Eurocopa 2020, Primera jornada Grupo F, 15 de junio 2021
Hummels (20, propia puerta)
Los dos últimos campeones del mundo, Alemania en 2014 y Francia en 2018, protagonizaban el primer gran partido de la Eurocopa 2020. Un duelo marcado por la disparidad de estilos, donde el combinado dirigido por Joachim Löw buscó tener el dominio de balón, mientras la Francia de Didier Deschamps optó por rápidas transiciones ofensivas. En una de ellas llegó el gol en propia puerta de Mats Hummels, lanzada por un brillante pase al espacio de Paul Pogba que facilitó el centro de Lucas Hernández dentro del área.
La selección gala hizo dos tantos más al contragolpe en el segundo tiempo, primero Kylian Mbappé y después Karim Benzema, pero ambos fueron anulados por fuera de juego. Eso dio a Alemania la oportunidad de mantenerse en el partido hasta el último segundo, aunque sin la capacidad suficiente para encontrar el gol ante una segura estructura defensiva del equipo de Deschamps, que suma los tres primeros puntos en el campeonato.
4 / 1
DISPAROS / A PUERTA
10 / 1
38 %
Posesión
62 %
434 / 355
Pases / Completados
692 / 615
7 / 0 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
10 / 1 / 0
Francia se desarrolló en fase ofensiva sobre un 4-3-3 (abajo), liderada en ataque con el tridente formado por Antoine Griezmann, Karim Benzema y Kylian Mbappé, y protegidos por detrás por un mediocampo donde predominó el poderío físico con Paul Pogba, N’ Golo Kanté y Adrien Rabiot.
Alemania se protegió en su fase defensiva sobre un 5-3-2 (abajo), apostando Joachim Löw por una zaga con tres centrales, Matthias Ginter, Mats Hummels y Antonio Rüdiger, con Joshua Kimmich en el carril derecho y Robin Gosens en el izquierdo.
Intercambio de posiciones y el tercer hombre:
En los primeros momentos, Francia optó por ser paciente y metódica en su desarrollo con balón, intentando evitar errores en su circulación de lado a lado, especialmente en su línea de atrás. Buscó utilizar el intercambio de posiciones por fuera, con sus laterales y extremos alternando posiciones. Unas acciones donde el extremo se situaba por dentro ante el avance del lateral por banda, generalmente en los momentos en que Raphaël Varane y Presnel Kimpembe tenían el balón o uno de los centrocampistas retrasaba su posición.
Cuando el balón llegaba a los pies de un extremo, este buscaba después conectar con el lateral que avanzaba por fuera. La clave principal para generar estas acciones fue a través del concepto del tercer hombre, algo que Francia buscó repetidamente para progresar en ataque. Así, por ejemplo, Griezmann y Benjamin Pavard intercambiaron sus posiciones por el perfil derecho, con Benzema avanzando hacia la posición de Griezmann en zonas intermedias para recibir el pase de Pavard (abajo). Una acción acompañada por el movimiento de uno de los centrocampistas mientras el balón llegada al delantero del Real Madrid.
Peligro en las transiciones ofensivas:
El equipo de Didier Deschamps generó triángulos muy dinámicos -a través del concepto del tercer hombre- para desorganizar la defensa de Alemania, modo por el que llegó a generar la mayoría de sus acciones ofensivas.
Asimismo, Griezmann y Mbappé se intercambiaron habitualmente la banda, con el jugador del PSG buscando generar problemas a la defensa de Alemania a través de su velocidad, particularmente después de que Francia tomara ventaja en el marcador. En las transiciones ofensivas, si el equipo de Deschamps es capaz de mejorar la velocidad de sus pases y las carreras para explotar el espacio a la espalda de la defensa rival, no hay dudas de que generará problemas a cualquier equipo de la Eurocopa.
Francia se encontró cómoda cediéndole la posesión a Alemania, sobre todo después del 1-0, buscando principalmente atacar a través de rápidos contragolpes. Como resultado de este planteamiento, el equipo galo solo disparó una vez entre los tres palos, aunque el dominio de la posesión y control de partido exhibido ante Alemania sugiere que es un equipo que puede generar con facilidad ocasiones de gol en el caso de necesitarlo por un marcador adverso.
Alemania se estructuró en un 3-4-3 (arriba) en fase de posesión, con Ilkay Gündogan y Toni Kroos en el doble pivote en mediocampo, acompañado en los costados por Kimmich y Gosens. La línea de ataque fue para Kai Havertz, Serge Gnabry y Thomas Müller. Francia, por su parte, defendió con un dibujo 4-3-3, en una zaga con Pavard, Varane, Kimpembe y Hernández.
Posesión sin golpear:
Alemania gozó de mucha posesión de balón, a través de la cual intentó romper la organizada y disciplinada estructura defensiva francesa. En la construcción desde atrás, Havertz y Müller se descolgaban a posiciones de mediocampo (abajo), formando un cuadrado para generar ventajas numéricas ante los tres centrocampistas de Francia.
Balance defensivo:
El primer problema que el equipo de Deschamps tenía que resolver en su fase defensiva era cómo aplicar la presión sobre los centrales alemanes, así como restringir también los espacios a su doble pivote y la vigilancia de los dos atacantes y carrileros alemanes. Para ello, Francia utilizó a uno de sus atacantes para cerrar al central más cercano cuando ese jugador recibiera el balón. Los dos restantes, mientras, se encargaban de bloquear las líneas de pase hacia el mediocampo y estar en posición de salir y cerrar al central de ser necesario (abajo). De igual manera, los mediocentros galos buscaban bloquear las líneas de pase en dirección a Havertz y Müller. También se aseguraban de saltar a la presión para cerrar el paso a Kroos y Gündogan si la vigilancia defensiva de la línea de ataque era superada.
Si Alemania ejecutaba un cambio de juego desde el central exterior al carrilero, entonces el mediocampista de Francia cercano al balón saltaba a presionar -a menos de que el carrilero estuviese especialmente arriba, en cuyo caso sería el lateral el que tendría que salir- con Kanté encargándose del atacante que se descolgaba a mediocampo, impidiendo que Alemania pudiera jugar de fuera a dentro de forma rápida para superar al mediocampo rival. Este trabajo doble de los delanteros y mediocampistas fue un factor que contribuyó al éxito defensivo del conjunto galo.
Una estructura compacta:
En el transcurso del partido, Alemania, a través de su desarrollo con balón, intentó sacar de su posición a los centrocampistas franceses, con el objetivo de habilitar un espacio entre líneas para sus atacantes. El propósito era generar una ventaja numérica con los dos carrileros y los tres atacantes frente a la defensa de cuatro de Francia. Sin embargo, esto era algo para lo que estaba preparado el equipo de Deschamps, con muy poca distancia entre la línea del mediocampo y la defensa para evitar esos espacios.
Después del gol, esas distancias se volvieron incluso más cerradas y se tornó excepcionalmente difícil atravesar las líneas francesas. Como resultado, el único verdadero punto de avance alemán era a través de circular el balón hacia el mediocampo y volver a jugar de cara con el central exterior, quien avanzaba por fuera de la primera línea de presión de Francia (abajo).
Sin embargo, tener a Ginter y Rüdiger como principales generadores de juego es una situación mucho menos óptima que disponer de Kroos y Gündogan en esta tarea, como también en el apartado defensivo, ya que la salida de los centrales exteriores generaba espacio a su espalda para las carreras de Mbappé. Dicho esto, esos avances permitieron que Alemania habilitara a sus carrilleros y que estuviesen en condiciones de buscar el centro al área. Parecía que el equipo de Löw podría sacar mejor provecho de estas situaciones, pero los franceses se replegaron rápidos con carreras diagonales hacia su arco después del cambio de juego, utilizando tanto a su mediocampo como la defensa para protegerse de los centros, los posibles pases atrás y las segundas jugadas.
La mejor oportunidad alemana llegó en los primeros minutos del segundo tiempo precisamente mediante esta vía ofensiva, en centro lateral con el disparo de Gnabry por encima de la portería francesa.
Sin movilidad en ataque:
Otro factor clave en el éxito francés en su línea defensiva es que se mantuvo muy compacta. Esto se debió principalmente al trabajo realizado por el mediocampo y los delanteros, pero la presencia de los cuatro defensas por el centro para proteger la portería hizo que cualquier buena posesión que Alemania tuviese, aún tenía que encontrar el camino para atravesar una línea defensiva que ganó el Mundial de 2018 sin permitir goles en cuatro de los siete partidos disputados.
No obstante, y a pesar de la solidez defensiva del equipo de Deschamps, Alemania probablemente no hizo lo suficiente para encontrar la solución a la falta de espacios que se encontró. Demasiadas veces tuvieron a cinco o seis jugadores posicionados en la misma línea que los cuatro defensas de Francia, con todos buscando recibir al pie y poca o ninguna intención de atacar el espacio a la espalda. Un enfoque que no varió a pesar del ingreso de jugadores potentes y veloces como Leroy Sané y Timo Werner, finalizando con un solo disparo a puerta en todo el partido a pesar de tener un 62% de posesión.
"Ha sido un gran partido frente a un gran rival. Sabía que los jugadores iban a estar preparados y lo estuvieron", manifestó Deschamps. “Esta victoria nos ha hecho bien. Alemania, con su calidad, con el retorno de algunos veteranos, ha sido difícil de manejar”, añadió el seleccionador de Francia.
"Creo que fue un partido brutalmente intensivo. Lo pusimos todo sobre la balanza, pero nos faltó imponernos en último tercio de campo", señaló el seleccionador de Alemania. Aunque suframos por haber perdido tenemos que pensar que no ha pasado nada, que tenemos dos partidos para corregirlo". añadió Löw sobre el futuro del equipo en la competición.
Redacción: Héctor García