ernesto valverde
Athletic Club, 2022-Presente
Es habitual ver a un entrenador repetir equipo a lo largo de su carrera, pero no hay tantos que hayan tenido un tercer capítulo, como ocurre con Ernesto Valverde y el Athletic Club. El técnico español ya estuvo en Bilbao en dos momentos anteriores: 2003-2005 y 2013-2017. Y en ambos llevó al club vasco a grandes cotas, al igual que en esta tercera etapa, instalado en la pelea por los puestos europeos en la Liga 2023/24.
Antes de volver al Athletic por tercera vez en el verano de 2022, Valverde afrontó el que seguramente haya sido su reto más importante: entrenar al Barcelona. Ganó dos títulos de Ligas, una Copa del Rey y dos Supercopas de España en dos temporadas y media (fue destituido en enero de 2020). Sin embargo, no pudo llevar a los azulgrana a sumar una nueva Champions League. Estuvo cerca de la final en 2019, pero el Liverpool le arrebató esa posibilidad con una remontada memorable de los Reds en Anfield en la vuelta de semifinales (4-0, después del 3-0 del Barça en la ida).
En una temporada 2023/24 con Valverde como protagonista en los banquillos de la Liga, entre otras cosas, por victorias tan brillantes como al Atlético de Madrid en San Mamés (2-0), hemos pedido a nuestros expertos el análisis de sus principios tácticos y estilo de juego.
Estilo de juego
Los equipos de Valverde se caracterizan principalmente por ser protagonistas en ataque y valientes en la salida de balón. Una actitud que elevó a su máxima potencia en su paso por el banquillo del Barcelona, que también marca, como veremos más tarde, un antes y un después en su utilización de los diferentes sistemas de juego.
Otra de las características importantes de Valverde —en cuanto a sistema de juego e incluso al modelo de juego— es que siempre intenta ordenar a sus equipos en función de lo que se ha encontrado a su llegada. Así, en el Valencia, apenas modificó la estructura pese a firmar a mitad de temporada y en un momento difícil a nivel de resultados. De ese modo, el 4-2-3-1, que antes a su llegada a Valencia estaba siendo la referencia, apenas se vio alterado al 4-4-2 (abajo), sobre todo, en situaciones de mayor verticalidad.
El juego de ataque del Valencia de Valverde se basaba en sus tres centrocampistas: Tino Costa, Daniel Parejo y Éver Banega. Tres jugadores de perfil organizativo, con buen pie y un gran último pase. Por otro lado, la alternancia del sistema se detectaba cuando jugaban dos extremos clásicos o cuando en una banda lo hacía Jonas Gonçalves, futbolista que dotaba al equipo de mayor juego interior y presencia en área contraria.
En punta, el técnico apostaba siempre por un delantero referencia como Roberto Soldado, un ‘9’ capaz de estirar al equipo y a su vez quedarse con el balón de espaldas.
Valverde pasó en ocasiones del 4-2-3-1 al 4-3-3 en el Athletic, en su periplo de 2013 a 2017. Pero lo que no alteró nunca fue la importancia que le siguió dando a los tres centrocampistas que ocupaban la parte ancha del campo. Es ahí donde radicaba el principal trabajo ofensivo que realizaba el Athletic. De esa zona dependía en gran medida la capacidad de controlar el partido y el modelo de ataque.
También como en el Valencia, Valverde apostó por jugar al menos con un futbolista de banda de perfil asociativo, con capacidad de generar superioridades por dentro. Un rol que tomó Iker Muniaín en la izquierda. En otras ocasiones, sobre el campo tenía a dos extremos clásicos: Ibai Gómez y Markel Susaeta. Ambos jugadores con la intención de poner centros desde las bandas, buscando al delantero referencia, Aritz Aduriz.
4-4-2 en el Barça
Su llegada al Barcelona acercó a Valverde aún más al juego posicional, pero sin perder la verticalidad. Cabe señalar también que es quizás el principal momento de su transformación como entrenador a lo largo de su carrera.
Su aterrizaje en el Barcelona coincidió con la salida de Neymar del equipo, rumbo al PSG. Aquello provocó que el equipo perdiera a uno de sus jugadores más determinantes. A su vez, Valverde tuvo que darle un nuevo enfoque al habitual 4-3-3 azulgrana, modificándolo en multitud de ocasiones a un 4-4-2. Una decisión que tomó con la intención de buscar lo que necesitaba el equipo en ese momento, más que la tradición histórica de jugar siempre con el mismo sistema.
No obstante, el hecho de cambiar el dibujo no modificó las principales líneas de juego que proponía Valverde, y que también se asociaban al juego de posición del Barcelona. Ocupar el centro del campo con cuatro mediocentros equilibraba al equipo tanto en ataque como en defensa. Una zona donde la versatilidad de Andrés Iniesta permitía tanto fijar rivales, como darle continuidad al ataque organizado.
Sin cambiar los principios tradicionales de juego del Barcelona, Valverde sí aportó otros registros en ataque, como el contraataque. En esta acción ofensiva, dotaba a los cuatro centrocampistas de mayor libertad, junto con Luis Suárez como a Leo Messi, quienes se repartían las zonas de ataque. Especialmente Messi, para facilitarle al argentino no perder altura y comenzar a organizar la jugada con muchos apoyos en la zona de creación (arriba).
De ese modo, Messi ocupaba zonas de mediocentro con Suárez realizando continuos desmarques de ruptura,. Al igual que los desdoblamientos constantes de Jordi Alba por el carril izquierdo.
4-3-3 en su vuelta al Athletic
En su tercera etapa en el Athletic, Valverde llegó con un refuerzo aún más pronunciado del juego de posición. Y es que, como hemos señalado, ha ido mutando a un entrenador con un fuerte arraigo por la necesidad de tener el balón.
Después de su etapa en el Barcelona, el primer cambio notorio es su apuesta por el 4-3-3 (abajo), con dos interiores muy versátiles capaces de recibir entre líneas y girar. Eso le lleva a apostar por un centro del campo lleno de jugadores con buen pie y capacidad de asociación.
Uno de los jugadores que más han crecido bajo sus órdenes es Oihan Sancet. Valverde le ha llevado desde la posición de delantero a interpretar el papel de centrocampista organizador. El técnico identifica a Sancet como un futbolista de alto nivel a la hora de perfilar y elegir la mejor opción para progresar y encontrar el pase entre líneas, también con una alta capacidad para hacer gol.
Entre esos jugadores en el centro del campo está también Ander Herrera, un buen conocedor de la posición de la posición, y escoltando a los dos interiores emerge la figura de Mikel Vesga, perfecto jugador ancla para hacer ayudas defensivas y ser el primer eslabón para sacar el balón jugado desde atrás.
El Athletic asume altos riesgos en la salida de balón y, por consiguiente, mayores beneficios para los futbolistas que pueblan el mediocampo. El portero Unai Simón y los centrales tienen una gran jerarquía en estas situaciones, siempre con la intención de encontrar el hombre libre entre líneas.
Juego por fuera
Los extremos son otra parte fundamental en el juego ofensivo del Athletic. En primer lugar, para generar espacio a los futbolistas de dentro y dificultar el salto de la línea defensiva rival. En segundo lugar, para aportar el regate y la velocidad que tanto Álex Berenguer pero, sobre todo, Nico Williams ejercen cuando reciben el balón. También entra en esa ecuación Iñaki Williams. Un jugador que en la 2023/24 actúa más en la banda y ha dejado el puesto de delantero a Gorka Guruzeta (arriba).
En la progresión del juego del Athletic, llegar a la banda con capacidad para que haya un desdoblamiento de un lateral o simplemente dejar a los extremos con capacidad para el regate y el centro en ventaja es el arma más importante del último tercio. Función en la que Nico Williams tiene un papel fundamental.
Valverde ha elevado el peso de Nico Williams en el ataque del Athletic en la 2023/24, siempre atacando el extremo la profundidad desde la banda, especialmente el espacio entre el lateral y el central rival (abajo).
De esa manera, Nico tiene una participación más activa en el juego ofensivo. Su lateral no le resta espacios por delante, mientras el interior más cercano a él trata de atraer a defensores sobre el pasillo central, facilitándole sus diagonales por dentro. Una vez en los metros finales, Nico puede optar por sacar un centro al área o definir con un disparo.
Fase defensiva y presión
Valverde es un entrenador que pondera defender lo más lejos posible de su portería. Para ello, realizar una presión tras pérdida efectiva es fundamental. También posiciona al equipo muy arriba.
La ejecución de una gran presión en campo rival posibilita la recuperación de balón o temporizar el ataque del rival. Una situación que da tiempo para que la estructura de sus equipos vuelva a ubicarse por detrás del balón con la mayor celeridad posible. Si bien, casi siempre la premisa de Valverde es presionar arriba, hay ocasiones en las que el bloque medio es la fase defensiva más repetida.
Un ejemplo claro es la modificación defensiva que ejercía el Barcelona. Con el 4-4-2 (abajo) siendo la manera más sencilla para que Messi se ordenase en defensa, sin tener que recorrer muchos metros.
El encargado de ejercer presiones mucho más agresivas era Luis Suárez, con dos líneas de cuatro por detrás con orden y muy juntos. Para ello, Gerard Piqué era el encargado de alejar lo máximo posible la defensa de la portería de Marc André-ter Stegen.
Emparejarse con el rival
Cuando los equipos de Valverde defienden hacia adelante, son los tres futbolistas más adelantados los encargados de comenzar la presión sobre el rival. En el Athletic, el delantero, desde su posición, divide la circulación del equipo rival. A partir de ahí, los extremos acompañan la acción.
En caso de que el extremo más cercano al central con el balón reduzca metros para ayudar al delantero centro, el extremo más lejano se posiciona en el espacio intermedio entre el central o el lateral con balón y el central o lateral sin balón.
Con eso se promueve que los tres delanteros tengan la capacidad de abortar la progresión de los cuatro defensores rivales. Además, que los tres jugadores del medio igualen a los tres futbolistas de su zona. De ese modo, el objetivo principal es emparejarse por dentro. Esto para que ningún receptor tenga facilidad para tener el balón entre líneas. Tampoco poder realizar pases a la espalda de los centrales del Athletic (abajo).
Pese a que los principios tácticos de Valverde no pasan por estar en bloque bajo, en algunos momentos, obligado por el dominio del balón del rival, sus equipos pueden adaptar su enfoque defensivo y protegerse con una estructura compacta. Esto siempre con un alto grado de solidaridad de los jugadores en los esfuerzos sin balón.
Jugadores claves
Si analizamos el Athletic de la 2023/24, Valverde suele ubicar al equipo en bloque medio. Los centrales, lateral y los pivotes están escalonados en distintos carriles, mientras los extremos se mantienen por fuera. Siempre a la espalda de los defensores directos rivales.
Como es habitual en los equipos de Valverde, los jugadores de la línea defensiva del Athletic son claves. Esto se debe a que deben ser ganadores de los duelos y buscar a los pivotes, encargados estos últimos de jugar con el extremo ubicado en la zona débil rival. A partir de ahí, será el extremo la pieza principal para activar de manera rápida la transición aprovechando el desequilibro del rival.
No obstante, el Athletic 2023/24, como también le ha pasado a Valverde en sus otros equipos, se muestra más vulnerable en algunos momentos cuando defiende con metros a sus espaldas. A pesar de eso, el técnico no rehúye el riesgo. Y es que, a la búsqueda del resultado y dominador de los partidos a través de la posesión, suma también la intención de conquistar los espacios.
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