julian nagelsmann
Bayern Múnich, 2021-Presente
Julian Nagelsmann tenía sólo 28 años cuando el Hoffenheim lo convirtió en el entrenador más joven de la Bundesliga. Un técnico muy influenciado por el modelo de presión de Ralf Rangnick, precisamente el gran artífice de su contratación por el RB Leipzig en el verano de 2019 procedente del Hoffenheim.
En sus días como jugador también estuvo bajo las órdenes de Thomas Tuchel, quien dirigía al segundo equipo del Augsburgo cuando Nagelsmann, entonces con solo 20 años, sufrió la lesión de rodilla que acabaría con su carrera deportiva. Tuchel le pidió primero que empezara a observar a los rivales y más tarde lo nombró entrenador del equipo sub-17 del Múnich 1860.
"El 30% del entrenamiento es táctica, el 70% gestión del grupo", ha señalado Nagelsmann sobre su enfoque, que lo ha llevado al Bayern de Múnich como sucesor de Hansi Flick. "Cada jugador está motivado por cosas diferentes y hay que dirigirse a él en consecuencia. A este nivel, la calidad de los jugadores que tienes a tu disposición te asegura un buen juego dentro de un buen esquema táctico, si la condición psicológica es la adecuada”, añade.
Estilo de juego:
Nagelsmann es un entrenador innovador, reconocido por su voluntad de experimentar con las nuevas tecnologías y los datos en su afán de mejorar como entrenador y de mejorar a su equipo.
Durante su etapa en el Hoffenheim, instaló una pantalla gigante en el campo de entrenamiento, que se utilizaba para corregir la posición de los jugadores y del equipo sin necesidad de hacer largas pausas en las sesiones de entrenamiento. Unas sesiones de entrenamiento siempre desarrolladas a una alta intensidad.
En el Hoffenheim organizó al equipo sobre un 3-5-2 en fase de posesión, y en un 3-4-3 o 5-3-2 en los momentos sin balón. Sus tres defensas centrales participaban en la salida de balón desde atrás. Kevin Vogt, en particular, tenía la responsabilidad de jugar el balón hacia adelante con la intención de habilitar la progresión de su equipo. En el centro del campo, Florian Grillitsch protegía a sus defensas centrales, también en la cobertura a los laterales del Hoffenheim cuando éstos avanzaban e incluso replegándose en defensa cuando era necesario. Otros dos centrocampistas, mientras tanto, generaban una estructura en cuadrado con la ayuda de los extremos, Mark Uth y Serge Gnabry. Un desarrollo que ayudaba al equipo a hacer progresar el juego hacia arriba.
Con una plantilla de mayor calidad en el Leipzig, el planteamiento de Nagelsmann evolucionó. La estructura básica era un 5-2-3, pero mostraba principios de juego similares a los que se observaban en el 3-5-2 (arriba) y el 3-4-3 del Hoffenheim.
Más intercambio de posiciones en los carriles centrales significaban más posibilidades de penetrar en el espacio a la espalda de la defensa rival. Hasta la marcha de Timo Werner, el ahora jugador del Chelsea proporcionaba la mayor parte de esas carreras, siendo apoyado por otro compañero en ataque. Tras su salida, el Leipzig cambiaba de delantero con regularidad, a menudo asentado sobre un 4-2-3-1.
También hubo más variedad en el Leipzig en el juego de posesión (arriba) en comparación con el Hoffenheim, así como en ataque. Sus laterales -normalmente Angeliño por la izquierda y Nordi Mukiele por la derecha- proporcionaban inicialmente la amplitud ofensiva, pero el enfoque del Leipzig en el intercambio de posiciones en zona central (abajo) significaba que los laterales a veces se desplazaban hacia el interior para combinar con su atacante más avanzado. Cuando esto ocurría, un centrocampista central los cubría. Esto mientras el otro centrocampista central se desplazaba a una posición desde la que podía salir a banda o por los pasillos interiores.
Por lo general, los rivales respondían intentando igualar el número de jugadores del Leipzig que atacaban por dentro, quedando, al mismo tiempo, vulnerables a los ataques del equipo de Nagelsmann por las bandas. El intercambio de posiciones fue posible gracias a la versatilidad de jugadores como Marcel Sabitzer, Dani Olmo, Emil Forsberg, entre otros. Unos futbolistas que se sentían cómodos en varias posiciones, lo que facilitaba ese desarrollo.
Desde que llegó al Bayern Múnich, Nagelsmann ha utilizado sobre todo un 4-2-3-1 con un doble pivote en mediocampo, formado por Joshua Kimmich y Leon Goretzka.
Al igual que durante la etapa de Flick, Thomas Müller ha seguido siendo el mediapunta influyente por detrás de Robert Lewandowski. Pero a diferencia del equipo de Flick, Nagelsmann seleccionó a los jugadores de banda jugando en relación con su pie dominante: Leroy Sané -zurdo- juega por la izquierda, y Gnabry o Kingsley Coman -diestros ambos- por la derecha.
A menudo Müller se acerca a Lewandowski para jugar como segundo delantero, y, en ocasiones, intercambia su posición con Kimmich o Goretzka. La amplitud que aportan sus jugadores de banda y sus intentos de atacar por fuera de los laterales contrarios aumentan los espacios favorables a los delanteros del Bayern. Al igual que en el Leipzig de Nagelsmann, los cuatro jugadores de ataque del equipo de Múnich también intercambian posiciones entre líneas. Esto habilita el espacio para que Kimmich o Goretzka avancen.
Otro cambio importante es que el incisivo Alphonso Davies ataca más desde el lateral izquierdo que desde el derecho. Cuando lo hace, Sané se descuelga por dentro (abajo) hacia el pasillo interior izquierdo, lo que significa que existe el potencial de generar ventajas numéricas en el centro del campo y la posibilidad de combinar con Lewandowski y Müller.
Fase defensiva y presión:
El Leipzig de Nagelsmann presionaba con éxito con un único delantero apoyado por dos centrocampistas ofensivos. Estos eran capaces de forzar el juego del rival hacia una trampa en la banda donde los laterales estaban al acecho.
Si la posesión del oponente se mantenía en zonas interiores, uno de los centrocampistas más retrasados del Leipzig avanzaba para generar una estructura en rombo con el delantero y los dos centrocampistas ofensivos (abajo). Esta no sólo era difícil de superar, sino que podía imponerse numéricamente a los tres centrocampistas rivales.
Después de permitir los pases de salida de los saques de portería, la defensa avanzaba su línea lo más arriba posible para que esa estructura en rombo tuviera apoyo a su espalda.
Si el rival construía su juego por fuera, ese rombo del Leipzig ejecutaba el balance defensivo. Allí, el lateral más alejado se movía hacia el interior para formar un doble pivote con el centrocampista defensivo en la cobertura por detrás de ese rombo. Los ataques que continuaban a lo largo de la línea de banda eran, a su vez, defendidos por el lateral y el interior, y el defensa central más cercanos a la jugada.
Nagelsmann fomentó la presión alta a lo largo de la temporada 2020/21, y se vio recompensado con un aumento del número de recuperaciones en zonas intermedias y en el último tercio de ataque del Leipzig.
Otra consecuencia fue que los rivales a menudo se vieron obligados a intentar jugar en largo ante esa presión. Esto llevó a batallas por segundos balones y recuperaciones en campo propio.
En las ocasiones en que no conseguían recuperar la posesión en zonas avanzadas, su prioridad pasaba a ser impedir que los rivales progresaran por el centro del campo.
En el Bayern, el 4-2-3-1 de Nagelsmann se convierte en un 4-4-2 tradicional o un 4-4-2 con un mediocampo en rombo en los momentos sin balón. Müller se convierte en el jugador más indicado para instigar su presión alta, avanzando desde su posición inicial para unirse a Lewandowski (abajo).
Cuando trabajan como dos delanteros, buscan forzar la salida del balón y cerrar la comunicación con los centrocampistas defensivos del rival.
Esto mientras se mueven hacia los defensores centrales del rival. Cuando necesitan apoyo, Goretzka se adelanta junto a Kimmich, cuyo admirable trabajo defensivo conduce a numerosas recuperaciones.
Los dos extremos tienen instrucciones de trabajar hacia atrás para unirse a Goretzka y Kimmich. Así forman una línea de mediocampo horizontal cuando se requiere formar en bloque medio, o una estructura en rombo cuando se intenta presionar. Sea cual sea el planteamiento del Bayern, los centrocampistas de banda se centrarán en proteger el pasillo interior antes de intentar presionar. Así permiten a Goretzka y Kimmich apoyar los esfuerzos de presión de sus dos delanteros. En las ocasiones en las que Goretzka avanza, los extremos se desplazan considerablemente hacia el interior para aumentar el número de jugadores en mediocampo.
Su planteamiento defensivo está desarrollado con tanto acierto que los rivales se ven obligados a salir por fuera, situación donde los laterales del Bayern se sienten cómodos a la hora de presionar, y lo hacen sabiendo que los tres defensores restantes y el delantero del lado opuesto ejecutarán el balance defensivo. Si Kimmich o Goretzka retroceden en la cobertura del lateral que sale a presionar, el extremo tendrá que adentrarse aún más por dentro.
Esa organización es la que los hace tan eficaces a la contra; en el momento de una recuperación, donde Nagelsmann cuenta con varios jugadores en las posiciones centrales para avanzar. Si a esto se añade la calidad y la visión de juego que tiene el equipo en ataque, el Bayern es un conjunto muy potente en los momentos que puede correr hacia adelante. Una variable ofensiva más de las muchas que dominan y ejecutan con éxito los equipos de Nagelsmann.
Redacción: The Coaches' Voice en español