Conseguirlo o morir en el intento

‘Tus zonas erróneas’. Así se llama el libro que me cambió la vida.

Bueno, más bien que leerlo, es de Wayne W. Dyer, me ponía el audiobook todos los días en el trabajo. Era entonces jardinero en el Ayuntamiento de Alcorcón, una ciudad de la zona de sur de Madrid.

Por si no conoces el libro, te da pautas para superar el miedo, la culpa y la conducta auto-destructiva. Todo resultado de procesos cognitivos que pueden ser perjudiciales. En mi caso, me ayudó a superar el miedo al fracaso para dar el paso definitivo en una decisión que tenía en mente, pero que no me atrevía a llevar a cabo. “Me voy a Inglaterra”, le dije a mis amigos y familia. “¿Y por qué Inglaterra?”, me preguntaban. Por un sueño: quiero ser primer entrenador en la Premier League.

Suena a locura, ¿verdad?

Salí de España en septiembre de 2007, con una maleta, 2.000 euros y la dura oposición de mi padre. “Hijo, vas a estropear toda tu vida”. Incluso me dejó de hablar durante un tiempo por aquello. El destino fue Bournemouth. No era algo que tuviera previsto. Es decir, no tenía una ciudad en Inglaterra a donde ir. Salió después de buscar en Google lo siguiente: “¿Mejor clima en Reino Unido?”

Me fui sin trabajo y sin saber nada de inglés. “I want work” (‘Quiero trabajar’), era lo que decía en las entrevistas de trabajo. En tres sílabas y con una pronunciación muy, muy mala. Pero cuando me empezaban a hacer preguntas, era todavía peor. No entendía nada. Para solventar ese problema, mi amigo, que sí hablaba inglés y se había ido conmigo a Bournemouth, me ayudaba en las entrevistas.

"pagábamos 50 pounds la hora por el alquiler del campo, pero al principio solo teníamos tres niños, a 3 pounds la hora cada uno de ellos"

Se sentaba a mi lado y me susurraba la traducción de las preguntas en español para que yo las pudiera responder en inglés. Tenía memorizada cada respuesta. Así encontré un trabajo como personal de limpieza en un centro deportivo.

El siguiente paso fue arbitrar partidos de fútbol de niños y hacer de voluntario en dos equipos de fútbol (Sub-13 y Sub-15) recogiendo balones, poniendo conos, moviendo las porterías... Todo para aprender el vocabulario táctico en inglés.

Ya más seguro con mi inglés, le pedí a mi jefe que me diera un trabajo de entrenador. Tenía entonces el nivel 2 de entrenador por la Federación inglesa de fútbol. Sin embargo, en el centro deportivo me dijeron que no podían darme el puesto de entrenador para niños. “Con tu acento, les va a costar entenderte”, fue la explicación que me dieron.

Monté entonces mi propia academia de fútbol. Me ayudó uno de los entrenadores del centro deportivo en el que trabajaba. Pagábamos 50 pounds la hora por el alquiler del campo, pero al principio solo teníamos tres niños, a 3 pounds la hora cada uno de ellos. Perdimos mucho dinero, pero sirvió.

"Nigel necesitaba un traductor para Gastón Ramírez. PERO ERA un trabajo para SOLO TRES MESES"

Solo dos meses después, ya estábamos en dos centros de entrenamiento de la ciudad y creciendo. El boca a boca funcionó, y empecé a crearme un nombre en la comunidad. No por calidad, o porque fuera mejor o peor que otros entrenadores, sino por entusiasmo. Los niños estaban deseando que llegara el entrenamiento.

Así fue también en la fundación del Southampton. Contacté con ellos para proponerme como candidato para dar clases de fútbol a los niños, después del colegio. Ahí estuve dos meses, también con mi academia y el trabajo como limpiador. Hasta que ocurrió algo increíble.

Me llamó por teléfono Andy Martino, el director de la fundación del Southampton e integrante de la academia del club. Pero no era nada relacionado con eso.

Andy me contó que tenía una importante relación con el entrenador del primer equipo, Nigel Adkins, y Nigel necesitaba un traductor para Gastón Ramírez, en ese momento el fichaje más caro en la historia del Southampton (16 millones de euros). “Te quieren a ti porque hablas los dos idiomas, español e inglés, y lenguaje futbolístico. Pero son solo tres meses”.

"Fran, tienes que esperar a ver qué decide Mauricio sobre ti”, me dijeron desde el club"

¿Qué hago? Fue la primera pregunta que me hice. Tenía que dejar todos los trabajos. Pero también mi academia. ¿Arriesgar y perderlo todo por tres meses? Pero le dije que sí. Al fin y al cabo, había ido a Inglaterra para ser entrenador en la Premier League y ese, sin duda, era un paso muy importante.

Solo cinco días después de la llamada de Martino, estaba en el vestuario del Southampton, traduciendo para Gastón. 

Por suerte, Adkins no entendía nada de español, porque la traducción que hice ese día fue un desastre. Hubo conceptos tácticos en inglés que no entendía.

Durante los entrenamientos, siempre estaba pegado a Gastón. Le traducía todas las indicaciones de Nigel. Por las tardes, muchas veces iba a su casa, repasaba la sesión, los análisis de los partidos... Algo que también me vino muy bien para mi propia formación como entrenador.

"me gusta aprender cosas nuevas. Sobre todo, de gente que ha tenido éxito en otros deportes. Una de ellas es Ettore Messina"

Pasados dos meses, hablé con Nigel. “Me gustaría quedarme aquí. Por lo menos hasta final de temporada”. Sin embargo, Nigel tenía otra opinión. “No quiero que Gastón dependa de ti. Quiero que se suelte. El trato son tres meses, y aunque estamos muy a gusto contigo, es el trato que hicimos”. Nada. Ahí se acababa todo.

Pero dos semanas después de esa conversación, el presidente del Southampton, Nicola Cortese, tomó una decisión que nadie esperaba. Cesó a Nigel, a pesar de las muchas críticas de los medios y, sobre todo, de los aficionados. Nigel había subido al equipo a la Premier después de dos ascensos seguidos y el equipo estaba fuera de los puestos de descenso. Pero el presidente apostó por Mauricio Pochettino.

Había ido a ver un partido del Espanyol para fichar a Coutinho, quien jugaba allí por entonces, y se trajo a Pochettino porque le gustaba su estilo de juego. “Fran, tienes que esperar a ver qué decide Mauricio sobre ti”, me dijeron desde el club.  

El primer día, Pochettino habló conmigo. “Sabes que no vamos a necesitar un traductor para Gastón... Pero un asistente no me vendría mal”. ¡Buah! Nigel me había cambiado la vida, pero lo de Pochettino fue increíble. Me dio una oportunidad única. Le estaré siempre agradecido, porque yo estoy ahora estoy en el fútbol profesional por esa oportunidad que me dio él.

"El primer día, Pochettino habló conmigo. “Sabes que no vamos a necesitar un traductor para Gastón... Pero un asistente no me vendría mal”"

En el segundo año tuvimos un momento de presión en el equipo, y yo cometí algunos errores por falta de experiencia en el fútbol profesional, lo que sí tenía el cuerpo técnico de Pochettino. Él me hizo esperar para ver qué se hacía con mi contrato. El último día de trabajo, ya con la temporada terminada, se reunió conmigo.

“Fran, he estado hablando con mi cuerpo técnico y no puedes seguir”. Se me cayó el mundo encima cuando escuché eso. Pero, a continuación, Pochettino añadió: “Quiero decir que no puedes seguir sin contrato. Dame un abrazo, anda”. Otra vez un juego de palabras de Pochettino, algo que es habitual en él.

Pochettino y su cuerpo técnico son muy buenos profesionalmente. Pero también son muy buena gente, humildes y tienen un lado humano espectacular que conecta con los jugadores. Yo trabajaba con ellos en los diagramas de los entrenamientos, también hacía la ‘biblioteca’ de los ejercicios que hacíamos. Los entrenamientos eran diferentes cada día. Ya en el segundo año, trabajé muy cerca de los preparadores físicos. Aprendí mucho de cargas, aceleraciones, deceleraciones, elementos metabólicos...

En 2014, Pochettino se fue al Tottenham. Él me había dicho que si salía, yo me iba con él. Pero el Southampton me había contactado antes y me habían pedido que me quedara. “¿Quién viene?”, pregunté al club. “Ronald Koeman”, me respondieron. A mí me encantaba el Dream Team de Johan Cruyff, un equipo innovador. Y Koeman fue una figura clave de ese equipo. Ha aprendido de primera mano de Cruyff. Entonces decidí que para mí aprendizaje era mejor quedarme.

"Ronald me volvió a llamar con una mejora en la oferta económica. Además, podía ser asistente en el equipo femenino del Everton"

Tuve una muy buena conexión con Ronald y su hermano, Erwin Koeman. El equipo también funcionó muy bien. Nos metimos en la Europa League cuando el objetivo era evitar el descenso. Lo hicimos además vendiendo a los mejores jugadores y trayendo a otros que brillaron. Sadio Mané, Dusan Tadic, Virgil Van Dijk... Mi trabajo con Ronald consistía en montar todo lo necesario en los entrenamientos, pero sin ninguna intervención en la parte táctica del equipo.

Para poder poner en práctica lo que yo sabía y todo lo que había aprendido, tomé la dirección del equipo femenino del Southampton. El equipo estaba en sexta división, con dificultades hasta para encontrar jugadoras para los partidos y sin un campo de entrenamiento. Convencí entonces a Gastón y a Paulo Gazzaniga, también jugador del Southampton, para que ellos se hicieran cargo del pago del alquiler de las instalaciones para que las chicas pudieran entrenar más días.

El primer año nos salvamos, a pesar de que cuando llegué solo teníamos un punto. Los dos siguientes años ganamos la liga, es decir, dos ascensos seguidos. Sin embargo, seguía sin tener intervención táctica alguna en el cuerpo técnico del equipo masculino.

Eso llegó en el Everton. Ronald se fue allí, y me pidió que me fuera con él. Yo le dije que no podía. Había demasiadas cosas que me unían al Southampton, entre ellas me había comprado una casa. Al cabo de una semana, Ronald me volvió a llamar con una mejora en la oferta económica. Además, podía ser asistente en el equipo femenino del Everton. Obviamente, me convenció.

"A mí me encantaba el Dream Team de Johan Cruyff, un equipo innovador. Y Koeman fue una figura clave de ese equipo"

Los fines de semana, le propuse a Ronald llevar los entrenamientos de los jugadores que no iban convocados al partido. Entre tres o cuatro jugadores cada fin de semana. Ahí estaban en ocasiones jugadores del nivel de Wayne Rooney o Ashley Williams. Logré una buena relación con esos jugadores, y les pedí opinión sobre mis entrenamientos. Me dijeron que les gustaba, por lo que mi confianza creció. ¡Me lo estaban diciendo jugadores de Premier League!

La dinámica de Ronald en el Everton fue similar a la que tuvimos en el Southampton. El primer año clasificamos a la Europa League con una gran temporada. Pero la segunda empezamos mal. Nos tocó jugar contra cuatro de los llamados ‘Big Six’ de la Premier League. Perdimos esos partidos —salvo el empate ante el City— y Ronald ya estaba en la cuerda floja. Para mí algo injusto, pero le acabaron cesando a finales de octubre de 2017.

Yo fui con Ronald al Everton y tenía claro que yo me iba con él. Pero Ronald me dijo que no. “Tú has cambiado tu vida para venir al Everton conmigo. Yo quiero que te quedes aquí”.

Llegaron Sam Allardyce y Sammy Lee. Lee había estado con Ronald y conmigo antes en el Southampton. Me conocía y ahí es cuando más empecé a sentirme entrenador, porque fui parte activa del cuerpo técnico. Sin embargo, Allardyce no continuó en el equipo después de finalizar la temporada 2017/18.

"llevé los entrenamientos de los jugadores que no iban convocados al partido. Entre ELLOS Wayne Rooney o Ashley Williams"

En el verano de 2018, llegó Marco Silva como nuevo técnico del Everton. Estuve con él el primer día de pretemporada, ayudándole con los jugadores que hablaban español. Pero después de ese primer día, Silva me dijo que había traído a dos personas de su confianza para hacer mi trabajo.

Me hubiera gustado que me dijera que no contaba conmigo antes de empezar la pretemporada, porque ya no había opciones de buscar otra cosa. Todos los equipos tienen sus cuerpos técnicos montados cuando empieza la temporada.

Mientras esperaba que saliera algo, entrené al equipo de la Universidad de Liverpool. La única oferta fue la del Lewes FC. Aunque era un equipo de la segunda división femenina de Inglaterra —un paso atrás para mí—, me resultó atractiva su filosofía. Es el único equipo que paga igual a hombres y mujeres. Estuve muy a gusto en un club especial y una ciudad espectacular.

Sin embargo, en lo deportivo, y aunque me decían que íbamos a subir, no teníamos los recursos para hacerlo. Pero yo me veía preparado para algo más. Sentía que tenía nivel para luchar por títulos.

"estoy en el fútbol profesional por la oportunidad que me dio pochettino"

Surgió entonces el interés del Celtic. Parecía un trabajo a medio tiempo, por lo que al principio dije que no me interesaba. Pero me explicaron que todo iba a cambiar. La idea era profesionalizar el equipo femenino y querían que yo me dirigiera en ese camino.

El primer día que llegué al club, me di cuenta de que había tomado la mejor decisión de mi vida.

El fútbol es religión en el Celtic y, en extensión, en Escocia. El ambiente en los partidos es increíble, pero resulta todavía más sorprendente ver que las mujeres están obsesionadas por el fútbol. Con esa base, solo puedes ir hacia arriba. Aunque al principio no fue sencillo.

Entrenábamos hasta en cuatro sitios diferentes y con horarios incompatibles. Terminábamos de entrenar un jueves muy tarde y teníamos entrenamiento el viernes a primera hora de la mañana. No había tiempo de recuperación para las jugadoras, además que algunas de ellas ni siquiera iban a entrenar porque tenían su trabajo.

"El primer día que llegué al celtic, me di cuenta de que había tomado la mejor decisión de mi vida"

En medio de todo eso, nos clasificamos para la Champions League femenina. El segundo año, después del Covid, empezamos a profesionalizar bastante más al equipo y a entrenar en un único sitio y a jugar en un único campo. A veces también jugamos en Celtic Park, donde hemos tenido récords históricos de asistencia a un partido femenino.

Los resultados también llegaron, con dos títulos en la Copa.

No puedo estar más contento de cómo va todo. Haría este trabajo gratis, pero eso no se lo quiero decir al Celtic (jajaja).

La última vez que escuché el audiolibro de ‘Tus zonas erróneas’ fue hace dos años. No lo he vuelto a hacer desde entonces. ¿Por qué? El libro ya surtió su efecto en mí, y también creo que necesito aprender cosas nuevas. Sobre todo, de gente que ha tenido éxito en otros deportes.

"“¿Y por qué Inglaterra?”, me preguntaban. Por un sueño: quiero ser primer entrenador en la Premier League"

Una de las personas que más me llama la atención es Ettore Messina, entrenador italiano de baloncesto (arriba, a la izquierda).

La suya es una historia de una persona que empezó desde abajo para triunfar. Del equipo de su pueblo a convertirse en el primer entrenador europeo en dirigir en la NBA, con los San Antonio Spurs.

“¿Para qué has venido a Inglaterra?” Eso me decían a mí al principio.

La gente también me decía que era imposible que yo fuera entrenador en la Premier. Todavía hoy me lo siguen diciendo, pero ya menos.

Sé que es un objetivo casi imposible de alcanzar, pero solo manejo dos opciones: conseguirlo o morir en el intento.

Mientras tanto, disfruto del camino.