara con sus compañeros, obligándole al mediapunta de Croacia a realizar pases hacia atrás o llevar el balón sobre los carrileros o laterales (abajo). En las zonas por fuera, Jordi Alba y Navas se mostraron agresivos en los duelos individuales. En caso de recuperar el balón en esos duelos, Morata gozaba de espacios a la espalda de los centrales para estirar al dispositivo defensivo de Croacia, generando a su vez opciones interiores favorables para las transiciones de España.
Destacó también el trabajo defensivo del doble pivote Rodri-Fabián, sobre todo en la primera parte. Un trabajo basado en su movilidad, acoso sobre los posibles receptores interiores y desdoblamientos defensivos.
Presión adelantada
España fraccionó a su dispositivo en dos bloques: 1-4 y 4-1. El primer bloque, más adelantado, realizaba la señalada presión inicial cerrando el pasillo interior de Croacia. Los movimientos del primer dispositivo evitaban los pases entre los centrales y los pivotes de Croacia, con la ayuda siempre del extremo cercano al balón, jugador encargado de saltar a la presión sobre el central de Croacia. Mientras tanto, Morata y Gavi vigilaban a los pivotes rivales y Rodri se mantenía en la retaguardia realizando coberturas tácticas.
Cuando un central croata recibía el balón, Morata cerraba la línea de pase con el otro central y disuadía también el posible apoyo sobre Livakovic, forzando al central croata con balón a jugar por dentro, tras haber saltado el extremo de su sector. Justo en ese momento, Gavi acosaba al pivote receptor para que no pudiera girarse (abajo). De ese modo llegó una de las ocasiones más claras de España en el partido, con un disparo de Gavi finalmente desviado.
El segundo bloque, estuvo formado por un pivote (Fabián o Rodri) cerca de Modric y la línea defensiva fijando a los tres atacantes croatas que trataban de estirar al dispositivo español.
Rodri, el eje del juego de España
Rodri fue el jugador que más desequilibro generó con balón a través de pases verticales sobre el dispositivo defensivo de Croacia. En fase ofensiva se identificaba constantemente como hombre libre (abajo), llegando a los espacios que le generaba su compañero de línea, Fabian, en campo propio.
Rodri también destacó en las vigilancias ofensivas sobre los jugadores croatas, una situación que el jugador del City domina a la perfección. Se ajustó tanto para el robo del balón como para dar continuidad al juego de su equipo. Todo eso lo convirtió en el eje del juego de España, para ser elegido también como MVP de la final.
Sin velocidad
Tras hacerse con el balón, España no logró activar de manera rápida y efectiva la transición ofensiva directa. Así se desaprovecharon numerosas oportunidades para exponer a la ultima linea defensiva rival a situaciones de incertidumbre. Una tónica que tampoco varió con la entrada de Ansu Fati y Joselu en la prórroga, con contraataques de España demasiado lentos y sin desmarques de ruptura. Condiciones que facilitaron el retorno y la reorganizacion de Croacia sobre la zona del balón.
El combinado croata generó superioridades númericas y posicionales sobre las opciones ofensivas de España (abajo). Una situación que impidió al equipo de De la Fuente aprovechar los espacios e intervalos para llevar con claridad a zona de finalización.
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