¿Qué es la presión tras pérdida?
La presión tras pérdida es una estrategia utilizada para incomodar al rival cuando se pierde la posesión, siendo el punto inicial de la transición defensiva. Esto involucra una presión agresiva sobre el poseedor del balón y los rivales que estén cerca de él, con un buen número de jugadores en esta tarea. El objetivo es recuperar la posesión lo más pronto posible, antes que de que el oponente pueda asentarse en su fase de posesión.
¿De dónde surge el término presión tras pérdida?
La presión tras pérdida es uno de los cinco principios defensivos del juego y ha sido un aspecto del fútbol desde que se inventó. Creció en importancia desde la década de 1960. Entrenadores de la talla de Viktor Maslow, Ernst Happel, Rinus Michels, Valeryi Lobanovskyi y Arrigo Sacchi adaptaron sus esquemas a una presión agresiva.
Más específicamente, la presión tras pérdida es la traducción del término alemán “gegenpress”. Muchos entrenadores alemanes, incluyendo a Wolfgang Frank, Ralf Rangnick, Thomas Tuchel y Julian Nagelsmann han desarrollado y utilizado esta estrategia en varios clubes.
Cuando se ejecuta la presión tras pérdida, ¿qué hacen los jugadores en fase de posesión?
En general, los equipos juegan buscando la máxima amplitud en fase de posesión. Esto lo hacen ubicando jugadores a todo lo largo del terreno. La meta es incrementar el espacio para jugar y las distancias que el rival tiene que cubrir en su fase defensiva.
De cualquier forma, si un equipo quiere presionar tras pérdida, eso estará en la mente del jugador desde que tiene la pelota. Los atacantes deben estar lo suficientemente cerca entre ellos para estar listos para presionar de inmediato, en caso de perder el balón. El equilibrio que debe lograrse en esta fase, a menudo dicta cómo ataca un equipo y qué tan rápido pueden presionar tras pérdida.
Cuando se adopta la presión tras pérdida, ¿qué hacen los jugadores en fase defensiva?
El éxito de la presión tras pérdida de un equipo habitualmente radica en la capacidad de reacción de los jugadores frente al rival. Estos tendrán que buscar de manera agresiva al portador del balón, una vez que haya ocurrido la transición defensiva. El objetivo es recuperar la posesión de inmediato, a través de entradas, intercepciones y duelos individuales.
Otros compañeros deben sumarse en el duelo alrededor de la pelota, reduciendo el espacio para que el rival pueda salir jugando y así, compactar líneas. Estos compañeros bien pueden marcar al hombre, quedando listos para presionar y encarar al rival más cercano que potencialmente pueda recibir el pase, como también marcar de manera zonal, cubriendo líneas de pases del rival para interceptar el balón. Una tercera opción es que los jugadores mezclen estas dos aproximaciones.
¿Cuáles equipos y entrenadores ejecutan mejor la presión tras pérdida?
Jürgen Klopp
El técnico alemán utiliza una presión tras pérdida muy agresiva. Lo logró con éxito en el Borussia Dortmund. Esto se hacía en zonas ofensivas generalmente en los partidos de Bundesliga y en último tercio de campo contra equipos más fuertes en las competiciones europeas. Más recientemente, su Liverpool pasó a ser conocido por sofocar al rival con su presión tras pérdida en todas las áreas del terreno de juego (abajo). Sin embargo, últimamente han utilizado la presión tras pérdida en menor medida, desarrollando otras alternativas.
Pep Guardiola
Pep Guardiola combinó una presión tras pérdida muy agresiva con su estilo basado en la posesión. La utilización de los laterales con un rol agresivo, un falso nueve y extremos a pierna cambiada permiten una estructura lista para presionar tras pérdida, seguido de una transición defensiva. El Barcelona estaba enfocado en las intercepciones y cobertura de espacios. En el Bayern Múnich, en cambio, apostaba por los duelos individuales y las marcaciones al hombre (abajo). Con el Manchester City hay una mezcla perfecta entre ambas alternativas.
Marcelo Bielsa
El entrenador argentino demanda a sus equipos ser agresivos en la presión tras pérdida en todo el campo. En fase de posesión, sus jugadores cambian de posición constantemente y son libres de moverse en todo el terreno. Bielsa confía que los jugadores más cercanos a la jugada puedan acumularse frente al rival con balón (abajo). Le pide a sus futbolistas marcas individuales cuando presionan, con muchas acciones defensivas en forma de intentos de entradas, duelos y bloqueos.
Ralph Hassenhüttl
Tanto con el RB Leipzig, como en el Southampton, la presión tras pérdida de Hassenhüttl en la zona del mediocampo demostró ser una manera productiva de generar opciones para sus equipos a través de contragolpes. Desde un 4-4-2 compacto (abajo), sus jugadores logran poblar el espacio alrededor del balón y limitan las opciones del rival de salir del problema. Tan pronto los equipos se abren para evitar la presión, se genera más espacio para que los equipos del entrenador alemán puedan explotarlos y recuperar la posesión.
Otros equipos que utilizan efectivamente la presión tras pérdida
• Jesse Marsch con New York Red Bulls, Red Bull Salzburgo y RB Leipzig.
• Jupp Heynckes en el Bayern Múnich.
• Mauricio Pochettino en el Tottenham Hotspur.
• Gian Piero Gasperini en el Atalanta.
¿Cuáles son los beneficios de la presión tras pérdida?
El principal beneficio de la presión tras pérdida es que permite recuperar el balón en campo rival. Esto genera opciones, porque el equipo queda en fase de posesión cerca del área rival. Además, el oponente estaba en plena transición a su fase de posesión, con lo que pueden dejar espacios en su estructura. Los equipos que presionan tras pérdida suelen anotar mucho de sus goles después de recuperar cerca del área rival.
La presión tras pérdida también es ideal para equipos que generan oportunidades de gol a través de prolongados tiempos de posesión. Si consiguen recuperar el balón rápidamente, pasarán menos tiempo sin posesión y persiguiendo el balón. Esto se traduce en un mayor control del juego.
La presión tras pérdida exitosa también impide al rival la posibilidad del contragolpe. Incluso esa presión agresiva provoca que tengan que jugar hacia atrás. Si esa presión tras pérdida no termina en una recuperación del balón, al menos hay buenas posibilidades de obligar al rival a salir por un lado o parar el juego con una falta. Ambas también vías efectivas para demorar el avance del rival.
La presión tras pérdida también ayuda a anular a jugadores específicos del oponente que puedan representar una amenaza en ciertos sectores del campo, aislándolos en duelos individuales.
¿Cuáles son las desventajas de la presión tras pérdida?
El principal problema para los equipos que presionan tras pérdida es el espacio que queda a su espalda para que el rival los explote. Cuando se colocan jugadores en zonas avanzadas para presionar, se generan espacios detrás de las líneas posteriores. Si el rival logra llegar hasta ahí, la defensa queda vulnerable a un contragolpe, con superioridades que son fáciles de crear.
El éxito de la presión tras pérdida recae mucho en la organización del equipo. Si un jugador no cumple al cien por cien con su rol, el rival gana opciones de superar la presión tras pérdida. También depende de la inteligencia táctica de cada jugador y su velocidad de reacción -casi instintiva- tras perder la posesión. Si los jugadores no tienen la inteligencia y los niveles de concentración para presionar constantemente, la táctica fallará.
Debido a la exigencia física de la presión tras pérdida, también se necesitan jugadores en forma y muy ágiles. Si uno de los jugadores no es capaz de mantener el nivel, aparecerán grietas en el esquema y la presión fallará. La presión tras pérdida en largos períodos puede llevar al cansancio y lesiones de los jugadores, especialmente en las partes finales de una temporada.
¿Cuáles son las alternativas?
En vez de intentar recuperar la posesión inmediatamente, los jugadores pueden temporizar el avance de su rival aplicando presión, pero sin intentar recuperar el balón. A menos, claro está, que exista una opción obvia de hacerlo. Este bloqueo y réplica de cualquier juego hacia el frente, permite a los compañeros replegarse en un bloque defensivo más conservador.
También los equipos pueden elegir no presionar y ejecutar el balance defensivo para recuperar en un bloque medio o bloque bajo.
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