CHRISTOPHE GALTIER
Paris Saint-Germain, 2022-2023
Christophe Galtier ha ido escalando peldaños hasta llegar a lo más alto del fútbol francés. Después de una carrera de jugador bastante discreta, en 2009 ocupó su primer cargo de entrenador en el Saint-Étienne, un equipo que se encontraba en la parte baja de la tabla y al que salvó del descenso. Galtier rápidamente dio un giro a la situación del club y lo convirtió en uno de los mejores equipos de la Ligue 1 por un período de siete años más.
Su mayor logro, no obstante, se produjo en el Lille. En su primer año aseguró la permanencia para después llevarlo al segundo puesto en la tabla en su primera temporada completa en el cargo. Un trabajo que, a continuación, se tradujo en la conquista de un improbable título de liga. Allí superó a su nuevo club, el París Saint-Germain, gran dominador del campeonato galo en los últimos años. Con casi toda probabilidad, fue este éxito el que convenció al PSG para contratarlo en sustitución de Mauricio Pochettino.
En París, Galtier tenía la misión de poner fin a la espera del club parisino por conseguir la ansiada gloria en la Liga de Campeones. "Estoy encantado de unirme al París Saint-Germain. Me gustaría agradecer al presidente y al club su confianza en mí", dijo tras su nombramiento, con un contrato de dos años, en julio de 2022. "Soy plenamente consciente de las responsabilidades que implica entrenar a este extraordinario equipo, que posee una de las plantillas más competitivas y espectaculares de Europa. Me centraré en la ambición, el trabajo duro y en aprovechar al máximo el potencial del equipo".
Estilo de juego:
A lo largo de su etapa en el Saint-Étienne, pero sobre todo en sus últimos años, el éxito de Galtier se basó en sólidos cimientos defensivos. Mucho más que en un fútbol ofensivo fluido. En la temporada 2015/16, por ejemplo, el Saint-Étienne sólo marcó 42 goles en 38 partidos y terminó sexto. Ocho de los 14 equipos que terminaron por debajo de su equipo esa temporada marcaron más goles. En su siguiente -y última- temporada, fueron 41 goles a lo largo de la temporada y aun así terminó octavo.
En esas campañas al frente del Saint-Étienne, utilizaba un 4-3-3 con un solo pivote, mutando a un 4-2-3-1 si quería la seguridad de tener dos mediocampistas de contención. Gran parte del juego ofensivo del equipo se basaba en los movimientos e intercambio de posiciones de los laterales y los extremos. Cuando el extremo se quedaba alto y en amplitud, el lateral era más conservador. Esto permitía carreras agresivas desde el centro del mediocampo, a través de los pasillos interiores a cargo del mediapunta y de los dos centrocampistas centrales en el 4-2-3-1, como también utilizando los dos interiores en el 4-3-3.
Los centros desde banda eran una parte importante del juego ofensivo, especialmente en la 2015/16. Benoît Assou-Ekotto y Kévin Monnet-Paquet eran claves para mantener la amplitud en la izquierda (arriba) y Kévin Théophile-Catherine y Romain Hamouma en la banda derecha. En la temporada siguiente, el Saint-Étienne desarrolló menos el juego por bandas. Allí optó por un centrocampista más retrasado replegándose a menudo atrás para ayudar a la línea de fondo y a construir por las zonas centrales de forma más consistente.
Adaptación del 4-2-3-1 en el Lille
Galtier utilizó un doble pivote en un 4-2-3-1 en sus dos primeras temporadas completas en el Lille. Más tarde, esa formación se adaptó a una estructura 4-4-2 que finalmente lo llevó a ganar el título en 2020/21. Este dibujo se construyó en torno a la pareja de delanteros centro formada por Jonathan David y Burak Yilmaz. Entre los dos, marcaron 29 goles en la campaña del título. Fue en este éxito donde Galtier demostró realmente su versatilidad táctica.
A diferencia del Saint-Étienne, el Lille era un equipo menos pronunciado en el juego de centros de las bandas. En lugar de ello, basaba gran parte de su juego ofensivo en combinaciones por el centro, incisivos balones en profundidad y carreras a espaldas de la defensa rival. Yilmaz, que ya tenía 35 años al principio de la temporada, buscaba participar como enlace con el mediocampo. David, en cambio, se encargaba de las carreras a la espalda de los rivales (arriba). Estos movimientos opuestos eran muy eficaces para hacer separar a los centrales rivales.
Por su parte, los extremos Jonathan Bamba y –cuando era alineado– Jonathan Ikoné, buscaban atacar más la espalda de la defensa rival. Ambos jugadores buscaban desdoblarse a través de la defensa para intentar acercarse a David, con el objetivo de aumentar la densidad central en ataque.
En el doble pivote, Galtier tenía para escoger entre Renato Sanches, Benjamin André, Boubakary Soumaré o Xeka. A uno de estos jugadores siempre se le animaba a acercarse a Yilmaz. Esto, mientras el otro jugador del doble pivote buscaba enviar balones en profundidad y pases aéreos para los jugadores que llegaban en carrera por dentro desde la segunda línea.
Cuando Luiz Araújo jugaba por la derecha, le gustaba incursionar por dentro o mantener su posición en lugar de hacer carreras a espaldas de la defensa. Esto añadía un jugador adicional en el centro del campo ante rivales con un mediocampo de tres unidades. A pesar de tener menos efectivos que proporcionaban una amenaza en ataques al espacio, el posicionamiento de Araújo ayudaba al Lille a conectar con la línea de ataque.
Como resultado de eso, a menudo el dibujo se adaptaba a un 4-2-2-2. Con Araújo moviéndose cerca del replegado Yilmaz por delante del doble pivote, y David como único delantero por el extremo del lado opuesto. Los adversarios tuvieron siempre dificultades para hacer frente a estos intercambios de posiciones y a la amenaza central del Lille. Incluso cuando el equipo de Galtier marcó la relativamente modesta cifra de 64 goles al ganar el título.
Seguir con el 4-4-2 en el Niza
Galtier pasó la temporada 2021/22 en el Niza antes de su reciente fichaje por el PSG. Terminó la campaña en el quinto puesto de la tabla y como subcampeón de la Copa de Francia. Aquí mantuvo la estructura de 4-4-2 que había utilizado en el Lille. El extremo izquierdo Justin Kluivert proporcionaba carreras en profundidad similares alrededor y por delante de la pareja de delanteros centrales (arriba). Amine Gouiri, Andy Delort y Kasper Dolberg actuaban como punta, con uno de los dos siempre en el centro para dividir a los centrales rivales.
El Niza fue el segundo equipo que más centros realizó en la Ligue 1 en la única temporada que estuvo Galtier al mando. Kluivert mantenía a veces la amplitud en la banda izquierda, apoyado por un lateral izquierdo con vocación ofensiva, Melvin Bard. Sin embargo, con uno de los delanteros centro -generalmente Delort- a menudo desplazándose hacia afuera después de replegarse, el equipo de Galtier también generaba amplitud por la derecha.
De ese modo, el equipo creaba una opción adicional para central el balón tras un intercambio de posición con el centrocampista del lado derecho. Al mantener el otro delantero centro su posición, el Niza seguía teniendo presencia en el área. Al mismo tiempo, se animaba a un centrocampista central y al extremo del lado opuesto a sumarse también a los ataques.
Fase defensiva y presión:
Bajo la batuta de Galtier, como hemos señalado, el Saint-Étienne no marcó muchos goles, pero se mostró muy sólido en defensa, siendo el tercer equipo menos goleado de la Ligue 1 en la 2015/16 o el sexto menos goleado en la 2016/17. Sin el balón, el equipo se instalaba en un bloque medio o bajo, con los dos laterales trabajando mucho en las transiciones defensivas para volver a tener una estructura defensiva compacta lo antes posible.
Las combinaciones en los flancos fueron la clave del juego ofensivo del Saint-Étienne. El hecho de que sus jugadores de banda se mantuvieran cerca unos de otros, en su dibujo defensivo, significaba que eran más efectivos en la transición. Además, la profundidad de los extremos permitía a los laterales estrecharse por dentro para formar una línea defensiva muy compacta (abajo).
El Saint-Étienne buscaba forzar a su rival a jugar hacia fuera, dejando que el juego avanzara por la parte alta del campo y confiando en la compacidad de su zaga para proteger la zona cercana a la portería y lidiar con centros y recortes. Si era necesario, un jugador del doble pivote o el interior cerca del balón realizaban el balance defensivo para intentar bloquear el juego y evitar que el rival volviera a reiniciar la jugada por dentro.
En el Lille, el equipo mantuvo su dibujo 4-4-2 en los momentos sin balón. Sin embargo, la unidad del mediocampo se defendía de forma ligeramente diferente, ya que Galtier utilizó un bloque medio. Los laterales se colocaban en posiciones muy estrechas, sobre todo cuando el balón estaba en el lado opuesto. Esto suponía dos líneas compactas de cuatro (abajo), frente a la única que tenía el Saint-Étienne.
No obstante, en esa estructura, los laterales eran más propensos a salir para participar en las zonas exteriores. En este caso, los centrales, José Fonte y Sven Botman, fueron mucho más proactivos a la hora de salir de su posición para salir a presionar.
Los mediocentros priorizaban la protección de las zonas centrales, cubriendo el espacio delante de los centrales, pero también haciendo carreras de recuperación hacia la línea de fondo cuando los laterales salían a presionar el balón. Como resultado, los centrocampistas de banda se estrechaban aún más, y se situaban en posiciones centrales más peligrosas desde donde lanzar ataques. El dibujo 4-2-2-2 en las transiciones fue un arma de contraataque muy eficaz en el Lille de Galtier que ganó el título.
El esquema defensivo de su Niza solía ser un 4-4-1-1, con una división más marcada en la línea de ataque (arriba). El delantero centro ligeramente replegado ayudaba en las transiciones, actuando como enlace clave para que los jugadores de banda y los laterales del Niza encontraran su primer pase hacia delante. Mientras, el posicionamiento más del delantero más atrasado también hacía que uno de los dos mediocentros pudiese bajar para cubrir los espacios entre las líneas, lo que se traducía en una mayor seguridad por delante y entre los dos defensas centrales.
Galtier se enfrentaba a un nuevo reto al frente de una plantilla repleta de estrellas en el PSG. Sin embargo, en su carrera ha demostrado su versatilidad y habilidad como entrenador en equipos tan diferentes como el Saint-Étienne, el Lille o el Niza. Era fascinante esperar como el entrenador francés intentaba encajar todas las estrellas en ataque que tiene sin perder el equilibrio que caracterizan a sus equipos (abajo, diagrama con el posible once del PSG). En la Liga de Campeones, sin embargo, no pasó de los octavos de final.
Así es como se juzga a los entrenadores del PSG, y es en lo que todos sus predecesores también fracasaron. Aquello marcó el final de su ciclo en la capital francesa.