maurizio sarri
Lazio 2021-2024
El Perfil:
Maurizio Sarri condujo a la Juventus al título de la Serie A y al Chelsea a la conquista de la Europa League, pero ha sido su etapa en el Napoli, en la que su Sarrismo, como es conocido su estilo de juego, se volvió objeto de amplia admiración, y un término que lo sigue definiendo. Aunque las brillantes actuaciones del Napoli no se tradujeron en títulos, sí tuvieron tal impacto que Pep Guardiola llegó a referirse al conjunto italiano como “quizás el mejor equipo que he enfrentado en mi carrera. Estoy enamorado del Napoli”.
Su llegada al Lazio en junio de 2021 como sucesor de Simone Inzaghi puede haberle presentado las circunstancias más adecuadas –después de solitarias temporadas con el Chelsea y la Juve– para construir un equipo fiel a su imagen. Ya a sus 62 años en el momento de su presentación en Roma, esa será sin duda su ambición. “Busca la perfección”, ha dicho su exdefensa Gianbattista Scugugia. “Nunca he visto a alguien que trabaje tan duro en mi carrera. Hace 15 años Maurizio Sarri cuidaba hasta el mínimo detalle, cada día. Ahora ha cambiado un poco, pero sigue siendo muy trabajador y también un ganador. No le gusta terminar en segundo puesto”.
Estilo de juego:
En su cargo anterior con la Juve, por primera vez Maurizio Sarri se inclinó más por el 4-4-2 o un 4-4-2 en rombo. Su tradicional 4-3-3 fue utilizado más esporádicamente, en última instancia, para incluir a Cristiano Ronaldo, Gonzalo Higuaín y Paulo Dybala en la misma alineación inicial. El estratega italiano también reconvirtió al internacional colombiano Juan Cuadrado en un lateral, mientras que Alex Sandro era su principal lateral izquierdo, con Danilo como relevo en ambas bandas. Entre ellos, los laterales, daban la amplitud en el ataque a la Juve.
Miralem Pjanic figuraba en la base del mediocampo cuando el equipo se organizaba en un 4-4-2 en rombo. Por lo tanto, era también el mediocampista que retrasaba más su posición cuando se colocaban en un 4-4-2 ortodoxo. A su lado, en el mediocampo, Blaise Matuidi y el uruguayo Rodrigo Betancur eran seleccionados regularmente y avanzaban hacia adelante y por dentro para habilitar más espacios para las incursiones de los delanteros. Mientras que Dybala se ubicaba en la punta del rombo, por detrás de Ronaldo e Higuaín (abajo).
Pocos movimientos requería el mediocampo en rombo de Maurizio Sarri para adoptar su preferido dibujo ofensivo. Su 4-4-2 tradicional, en comparación, requería más tiempo para desarrollar la posesión antes de atacar. Cuando ese era el caso, Pjanic se retrasaba más, sus interiores por banda se movían por dentro y el segundo mediocentro avanzaba. Cuando Dybala era incluido entre los dos puntas, también se retrasaba hacia el mediocampo -dejando así a Ronaldo como el único delantero- para ofrecer intercambio de posiciones y carreras fuera del balón con mayor profundidad.
El Chelsea de Maurizio Sarri contempló un 4-3-3 y un planteamiento parecido a lo visto en su etapa en el Napoli. Eden Hazard atacaba por dentro actuando como extremo izquierdo (abajo) y Marcos Alonso o Emerson Palmieri ofrecían desdoblamientos desde el lateral de este perfil. En banda derecha, Pedro, Willian o Callum Hodson-Odoi proporcionaban amplitud en el ataque, con el respaldo de César Azpilicueta. Pero este se mostraba más reservado que Alonso y Emerson en un intento de aportar un mayor equilibrio defensivo y para apoyar las enlaces con el mediocampo alrededor de Jorginho, su mediocampista defensivo.
El influyente Jorginho era su principal creador de juego, con un mediocentro regularmente retrasándose para dar apoyo a su lado y el tercer mediocentro -cuando fuese necesario- progresando para quedar por detrás del delantero que permanecía en territorio avanzado. N’Golo Kanté, Mateo Kovacic, Ruben Loftus-Cheek y Ross Barkley permanecían por delante de Jorginho en el centro del mediocampo. Desde allí preferían avanzar por el pasillo interior derecho para darle más la libertad a Hazard en el ataque. En esa temporada el belga mostró su mejor versión al operar entre líneas y en el intervalo entre el lateral y el defensa central.
El mayor tiempo que tuvo Maurizio Sarri en el Napoli –tres temporadas– significó que su 4-3-3 evolucionó más que en el Chelsea. Durante la temporada 2015/16, su principal delantero, Higuaín, anotó 36 goles en 35 presentaciones en Serie A. Lo hizo en un equipo que mostró una gran capacidad para gestionar la posesión por bandas. El ariete argentino permanecía avanzado la mayor cantidad de tiempo posible. Solo se desplazaba a una posición más retrasada en las raras ocasiones en que era necesario o para invitar a uno de los delanteros exteriores para avanzar por detrás en el contragolpe.
Tenían una especial fluidez en banda izquierda (arriba). Allí regularmente progresaban con rápidas combinaciones e intercambio de posiciones y carreras habilitadas por el concepto del tercer hombre. Faouzi Ghoulam avanzaba desde el lateral izquierdo. Dries Mertens o Lorenzo Insigne, ambos diestros, actuaban como extremos izquierdos. Desde allí se dejaban caer por dentro y eran apoyados por los movimientos, pases incisivos y carreras fuera del balón de Marek Hamsik.
En el perfil derecho, el equipo era bastante más directo. José Callejón, como su extremo derecho, atacaba alrededor de los oponentes para enviar centros o, si la jugada se desarrollaba por la izquierda, se movía por dentro para operar al lado de Higuaín como segundo delantero. Elseid Hysaj, por su parte, tendía a resistirse a lanzarse al ataque desde el lateral derecho. En su lugar figurando en lo que temporalmente se convertía en una defensa de tres.
Jorginho era el mediocampista defensivo del Napoli y contaba con el apoyo de Allan, quien también se desplazaba más atrás para contribuir en la recuperación del balón. De manera regular ellos complementaban las carreras hacia adelante de Hamsik bajo una estructura en doble pivote.
El italo-brasileño Jorginho también orquestaba una parte considerable de la salida desde atrás y el juego combinativo hacia ambos lados del campo. Su rapidez de pensamiento y rango de pases contribuían a dictar el juego del equipo antes de que se desplegaran sus rotaciones y movimientos.
Cuando Higuaín se fue a la Juve, Mertens, en parte debido a las lesiones sufridas por Arkadiusz Milik, fue alineado como su atacante central. Entonces Insigne comenzaba regularmente desde la izquierda. La familiaridad de los jugadores de Sarri con sus métodos contribuyó a que el equipo acumulara un total de 91 puntos. Este fue un récord del club en Serie A, y la mayor puntuación alcanzada por un subcampeón en la historia de la competición.
Fase defensiva y presión:
El uso de dos puntas por la Juve también significó que defendían de manera distinta al Chelsea y al Napoli. Mostrando un creciente uso de un bloque medio, resultaban difíciles de superar. Sus dos delanteros trabajaban para bloquear el acceso a los mediocampistas defensivos del rival. Por lo tanto, forzaban el balón hacia afuera, manteniendo ambos la vigilancia defensiva para intentar mantener la pelota allí y para impedir pases de vuelta por dentro o cambios de juego. Su segunda línea de juego, sin embargo, brindaba muy poca cobertura entre líneas (arriba). Si esa línea era penetrada, los defensas centrales de la Juve, en su lugar, se adelantaban agresivamente –potencialmente hasta el mediocampo– para defender ante un delantero que se retirará a una posición más atrasada o a un oponente conduciendo hacia adelante el balón.
Cuando eso dejaba espacio en su línea defensiva, sus interiores por banda –Matuidi, Betancour y Adrien Rabiot eran los de mentalidad más defensiva– se retrasaban hacia la defensa. Esto independientemente de si lo hacían desde una misma línea o desde una estructura en rombo. Al adoptar ellos posiciones más centrales cuando estaban sin balón, se hacía más fácil vigilar las carreras hacia adelante. Así contribuían a que el equipo fuese más defensivo.
La capacidad del Chelsea para dominar la posesión significó que conseguían recuperaciones de manera regular en campo contrario. También aplicaban una agresiva presión tras pérdida. Sus extremos se desplazaban para enfrentar a los laterales rivales y sus mediocentros ofensivos requerían la versatilidad para lidiar con los cambios de juego. También, si esos extremos resultaban superados, debían permanecer con la responsabilidad de los espacios en los pasillos interiores.
Sus delanteros, Higuaín, Álvaro Morata u Olivier Giroud, eran relativamente inmóviles. Por ello aplicaban una limitada presión a los defensas centrales y mediocampistas defensivos, así que a los mediocentros del Chelsea también se les pedía avanzar y dar apoyo al lado del delantero escogido en la alineación inicial. Barkley y Loftus-Cheek, sin embargo, se mostraron menos convincentes al hacer coberturas hacia afuera que Kovacic y Kanté.
El Napoli de Sarri aplicaba una presión especialmente agresiva que muchas veces se parecía al dibujo de la usada por el Chelsea. Un Higuaín más joven, y después Mertens, trabajaban a lo largo del campo para presionar al defensa central que tenía el balón. De esta forma intentaban dirigir la presión hacia afuera para impedir cambios de juego y forzar la posesión hacia un lado del campo (arriba). Si eso significaba que el rival optaba por un cambio de juego por medio de balones aéreos, el extremo de ese lado reaccionaba para presionar agresivamente por dentro y actuaba como su defensa más avanzado.
Los mediocentros del Napoli le daban prioridad más frecuentemente a su oponente más cercano. Esto significaba que Allan muchas veces avanzaba por delante de Jorginho para situarse al lado de Hamsik. Con los defensas del rival bajo presión del delantero del Napoli, el mediocentro de ataque más cercano y el extremo se situaban en los posiciones intermedias. De esta manera podían bloquear los pases a través del mediocampo mientras se mantenían lo suficientemente cerca de esos rivales para presionarlos, si era necesario. El timing y la capacidad de sus extremos y mediocampistas de ataque para replegarse era una característica que resultaba especialmente notable.
El Napoli, como el Chelsea, regularmente ejercía un fuerte dominio de la posesión. Por lo tanto, era un equipo que conseguía numerosas recuperaciones a través de la presión tras pérdida y la capacidad de los jugadores que ofrecían cobertura para volver a ganar el balón después de que los jugadores de ataque habían cedido la pelota en el último tercio del campo. La tenacidad de Allan y la capacidad de Jorginho para interpretar a sus rivales resultó crucial en su éxito.
El hecho de que su lateral izquierdo estaba tan dispuesto a atacar y contribuía con su presión tras pérdida significaba que la disciplina táctica de Hysaj en el lateral derecho también resultaba importante. Incluso con el espacio dejado vacío en el lateral izquierdo, la capacidad de Kalidou Koulibaly para ofrecer cobertura, desde la defensa central, pases directos jugados allí y contra atacantes veloces – potencialmente a través de duelos directos – aseguraba que con Jorginho y Allan también desplazándose hacia la izquierda para dar apoyo, el Napoli permanecía sólido en defensa.