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4-3-3: Cinco claves para su ejecución

4-3-3: Cinco claves para su ejecución
The Coaches' Voice.
Redacción
The Coaches' Voice en español
Publicado el
24 de abril 2023

El Real Madrid de Carlo Ancelotti, el Liverpool de Jürgen Klopp, el Barcelona de Xavi Hernández o el Arsenal de Mikel Arteta son claros exponentes del 4-3-3 en la actualidad. José Mourinho, Pep Guardiola o Luis Enrique también lo han utilizado en diferentes momentos de su carrera.

Sistema de eminente perfil ofensivo, el 4-3-3 además habilita en el apartado defensivo tres líneas pobladas que permiten una distribución racional del espacio, ayudas y posibilidad de presión en todo el campo. En The Coaches’ Voice señalamos cinco puntos claves para su ejecución.

Especialistas

Si bien en otros sistemas de juego se pueden utilizar diferentes perfiles de jugadores para ocupar las posiciones, en el 4-3-3 es necesario que la organización contenga especialistas para conseguir los objetivos en ataque. Sobre todo, en la línea de medios y de atacantes.

En el mediocampo, los tres futbolistas deben ser jugadores posicionales con capacidad para ofrecer líneas de pase en los dos primeros tercios de campo a la espalda de la presión rival, generando también diagonales. Asimismo, en este sistema, la tendencia de los tres centrocampistas es a jugar por el carril central. Por ende, los medios deben tener un gran manejo de balón.

Por su parte, la línea de ataque está compuesta por tres puntas o dos extremos y un punta. Independientemente de la combinación, los tres jugadores deben ser netamente ofensivos. Si esas posiciones son ejecutadas por medios o interiores, el 4-3-3 pierde su sentido.

Podemos hablar de dos funciones claves de los tres jugadores de ataque en este sistema. Con balón, deben permanecer abiertos para recibir en el último tercio y encarar al rival, ya sea hacia dentro o hacia fuera. Sin balón, se necesita que sean solidarios para ejercer con firmeza la primera línea de presión ante la salida del rival. De no hacerlo así, el oponente puede avanzar con facilidad (abajo).

De ese modo, los tres delanteros se convierten en pieza clave para conseguir el balance necesario en el 4-3-3.

Imagen del 4-3-3 del Liverpool de Klopp: presión tras pérdida.

Aprovechar la superioridad en juego posicional

En el 4-3-3, la ubicación de los extremos abiertos y alejados de sus marcadores favorece el juego interior y fomenta la superioridad en los dos primeros tercios de campo. Pero para aprovechar ese espacio generado por los atacantes, que arrastran con ellos marcajes de centrales e incluso laterales rivales, es necesario la intervención coordinada de la línea defensiva y el mediocampo.

Atrás, tanto el portero como los jugadores de la zaga deben tener paciencia para atraer la presión y filtrar pases a los medios. También es clave el óptimo posicionamiento de los tres mediocentros a diferentes alturas.

Con el pivote más cercano a la línea defensiva —convirtiéndose así en el eje del juego—, se debe buscar atraer la presión rival. Sergio Busquets, en el Barcelona, es un ejemplo de esa organización en primer tercio de campo. Sus movimientos por delante de los centrales generan espacios o ventajas tanto a los laterales como a los interiores Gavi, Franck Kessié o Sergi Roberto cuando le acompañan en la media (abajo).

Si el pivote está marcado, los dos interiores entonces debes ser capaces de generarse por ellos mismos el espacio y tiempo para recibir en condiciones de progresar. En el caso de que la presión del rival también llegue a los interiores, la altura de los laterales será la clave para generar la superioridad y hombres libres.

Ya en campo rival, la mencionada disposición de los extremos abiertos y alejados de sus marcadores obliga al rival a fijarse a ellos —con otros 3 jugadores, o incluso con 4 defensas—, lo que provoca superioridades en el último tercio final. De este modo, y con una distribución espacial óptima, la superioridad se podrá aprovechar y progresar hacia el gol en ventaja.

Amplitud en ataque

El 4-3-3 es un sistema en el que una de sus principales intenciones es la de jugar por fuera. Sin embargo, para conseguir esto se demanda una alta coordinación en la sociedad laterales-extremos. Una sociedad que puede darse bajo dos vías.

Una de ellas es la de jugar con un extremo a pierna natural. Es algo que provoca más el uno contra uno ante los rivales y, por lo tanto, más profundidad, con un lateral más conservador. Esta opción genera menos riesgo tras pérdida. Los laterales no tienen tanto protagonismo en campo contrario y habrá más jugadores en vigilancia cuando se pierda el balón.

La otra combinación es la de un extremo a pierna cambiada, es decir, con más tendencia a entrar en diagonal. Esto mientras el espacio por fuera lo podrán aprovechar los laterales. De este modo, habrá más opción de un dos contra uno y se podrá atacar el espacio con más efectivos. En contraposición, el equipo estará más desprotegido al perder la posesión y los jugadores de mediocampo tendrán que estar preparados para evitar la progresión en primera instancia.

Un punto en común entre las diferentes combinaciones laterales-extremos es que se hace necesario que siempre se juegue con la amplitud necesaria para evitar que el juego se acumule por el centro, cueste progresar y sea previsible y fácil de neutralizar.

El Arsenal (abajo) es un buen ejemplo de la combinación laterales-extremos en ataque. La posición y movimientos de los extremos, principalmente Bukayo Saka y Gabriel Martinelli, y los laterales (Oleksandr Zinchenko, Kieran Tierney, Ben White o Takehiro Tomiyasu) favorece encontrar la variabilidad en los ataques por los carriles externos.

Rol ofensivo del Arsenal en el 4-3-3, conexión entre Saka y sus laterales.

Velocidad tras robo

El posicionamiento de los tres atacantes es clave para favorecer la fortaleza tras recuperación de balón y salir al contraataque que posibilita el 4-3-3. Pero para que eso pueda darse, los tres delanteros deben estar preparados para salir al espacio tras la recuperación de balón.

Teniendo en cuenta que son jugadores de ataque y que están en igualdad numérica con el rival de 3 contra 3 o una desventaja de 3 contra 4, se antoja obligatorio la búsqueda de balones a la espalda de la defensa rival al contrataque y correr al espacio.

La rapidez de Vinícius Júnior en el lanzamiento de los contrataques del Real Madrid es un ejemplo de velocidad tras robo en el 4-3-3 (abajo). El extremo brasileño se siente cómodo en las situaciones abiertas con espacio a la espalda. Rodrygo o incluso Fede Valverde, cuando el uruguayo parte como extremo, también entienden claramente el rol de ser extremos verticales tras robo de balón.

Ofensiva del Real Madrid, en un contragolpe con un 4-3-3. Valverde lleva el balón mientras Vinícius, Benzema y Rodrygo se posicionan.

Compromiso defensivo de la línea de medios

El 4-3-3 es un sistema en el que la primera línea de presión puede ser vulnerable. Esto debido a que está formada por tres jugadores de perfil netamente ofensivo. Eso hace necesario que los tres medios deban tener la capacidad de repartirse todo el ancho de campo. Algo que exige una alta capacidad de fuerza y resistencia, dado que en las basculaciones se recorren más metros y en menos tiempo.

De igual modo, los tres medios deben estar preparados para llegar a hacer coberturas a los laterales en zonas de centro para remate. Así evitan que los centrales tengan que salir del área. Una demanda que hace que la línea de medios esté obligada a reunir jugadores con una interpretación del juego inteligente. Esto para entender cuándo deben caer a la espalda del lateral para ayudar en los momentos que el rival llegue al último tercio.

Pero también esos movimientos de lado a lado y a cubrir espacio a la espalda de los laterales, demanda a los tres centrocampistas una coordinación óptima y resistir esfuerzos continuos de una exigencia máxima.

El Liverpool de Klopp es ejemplo de un equipo equilibrado en el uso del 4-3-3 en su línea de medios. El trabajo de Jordan Henderson con su lateral es determinante para permitir a los centrales marcar dentro del área (abajo).

Por otro lado, la línea de medios también debe tener un papel relevante en el caso de una pérdida de balón. Siempre procurar estar situados los tres centrocampistas lo más cercano posible al balón para evitar el contraataque rival. Esto es algo que les exige proactividad a la hora de neutralizar la salida del oponente cuando recupera el balón.

La línea de medios igualmente tiene la responsabilidad no solo de temporizar la salida del rival. También de intentar recuperar el balón lo antes posible para que el equipo vuelva a atacar bajo su organización en 4-3-3.

Puedes conocer más sobre el 4-3-3 en The Coaches' Voice Formación.