luis de la fuente
Seleccionador de España, 2022-Presente
España decidió iniciar una nueva etapa después del Mundial de Qatar 2022, donde cayó en octavos de final ante Marruecos en la tanda de penaltis. Eso significó el relevo en el cargo del seleccionador, pasando Luis de la Fuente a encargarse del puesto.
De la Fuente representa un perfil muy diferente al de Luis Enrique (seleccionador de España, 2014-2017 y 2018-2022). Su carrera como técnico se ha desarrollado principalmente a nivel federativo en la dirección de las selecciones inferiores de España, logrando el campeonato de Europa Sub-19 y Sub-21, y el subcampeonato en los Juegos Olímpicos de Tokyo.
En The Coaches’ Voice analizamos los principales rasgos tácticos del seleccionador español a través de sus anteriores equipos, para conocer cuál puede ser su propuesta en la absoluta de España.
Estilo de juego
Los equipos de De la Fuente mantienen una seña de identidad muy clara en ataque: la posesión de balón. Así fue primero en la Sub-19, en la que la estructura era un 4-2-3-1. Allí existía acumulación de jugadores en primera línea. Bien fuera por medio de los laterales (Aaron Martín y Adrián Marín) que daban apoyo, o con uno de los mediocentros (Mikel Merino o Rodri) posicionado por dentro o por fuera de los centrales (Jorge Meré y Jesús Vallejo). Una disposición que empujaba al rival a su propio campo a base de cambios de orientación.
Ya en campo contrario, los movimientos de los jugadores de banda —también en ocasiones del mediapunta— generaban los espacios para que aparecieran los laterales en esas zonas. Mientras, el delantero (Borja Mayoral) estiraba la línea defensiva rival para habilitar espacios por dentro para sus compañeros.
Dani Ceballos tuvo un rol destacado como mediapunta, tanto para pedir el balón entre líneas como para salir de su zona y distribuir como mediocentro. Las intervenciones del jugador del Real Madrid en la progresión del juego fueron determinantes en la Sub-19 para encontrar compañeros por dentro o para facilitar un último pase (arriba). En ocasiones, Ceballos también optaba por buscar él mismo un disparo a puerta.
El 4-2-3-1 también fue utilizado en la Sub-21, dando continuidad a la estructura que se vio en la Sub-19. Es decir, la movilidad de los mediocentros (Marc Roca y Fabián Ruiz) por delante y por detrás de la línea de medios; los desdoblamientos de los mediocentros con Ceballos; la ocupación de los carriles de banda por parte de los laterales (Junior Firpo y Martín) cuando los mediapuntas (Ceballos, Pablo Fornals o Dani Olmo) apoyaban tanto por dentro como entre líneas y la progresión en torno al balón con prácticamente todos los jugadores para romper al espacio en el momento oportuno, ya fuera con los laterales o los jugadores de la línea de 3.
Por otro lado, aunque el dibujo de partida en ataque era un 4-2-3-1, tanto en la Sub-19 como en la Sub-21, en los dos primeros tercios de campo la estructura pasaba más a ser un 4-3-3.
Un 4-3-3 con un mediocentro y dos interiores que se encargaban de superar la primera línea de presión rival, siempre con los laterales cerca de esa zona de salida. Sin la figura de un mediapunta, los interiores tomaban entonces posiciones más entre líneas, dejando un solo pivote en mediocampo (abajo).
Luis de la Fuente también optó en la Sub-19 y Sub-21 por jugar con centrales de gran capacidad para atraer rivales y filtrar pases. Esto facilitaba llevar más atrás al rival y ejecutar un juego de posición más favorable para la conexión con los jugadores determinantes a la espalda de los medios rivales.
Sin balón
Al igual que en su disposición con balón, los equipos de Luis de la Fuente también mantienen una característica principal en su defensa: robar en campo contrario. De este modo, la defensa posicional es una situación que se da poco. Como también son pocas las ocasiones en las que concede espacio al rival por delante y defendiendo en bloque cerca del área.
En la organización defensiva de la Sub-19, el equipo partía principalmente de un 4-2-3-1 que se convertía, en las pocas ocasiones en las que el rival le sometía, en un 4-4-1-1. Esto hacía que los jugadores de la línea de 3 se ubicaran a los lados de los mediocentros, Rodri y Mikel Merino. Esta disposición generaba un bloque compacto.
Por delante, el punta (Borja Mayoral) y Ceballos, en su labor de mediapunta por dentro, se encargaban de que los mediocentros rivales no recibieran y se favoreciera la presión en los carriles laterales. Mayoral y Ceballos tenían distintas tareas en la presión. Así, mientras el primero se encargaba de orientar a los centrales hacia fuera, el segundo defendía al jugador rival que entraba en su zona (abajo).
La Sub-21 supuso la continuidad de un 4-2-3-1 y de toda la organización defensiva en torno a este dibujo como referencia. De ese modo, el 4-2-3-1 de inicio en fase defensiva derivaba hacia un 4-1-4-1. Dibujo este último en el que se mantenía la dinámica de presionar hacia delante en todo el campo ante rivales que querían progresar.
A nivel general, la organización defensiva de las selecciones Sub-19 y Sub-21 mostraron patrones similares. Entre ellos destacaba la estructura de progresar en torno a la pelota para robar tras pérdida y asumir riesgos en los contraataques rivales. Esto con solo dos centrales atrás, quienes estaban protegidos por el mediocentro (Marc Roca) y el lateral más cercano (Andrés Martín).
En los equipos de Luis de la Fuente, permanecer tanto tiempo en campo contrario otorga vital importancia al posicionamiento de los laterales —a la altura de los medios— y los centrales en previsión de posibles pérdidas de balón. No obstante, la creación de juego con una línea de 4 más 2 mediocentros favorece la recuperación y evita contraataques rivales (arriba).
Sin embargo, si los equipos de De la Fuente no logran recuperar, la posición tan adelantada de los laterales en campo contrario y los desdoblamientos de los mediocentros y el mediapunta desprotegen a los centrales. Aspecto peligroso con tanto espacio a la espalda de la línea defensiva.
Ese era el punto débil las selecciones Sub-19 y Sub-21. Una pérdida de balón y no poder recuperar rápido podía provocar una ocasión del rival. Esto obligaba tanto los laterales como a los medios a replegarse lo antes posible (abajo).
La línea continuista de De la Fuente en todos sus equipos hace pensar que la Selección absoluta mantendrá los principales rasgos señalados: dominador de la posesión y atrevido en la presión alta.
Un aspecto también influido porque muchos de los jugadores de su primera convocatoria (Iñigo Martínez, Nacho, José Luis Gayà, Zubimendi, Mikel Merino, Rodri, Fabián, Dani Olmo, Mikel Oyazarbal, Dani Ceballos o Álvaro Morata) ya los tuvo en las inferiores y, por lo tanto, conocen bien su modelo.
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Redacción: Héctor García