Néstor Lorenzo
Colombia, 2022-Presente
Colombia es un equipo muy sólido desde la llegada de Néstor Lorenzo al cargo el 14 de junio de 2022. La prueba de ellos son sus números en los primeros 20 partidos, con 15 victorias y cinco empates. Es decir, nadie ha sido capaz de ganar a Colombia durante dos años. Un titular categórico, como también, por ejemplo, las victorias ante Alemania (2-0), un 2-1 a Brasil en clasificatorio para el Mundial 2026 o el 1-0 a España, en un partido celebrado en el estadio de Olímpico de Londres en marzo de 2024.
Las buenas estadísticas y juego de la selección de Néstor Lorenzo están fundamentados sobre un gran trabajo colectivo y talento individual, como el de Luis Díaz, jugador franquicia en la selección 'cafetera'. Seguramente en esta buena dinámica de resultados también influye la alta experiencia del técnico argentino en el fútbol colombiano, y es que ejerció como segundo de la selección de Colombia de 2012 a 2018.
“Con Colombia quiero todo, quiero soñar. Quiero que sueñen los jugadores, que sueñe la gente. Creo que hay un grupo humano espectacular, que cada vez queremos solidificar en todo, en el juego, en el carácter, en la ilusión. Quiero todo. Si me conformo, no puedo estar acá”, señaló Lorenzo a finales de 2023 en 'Cumbre Fútbol', un evento celebrado en Bogotá.
Las expectativas de Colombia de la mano de Lorenzo son muy altas, como ya demostró en la Copa América 2024 con una brillante actuación que la llevó hasta la final. A continuación, nuestros entrenadores expertos analizan cinco de las claves tácticas de Nestor Lorenzo al frente de la selección de Colombia.
4-2-3-1: sistema base, pero flexible
Colombia juega bajo un 4-2-3-1 como sistema principal, pero con variables tanto en fase ofensiva como defensiva. Sobre todo, presentes, ante rivales de máxima exigencia, con el objetivo de alcanzar el equilibrio ataque-defensa.
Una de las variables más habituales consiste en hacer descender a los extremos para formar en un 5-3-2, con dos carrileros acompañados por tres centrales que generan superioridades. Colombia también se dispone en muchas ocasiones con los interiores agrupados junto al pivote, para dibujar de ese modo un 4-3-1-2 (abajo).
En los momentos ofensivos, James Rodríguez se posiciona como mediapunta (abajo), con Richard Ríos, Jefferson Lerma, Mateus Uribe o Jhon Arias por detrás de él para ocupar y dominar el carril central. Bajo esta disposición, Colombia muestra un estilo de juego proactivo a la hora de recuperar la posesión del balón, construyendo superioridades numéricas sobre la zona de juego y el poseedor el balón. Asimismo, el 4-2-3-1, en caso de pérdida, impide la posible transición en ataque del rival, forzándolo a jugar hacia atrás.
Dentro del habitual 4-2-3-1, cabe señalar que Colombia es también flexible en sus estructuras defensivas. En ocasiones, la zaga puede formar sobre un 3-1-2 para evitar las situaciones de 1x1 de los laterales ante los extremos rivales (como ocurrió ante Brasil, con Vinícius Júnior y Raphinha, en un partido que Colombia ganó 3-2). Para eso, los centrales Mateus Uribe y Jorge Andrés Carrascal realizan ayudas defensivas a los laterales Daniel Muñoz y Machado, además de las vigilancias del central del lado más cercano al balón, en el caso de que el extremo rival se acerque a la acción de juego.
Atraer para atacar rápido
En fase de posesión, la Colombia de Néstor Lorenzo busca dominar el juego y generar ocasiones de gol a través de la presión alta, el juego vertical y la creatividad de sus jugadores a partir de la zona de mediocampo.
Mientras, en la combinación entre sus jugadores, busca tener el control del balón mediante pases cortos precisos, con el objetivo de atraer al dispositivo defensivo rival. En este circuito de pases en corto, Colombia realiza triangulaciones entre los mediocentros, mediapunta y delanteros para, posteriormente, llevar el balón a los carriles exteriores.
James Rodríguez ejerce como pieza principal en ese objetivo de atraer al rival mediante la posesión de balón. Para ello, el mediapunta genera líneas de pase en sus desmarques de apoyo sobre el carril central. Mientras, Arias acompaña con un movimiento similar que habilita el carril exterior izquierdo. Allí aparece el lateral para llegar a zona de finalización por fuera (abajo).
Con ese mecanismo en la salida de balón, Colombia supera a dispositivos defensivos que se ubican en bloque medio y agresivos en la presión.
Amplitud y desborde por las bandas
Colombia es una selección en la que los extremos son fundamentales en el ataque, generando estos jugadores desbordes, centros y diagonales para los delanteros. De ese modo, Néstor Lorenzo busca amplitud y profundidad en la ofensiva para romper las defensas rivales por los carriles exteriores y tras generar espacios relevantes en la última línea defensiva rival (abajo).
Ese protagonismo de los extremos hace de Colombia una selección que busca un juego rápido, vertical y versátil en campo rival, evitando ralentizar el juego con excesivo pases y toques innecesarios.
Los pases largos y en profundidad también son importantes en su ofensiva para sorprender a las defensas contrarias. Díaz, Arias, Roger Martínez y Borré son jugadores que saben aprovechar sus virtudes sobre los carriles exteriores en situaciones de 1x1. También generan desmarques de ruptura en profundidad y conducciones de balón para llevar el balón a zona de remate, con la aparición de los posibles jugadores de segunda línea (abajo).
Dinamismo ofensivo
El poder ofensivo de la Colombia de Néstor Lorenzo, y su capacidad de hacer circular el balón no se entendería sin el dinamismo de sus jugadores en ataque. De ese modo, los de Lorenzo intercambian sus posiciones constantemente para sorprender al rival y aprovechar mejor los espacios que aparecen. De ese modo, genera situaciones de ventaja en superioridad para finalizar la jugada después de atacar el espacio generado.
Generalmente, el extremo y tras recibir por fuera, conduce el balón hacia dentro, donde está el espacio libre generado por Rodriguez, Jefferson Lerma y Ríos, para asociarse con ellos y seguir de ese modo progresando por el carril interior (abajo).
Ya cerca de la frontal del área rival, Arias se asocia con un pivote descolgado en profundidad como Lerma, quien ha atraído previamente con su movimiento a los defensores rivales para habilitar, a su vez, el espacio libre a Ríos. Al otro lado, la zona de remate es ocupada por el extremo contrario (abajo).
De igual modo, en zona central, los extremos, Díaz y Arias, y Rodríguez, intercambian posiciones entre sí para generar confusión en la defensa rival y generar nuevas líneas de pase. La movilidad de estos tres jugadores de alta calidad es fluida y constante. Así moldean sus acciones a los espacios libres que genera el rival, pero con un claro objetivo: llegar rápido y por fuera a portería rival.
La Colombia de Nésto rLorenzo realiza una presión en bloque alto e intensa tras la pérdida del balón. Buscando así recuperarlo lo antes posible cerca del área rival para realizar contraataques rápidos. Habitualmente, los contragolpes se realizan con la participación de pocos jugadores y un juego directo, es decir, con pocos toques, para finalizar la jugada.
Después de la pérdida del balón, todos los jugadores se activan para presionar al rival de forma inmediata e intensa. Así le cierran los espacios en la salida y le obligan a cometer errores. La presión alta de Colombia implica una coordinación y sincronización entre todos los jugadores que forman el dispositivo defensivo (abajo).
Una vez orientado el juego del rival hacia fuera, Díaz es uno de los principales defensores para recuperar el balón de manera directa, o indirecta. Así logra forzar el error del jugador que realiza el último pase. En ese momento, el pivote Castaño persigue a la punta rival en apoyo. Esto, con el salto del lateral más cercano a la jugada sobre el extremo. Mientras tanto, el otro pivote ejerce el balance defensivo para cerrar líneas de pases interiores (abajo).
En la cobertura defensiva, Colombia forma una línea de tres. Aquí va el mediapunta cerrando el lado opuesto, junto con Arias y los dos pivotes, Ríos y Lerma.
Si la pérdida del balón de Colombia se produce en mediocampo, la primera intención de los de Néstor Lorenzo es realizar una falta táctica por el jugador más cercano a la zona de pérdida. Aquí son los pivotes los encargados de equilibrar la última línea defensiva si uno de los laterales o carrileros está en profundidad.
Si no consiguen realizar esa falta táctica, los de Néstor Lorenzo tienden a realizar un repliegue cercano a su área. Esto mientras van temporizando y orientado al poseedor del balón rival hacia fuera hasta poder conseguir reorganizarse en defensa.
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