¿Qué es el intercambio de posiciones?
Los intercambios de posiciones (denominadas rotaciones en inglés) son movimientos sincronizados en los que participan al menos dos jugadores de un equipo en posesión del balón. Generalmente, los futbolistas que hacen el intercambio de posición se desplazan a espacios normalmente ocupados por un compañero en otra ubicación, con el objetivo de recibir el balón en el espacio o desestructurar el orden defensivo del adversario.
Cuando se ejecutan correctamente, ¿cómo utilizan los entrenadores el intercambio de posiciones?
El intercambio de posiciones se utiliza para que los jugadores tengan el balón en zonas que ayuden al equipo a progresar. Los movimientos se realizan de manera que jugadores individualmente puedan deshacerse de sus marcadores y, cuando un movimiento se combina con el de un compañero, haya más posibilidades de desbaratar la estructura del equipo contrario.
El intercambio de posiciones puede ser especialmente eficaz contra un sistema de marcaje individual. Esto debido a que determinados defensas pueden verse arrastrados a zonas en las que no pueden proteger su propia portería. También es más probable que ayude a un jugador del equipo en posesión del balón a encontrar espacio para recibir.
Los entrenadores pueden utilizar los intercambios de posiciones para ayudar a su equipo a atacar zonas clave del campo en las que consideran que sus rivales son vulnerables. De igual modo, los intercambios pueden ayudar a sacar a jugadores clave de zonas específicas del campo y a llevar a sus jugadores más peligrosos a zonas donde puedan amenazar la portería contraria.
Los técnicos también pueden configurar su equipo para utilizar intercambios de posiciones que otorguen a determinados jugadores funciones diferentes en ataque y en defensa. Por ejemplo, un lateral que forma parte de la línea defensiva en los momentos sin balón podría jugar muy arriba cuando ataca como resultado de un intercambio planificado de antemano por la banda.
¿Qué intercambio de posiciones es más frecuente? ¿Qué posiciones rotan con más frecuencia?
Los movimientos opuestos son los más comunes y sencillos, en los que dos jugadores intercambian sus posiciones. Este tipo de intercambio suele utilizarse en espacios intermedios, en el centro del campo o en ataque. Un ejemplo sería un delantero centro que se descuelga para recibir y un compañero más profundo que avanza por delante del delantero (arriba).
Otro intercambio habitual consiste en que un extremo se desplace hacia el interior, el lateral haga una carrera de desdoblamiento y un interior caiga a la banda en la cobertura del lateral que avanza (como muestran Luis Díaz, Andy Robertson y Jordan Henderson en la imagen superior). Esto es especialmente frecuente en los equipos que utilizan un esquema 4-2-3-1 o 4-3-3.
Los jugadores que forman parte de la línea de medios pueden intentar deshacerse de sus oponentes directos intercambiando posiciones (abajo). Esto resulta especialmente útil cuando un equipo se enfrenta a un rival con el mismo número de jugadores en el centro del campo. Una línea de centrocampistas que hace intercambios con fluidez puede ayudar a un equipo a construir desde la salida y hacer progresar el juego hasta el último tercio de campo.
El intercambio de posiciones con el tercer hombre también es muy común y puede realizarse en cualquier parte del campo. Este intercambio suele implicar a tres jugadores y termina con un movimiento en profundidad sin balón para recibir por detrás de una línea o unidad contraria.
¿Cuáles son las ventajas del intercambio de posiciones?
Cuando se hace bien, el intercambio de posiciones es muy difícil de seguir y de defender. Si los movimientos están bien coordinados —ya sean planeados de antemano o improvisados— pueden dar a un equipo una ventaja enorme y muy inmediata. Un entrenador puede trabajar para colocar a determinados jugadores en un lugar específico con un intercambio planificado de antemano. Pero entrenar los intercambios de posiciones en general ayudará a los jugadores a aprender a adaptarse y a resolver problemas en el partido. Los intercambios de posiciones improvisados son aún más difíciles de afrontar para el rival.
Una ventaja significativa de los intercambios es que pueden ser realizados por cualquier grupo de jugadores en cualquier posición y en cualquier formación. También pueden evolucionar durante un partido. Pueden diseñarse para enfrentarse a un determinado jugador o un equipo concretos, o para sacar el máximo partido de un punto fuerte específico del propio equipo.
¿Cuáles son las desventajas del intercambio de posiciones?
Los intercambios de posiciones pueden ser complejos y difíciles de entender, sobre todo en términos de sincronización. También es importante que los jugadores comprendan por qué se intentan hacer. Si no se realizan con eficacia, ofrecen pocas posibilidades de hacer progresar el juego, desordenar la estructura del adversario o crear ocasiones. de gol. Los intercambios de posiciones por el mero hecho de hacerlos suponen un derroche de energía para los jugadores.
Por lo tanto, deben potenciar el juego ofensivo de un equipo, y no dar lugar a que los jugadores de ataque más peligrosos se encuentren en una posición menos amenazante de lo que desearía el entrenador. Los movimientos desperdiciados pueden debilitar la estructura ofensiva de un equipo. También dejar espacios en su propia estructura o a los jugadores atacantes en la parte equivocada del campo, en caso de que se entregue el balón.
¿Qué entrenadores dan máximo protagonismo a los intercambios de posiciones?
Los intercambios de posiciones por las bandas de Bielsa en el Leeds eran imprevisibles y eficaces. Pero fueron los movimientos de los centrocampistas los que proporcionaron la base para el mejor juego de ataque de su equipo. Cuando se enfrentaba a otro mediocampo con tres jugadores, Bielsa se aseguraba de que sus centrocampistas intercambiasen constantemente sus posiciones (abajo) para ayudar al Leeds a avanzar con más unidades y desbaratar la estructura del rival.
Con el Barcelona, el Bayern de Múnich y el Manchester City, Guardiola ha utilizado notablemente un gran número de intercambios de posiciones específicos para ayudar a su equipo a atacar.
En el Barcelona, utilizar a Messi como falso nueve significaba que el futbolista argentino se dejaba caer en profundidad mientras los extremos y, a veces, un centrocampista central, atacaba el espacio que él había dejado libre.
Guardiola también utilizó sistemáticamente laterales invertidos, con Philipp Lahm (en el Bayern), Kyle Walker y João Cancelo (ambos en el City) entre los jugadores que jugaban de laterales, pero que se desplazaban al centro del campo. Esto entonces permitía a los mediocampistas centrales situarse en posiciones más adelantadas. También a los interiores, como David Silva, Ilkay Gündogan o Kevin De Bruyne (en el City), penetrar en el último tercio (abajo).
Los intercambios de posiciones por las bandas han sido una parte clave del éxito de Klopp con el Liverpool. Su equipo los hace eficazmente por los flancos, tanto en transición ofensiva como durante periodos sostenidos de posesión. Un extremo —jugadores como Sadio Mané, Mo Salah y Diogo Jota— trazaba la diagonal por dentro mientras el delantero centro, Roberto Firmino, se dejaba caer hábilmente hacia el centro del campo. A continuación, los laterales Andy Robertson y Trent Alexander-Arnold proporcionaban la amplitud ofensiva del equipo. Además, con interiores versátiles y enérgicos, como Georginio Wijnaldum, James Milner o Jordan Henderson, que ofrecían cobertura y apoyo por detrás del balón (abajo).
¿Qué habilidades o puntos fuertes necesitan los jugadores para ejecutar correctamente bien los intercambios?
Los jugadores deben ser conscientes de las cuatro referencias del juego: el espacio, el balón, los compañeros y los adversarios. Perder de vista uno de estos elementos puede influir considerablemente en la eficacia de un intercambio de posiciones y provocar la ruptura de la jugada.
Comprender cómo puede afectar a un intercambio de posición el momento en que se realiza el movimiento también es clave. Por lo que es importante que los jugadores sean inteligentes y sepan seguir las instrucciones de su entrenador. Hacer un intercambio de posición demasiado temprano puede significar que el jugador sea rastreado con facilidad. Mientras que hacerlo demasiado tarde puede dar tiempo al rival a cubrir el espacio en el que el jugador quería recibir.
Los jugadores también deben tener buenas cualidades técnicas para recibir en movimiento. También jugar con la cabeza alta para seguir el ritmo de la jugada de su equipo.
¿Cómo deben defender los equipos que afrontan intercambio de posiciones?
Si los defensas se comunican bien y se cubren unos a otros cuando algún compañero se desplaza fuera de su posición, el seguimiento individual directo puede ayudar a anular un intercambio de posiciones contrario. Alternativamente, un enfoque zonal organizado puede hacer frente con eficacia a un intercambio de posiciones. Con los defensas manteniendo sus posiciones y conservando su estructura original mientras los rivales se intercambian delante de ellos.
Si un defensa se acerca o presiona al portador del balón al tiempo que bloquea una línea de pase a uno de los jugadores que han intercambiado su posición, ese intercambio puede detenerse. Las vigilancias de los pases pueden retrasar el avance del contrario. También permiten a los compañeros de equipo cubrir el espacio al que está apuntando el contrario con su intercambio. Esto a la vez que ponen bajo presión al jugador que tiene el balón.
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Redacción: The Coaches' Voice