
final champions league, 31 de mayo 2025
Achraf Hakimi (12)
Doué (20, 63)
Kvaratskhelia (73)
Mayulu (86)
Obra maestra del PSG de Luis Enrique en la final de la Champions League 2024/25 ante el Inter de Milán. Un titular bien podría resumir lo que se vio sobre el césped del Allianz Arena: fue la mayor goleada en una final de la máxima competición europea. El PSG, con un 5-0, supera al Real Madrid, que en 1960 le endosó un 7-3 al Eintracht Frankfurt. Los blancos compartían este récord con el Milan (en dos ocasiones), que venció en la final por 4-0 al Barcelona (1994) y al Steaua de Bucarest (1989), y con el Bayern Múnich, que derrotó por 4-0 al Atlético de Madrid —aunque esta goleada se produjo en un 'replay' tras un 1-1 en el primer encuentro—.
Para lograr este dato histórico y la primera Champions de su historia, todos los jugadores de Luis Enrique firmaron un brillante partido ante un Inter que se desconectó tras el 1-0 de Achraf Hakimi cerca del cuarto de hora. Désiré Doué resultó decisivo con dos goles (el 2-0 y el 3-0) y la asistencia a Hakimi en el primer tanto. Esto le valió el MVP de la final, un galardón sin discusión.
Aunque el partido ya estaba resuelto a falta de media hora para el final con el 3-0, Luis Enrique siguió dando instrucciones constantes para mantener la presión y atacar los espacios de la defensa del Inter. Así llegó el 4-0, tanto de Khvicha Kvaratskhelia en una rápida transición que definió con maestría con la pierna izquierda.
Los parisinos pudieron ampliar la goleada, especialmente Bradley Barcola (salió en sustitución de Doué), que tuvo una clara ocasión tras una espectacular acción individual. Fue Senny Mayulu, también ingresado desde el banquillo, quien firmó el definitivo 5-0 para el delirio de los aficionados del PSG, los jugadores y el cuerpo técnico encabezado por Luis Enrique. Porque, más allá de ganar la Champions por primera vez, el PSG selló también el primer triplete de su historia y el segundo para el técnico español, que ya lo había conseguido en 2015 al frente del Barcelona.

Análisis de los entrenadores
“El equipo ha presionado con una intensidad altísima. Como Ousmane Dembélé, quien ha presionado a Sommer, Acerbi, Bastoni... Ha hecho una presión brutal que no les ha permitido pensar. Tuvimos fortuna en los goles, lo que nos permitió tener mayor control desde el inicio”, analizó Luis Enrique, quien añadió que había cumplido su palabra con el PSG: “El día que me presenté (julio de 2023) dije que mi primer objetivo era traer trofeos importantes”. El técnico, que suma 21 títulos en su carrera, vivió un momento muy emotivo durante la celebración, cuando los aficionados del PSG desplegaron un mosaico gigante para recordar y homenajear a su hija Xana, fallecida en 2019, cuya imagen apareció en el Allianz Arena en forma de dibujo animado plantando una bandera del club parisino sobre el césped.
“Estoy orgulloso de haber recorrido este camino con el Inter. Intentamos cambiar algunas cosas, pero no lo conseguimos”, señaló Simone Inzaghi. “Nos enfrentamos a un equipo que mereció mucho más y ganó la Champions. Han sido los mejores. Grandísimo honor para el PSG”, reconoció el técnico del Inter sobre la superioridad de su rival en la final.
La fluidez del PSG
Partiendo de su estructura 4-3-3, el PSG comenzó atacando por las bandas, donde los carrileros del Inter salían a presionar a los laterales parisinos. Desde ahí, Doué y Kvaratskhelia podían encarar a los centrales exteriores rivales en espacios más amplios, avanzando con el balón y progresando por el campo. Pronto, los mediocampistas del Inter se desplazaron para apoyar a sus centrales en las salidas (abajo). Esto frenó el progreso del PSG por los costados, pero el conjunto francés rápidamente identificó al jugador libre en el mediocampo y comenzó a dominar la posesión.

Los movimientos fluidos del PSG les permitieron rotar, moverse con libertad y atacar distintos espacios frente a la línea de cinco del Inter. Los de Luis Enrique actuaron con frecuencia sin un delantero centro definido, lo que dejó a Acerbi, el central más centrado del Inter, sin una marca directa. Esto permitió al PSG generar un jugador libre para liberarse de la presión y encerrar al rival en su propio campo. Ousmane Dembélé, en particular, se movió por diferentes zonas para apoyar el ataque. El PSG tendía a acumular más jugadores por la derecha, con el lateral Hakimi uniéndose a Doué en ese costado. La llegada desde segunda línea de Doué al área fue clave en el 1-0. Por la izquierda, Nuno Mendes también se proyectó en apoyo de Kvaratskhelia, aunque el PSG solía contar con menos efectivos en ese sector (abajo).

A medida que avanzaba la primera mitad, el ritmo de pases y ataques del PSG resultó excesivo para el bloque 5-3-2 del Inter. Marcó el segundo gol en una contra incisiva, y la superioridad numérica por la derecha le permitió mantener la posesión. Dembélé continuó variando sus movimientos, incluso apareciendo por la izquierda, mientras Kvaratskhelia se cerraba para reforzar la superioridad en el flanco opuesto. El trío del mediocampo parisino, en igualdad numérica frente al del Inter, manejó el balón con excelencia: los tres marcaron el ritmo, rompieron líneas y adaptaron sus movimientos para apoyar entre Hakimi y Doué (abajo), al tiempo que generaban espacios para que los jugadores del sector izquierdo condujeran o atacaran sin balón.

En la segunda mitad, el PSG fue más profundo, con mediocampistas sumándose en torno a Dembélé, especialmente cuando este descendía desde una posición más adelantada. Kvaratskhelia mantenía la amplitud por la izquierda, arrastrando a su marcador y preparado para atacar los espacios a la espalda de la línea defensiva italiana. Doué se cerró más, aunque con el mismo objetivo de atacar los espacios. El mediocampo del PSG se volcó hacia adelante (abajo), anotando más goles y completando un 5-0 contundente, con una eficacia ofensiva impresionante.

Presión alta sobre el Inter
Además de su fluidez ofensiva, el PSG mostró agresividad y coordinación en la presión alta. Asfixió la salida del Inter desde el inicio, con una intención clara. Su tridente ofensivo presionó a los tres centrales italianos, y uno de los mediocampistas –João Neves (abajo)– presionaba ocasionalmente al carrilero Dimarco. En esas situaciones, Hakimi se cerraba y saltaba al mediocampo para cubrir al centrocampista del Inter liberado por Neves, enfrentándolo de cara.

Siempre que era posible, Dembélé intentaba encerrar la salida hacia la derecha del PSG. Pero incluso cuando no lo conseguía, presionaba con el mismo criterio e inteligencia. Cuando su marca inicial, Francesco Acerbi, se adentraba en el medio tras ceder el balón a Sommer, Dembélé presionaba al portero con la velocidad adecuada, ya fuera acercándose con sigilo o acelerando de golpe. El resto de los atacantes y mediocampistas adelantados del PSG aplicaban marcajes individuales, mientras el Inter intentaba saltar la presión. Neves se mantenía en su zona cuando defendían, y Hakimi asumía la marca de su par (abajo).

La mayoría de las salidas del Inter ante la presión del PSG no fueron efectivas. Willian Pacho y Marquinhos seguían a los delanteros italianos, listos para disputar los balones. Aunque el ataque del Inter ganaba algunos duelos, la falta de apoyos adecuados les impedía mantener la posesión en campo rival. Marquinhos, tras seguir a un Lautaro Martínez retrasado, podía volver a presionar por detrás para apoyar a su compañero central. Con todo el mediocampo del PSG defendiendo por delante de la jugada, también podían retroceder rápidamente y presionar al receptor (abajo). Aunque el conjunto italiano encontró más espacios en la segunda mitad, el daño ya estaba hecho gracias a la presión y fluidez ofensiva del PSG.

El PSG no levantó el pie del acelerador. Y la goleada pudo haber sido aún más humillante para el Inter, especialmente cuando el suplente Bradley Barcola estuvo cerca de marcar tras una brillante jugada individual. Aun así, el equipo parisino se llevó una victoria aplastante y el título que más ha anhelado.
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