Partido de Vuelta semifinales de Copa del Rey, 3 de marzo 2021
Dembélé (12)
Piqué (90+4)
Braithwaite (95)
El Barcelona es uno del los finalistas de la Copa del Rey 2020/21 después de darle la vuelta a la eliminatoria ante el Sevilla, que no consiguió guardar la ventaja de dos goles que traía del partido de ida. Ousmane Dembélé inicio el camino de la remontada cerca del primer cuarto de hora con un remate desde fuera del área. Espoleado por este tanto, el Barcelona mantuvo un intenso ritmo de juego de ataque que obligó al Sevilla a optar por un plano más conservador.
Estuvo cerca de conseguir su objetivo el equipo de Julen Lopetegui, que erró un penalti de Lucas Ocampos en el segundo tiempo, pero Gerard Piqué llevó el partido a la prórroga con un gol muy cerca del final. Con diez jugadores por la expulsión de Fernando, Martin Braithwaite hizo el tercer tanto para el Barcelona. Un gol con el que los azulgrana consiguen llegar a su sexta final copera en los últimos siete años.
26 / 10
DISPAROS / A PUERTA
7 / 3
63 %
Posesión
34 %
984 / 897
Pases / Completados
984 / 897
14 / 3 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
22 / 6 / 2
El Barcelona, como el partido de Liga ante el Sevilla de la última jornada, repitió el 3-5-2 (abajo) en fase ofensiva con Óscar Mingueza, Clément Lenglet y Gerard Piqué de centrales. Jordi Alba y Sergiño Dest se desarrollaron como carrileros muy ofensivos y Sergio Busquets se posicionó por delante de los centrales, escoltado por Frenkie de Jong y Pedri como interiores. Arriba Ousmane Dembélé y Lionel Messi formaron la dupla de ataque.
El Sevilla no varió su habitual 4-3-3 (abajo), en una zaga formada por Diego Carlos y Jules Koundé en el centro, dejando a Aleix Vidal en el lateral derecho y Marcos Acuña por la izquierda. Fernando otorgó equilibrio desde su posición como pivote, acompañado en la línea de mediocampo por Óliver Torres y Joan Jordán. La línea de tres en ataque fue para Luuk de Jong como delantero, asistido en las bandas por Suso y Youssef En-Nesyri.
Movilidad contra presión:
La necesidad obligaba al Barcelona, por eso su intención fue llevar la iniciativa desde el principio. Y lo hizo a través de mucha movilidad arriba y sin una referencia clara, obligando a Dembélé a abandonar la banda con mayor asiduidad que con el 4-3-3, donde suele mantenerse en amplitud. Messi, por su parte, jugó con una libertad total, como lo hace sobre cualquier sistema, para moverse por cualquier zona del campo en función de las necesidades del partido.
El Sevilla, por su parte, comenzó presionando arriba, tratando de robar en campo contrario para hacer un gol que obligase al equipo de Barcelona a anotar al menos cuatro para superar la eliminatoria. Una actitud agresiva donde la primera línea de presión encimaba a los tres centrales del Barcelona (abajo) y la defensa se mantenía muy adelantada, arriesgando los espacios a su espalda, pero también conocedora de la velocidad de sus centrales para neutralizar a los atacantes locales.
Buscar un gol:
El planteamiento de ambos equipos, marcados por la intención de hacer gol, dibujó un inicio de partido con mucho ritmo, pero fue el Barcelona el que dominó el apartado ofensivo aportando mucha velocidad al juego en fase de inicio y asumiendo riesgos con balón. El objetivo era conseguir una rápida circulación de balón para encontrar a los hombres de arriba, situación en la que Messi ejerció como protagonista en la generación de ocasiones de gol para sus compañeros. En especial para su acompañante en ataque, Dembélé, quien anotó el primer gol en el minuto 12 con golpeo desde fuera del área con la derecha en la cuarta ocasión del equipo de Ronald Koeman.
A partir del gol, el Sevilla varió su guion inicial, tratando de bajar las revoluciones del partido a través posesiones algo más largas y obligando a su rival a salir a presionar arriba. Así, Suso se metía a recibir en zonas interiores para encontrar línea de pase que desatascase la salida del equipo visitante. También Óliver Torres y Jordán empezaron a aparecer en los espacios a las espaldas de los interiores del Barcelona para consolidar las posesiones y comenzar la fase de creación ya cerca del área rival, pero eso fue insuficiente para crear ocasiones (abajo). Arriba, De Jong dejó la punta del ataque a En-Nesyri, retrasando el delantero holandés su posición para huir de la férrea marca de los tres centrales del Barcelona y participar en el centro del campo a favor de su equipo, aunque sin mucho éxito ni incidencia en el juego.
Velocidad en la circulación:
En fase defensiva, Fernando no daba abasto para saltar a las marcas de Pedri y de Messi en la generación de juego del Barcelona, descolgándose ambos jugadores constantemente para recibir en los espacios que dejaban los interiores sevillistas en la presión. Para protegerse, el equipo andaluz fue dando pasos atrás con el paso de los minutos, pero no consiguió que su rival siguiera acumulando ocasiones con relativa facilidad.
Un Barcelona que no cesó con la velocidad en el juego, circulando el balón de lado a lado entres sus centrales para ganar los metros que el Sevilla cedía. Esto le habilitaba llegar hasta los carrileros para luego conseguir entrar dentro, por donde el equipo de Koeman conseguía percutir la defensa sevillista una y otra vez. Los duelos individuales también fueron ganados en su mayoría por el equipo local en la primera mitad, donde el único sevillista que conseguía mostrarse superior a su par en los duelos fue Acuña ante Dest, quien intentó el uno contra uno contra el lateral argentino una y otra vez.
Defensivamente, el Barcelona se mostró muy solidario, consciente del peligro de los contraataques del Sevilla a través de Suso y En Nesyri. En estas acciones realizó repliegues rápidos de todos sus jugadores, incluidos Messi y Dembélé (abajo), quienes redoblaron sus esfuerzos en momentos puntuales para ayudar en defensa, desahogando así al equipo en los momentos más complicados.
Variaciones en ambos equipos:
La segunda parte comenzó sin cambios en los planteamientos, aunque el Sevilla sí que fue resignándose más a vivir de un posible contraataque, con Aleix Vidal como principal exponente hasta su lesión tratando de robar el balón a Pedri. Precisamente Pedri fue creciendo en el partido a través de recibir en su área preferida, en el perfil izquierdo de zonas interiores, para desde ahí llegar a pisar área y generar peligro.
El Sevilla movió el banquillo con la mencionada entrada de Vidal, realizando tres cambios al mismo tiempo en los que retiró a los dos laterales y dio entrada a Ivan Rakitic por De Jong, para pasar a jugar sobre un 4-1-4-1. Bajo esta disposición, el equipo de Lopetegui buscaba proteger mucho más la zona central, liberando al mismo tiempo las bandas donde el Barcelona pierde un poco de efectividad, sobre todo sin un delantero de referencia que pueda salir ganador en duelo ante un centro lateral.
Con esos cambios, el partido fue bajando poco a poco el ritmo a beneficio del equipo visitante, que seguía gozando de un gol de ventaja en el resultado global, pero que, al mismo tiempo, lucía también sometido ante el dominio del Barcelona. En ese ejercicio para hacer un tanto más, el Barcelona tuvo que batallar ante una cerrada defensa del Sevilla que ahora sí le negaba los espacios a las espaldas de los interiores.
Para terminar de reestructurar al equipo y darle un plus en los contraataques, Lopetegui introdujo a Lucas Ocampos por Torres, buscando mayor profundidad y también mucho trabajo. En ese desarrollo ofensivo, Fernando se metía a la izquierda de Diego Carlos para dar mayor seguridad y superioridad en salida, pero difícilmente conseguían contactar con la gente de arriba para dar continuidad y poder finalizar la jugada.
Acumular jugadores en ataque:
Koeman también movió el banquillo, buscando un delantero que pudiera encontrar esos espacios y más movilidad dentro del área. Ese jugador fue Antoine Griezmann -entró por Dest-, quien sabe interpretar este papel a través de sus desmarques de ruptura. Un cambio acompañado por el desplazamiento de Mingueza como lateral derecho para disponerse el Barcelona desde entonces sobre un 4-3-3 (abajo) donde Messi y Griezmann tenían libertad en ataque. El francés, aunque partía de banda izquierda, se metía a la punta de ataque con asiduidad, moviendo también a Dembélé a banda derecha, donde podía buscar el uno contra uno con mayor espacio y facilidad.
Los cambios de Lopetegui obtuvieron su premio cuando en una contra llevada a cabo por En Nesyri, apareció en lado contrario Ocampos para recibir y ser derribado por Mingueza dentro del área. Un penalti que el propio Ocampos no pudo convertir en gol ante la acertada intervención de Marc-André Ter Stegen.
Agotó los cambios el Barcelona juntando a Messi, Griezmann, Francisco Trincão y Martin Braithwaite en el campo para intentar hacer el gol que mandara el partido a la prórroga, utilizando delanteros con mayor presencia en el área y acosando al Sevilla de nuevo, después de muchos minutos de tranquilidad para el equipo visitante.
En la recta final, Fernando vio la segunda tarjeta amarilla tras una falta a Trincão que además le dio la última opción al Barcelona de Koeman con un tiro libre peligroso para un gran especialista como Messi. Una acción que acabó en córner, pero desde donde nació el gol del empate de Piqué a centro lateral de Griezmann para forzar la prórroga ante un Sevilla con 10 jugadores, que optó por formar en 5-4 en este espacio de tiempo (arriba).
La prórroga comenzó con el Barcelona volcado en campo rival y el Sevilla replegado el mencionado 5-4 en fase defensiva. El tercer gol del conjunto catalán llegó a los tres minutos, de nuevo con un centro lateral (arriba) que acabó con Braithwaite como autor del gol, a la postre, definitivo para dar el pase al Barcelona.
"Hemos luchado hasta la extenuación y es increíble. Estoy muy satisfecho con el trabajo del equipo. Merecíamos la victoria y creo que hemos sido mejores en los dos partidos", destacó Koeman. "Es verdad que el equipo está creciendo con los cambios que hemos hecho, dando oportunidades a jugadores muy jóvenes. El equipo juega bien con balón, ya sabemos, pero sobre todo hemos mejorado sin él. Somos más fuertes, corremos más y presionamos más. Creo que tenemos algo por delante que puede ser muy bonito", añadió el técnico azulgrana.
"Lógicamente estamos decepcionados y tristes, hemos vivido la cara amarga del fútbol, como es verte privado de una final en la última jugada del partido, con uno menos hacía rato. Toca tragar veneno porque es una noche amarga y triste, pero tengo poco que reprochar. Con 10 hemos hecho un esfuerzo increíble y nos merecíamos pasar", señaló Lopetegui. "Queda una temporada por delante, dura y exigente en Liga y Champions, y pelearemos porque el fútbol nos dé lo que no hemos podido conseguir hoy. Es un día de los difíciles y crueles", añadió el entrenador del Sevilla.