final de la copa del rey, 26 de abril 2025
Pedri (28)
Ferran Torres (84)
Koundé (116)
Mbappé (70)
Tchouaméni (77)
El Barcelona se proclamó campeón de la Copa del Rey 2024/25 ante el Real Madrid en una final épica cargada de alternativas, nombres propios y, sobre todo, emoción.
Los de Hansi Flick fueron claros protagonistas en el primer tiempo, periodo que dominaron bajo los principios de juego que han marcado la temporada de los azulgrana hasta el momento: posesión, circulación rápida y presión. Pedri, cerca de la media hora, transformó ese dominio en gol, con una transición del equipo de Flick ejecutada con un espectacular gol del centrocampista desde fuera del área.
Carlo Ancelotti apostó por primera vez esta temporada en un gran partido por el 4-4-2, dibujo que se le había demandado para dar equilibrio y consistencia al equipo. Sin embargo, el 4-4-2 apenas tuvo profundidad en el primer tiempo, algo que cambió radicalmente con la entrada de Kylian Mbappé (por Rodrygo) al descanso. El francés, aún mermado por su lesión en el tobillo, dinamizó a un Real Madrid más ofensivo e igualó la final. Dentro de esa ola a favor del equipo blanco, Aurélien Tchouaméni puso por delante a su equipo con un cabezazo en un saque de esquina.
Con 2-1 en contra, apareció la otra versión del Barcelona esta temporada, es decir, un equipo con una enorme resiliencia para sobreponerse a cualquier adversidad. Ferran Torres hizo el 2-2 en los últimos minutos, para llevar el Clásico de Copa a la prórroga. Ahí, Jules Koundé, mucho más activo que Brahim Díaz en la acción del gol, recuperó el balón cerca del área blanca y sentenció con un gran disparo desde fuera del área.
El Barcelona suma así su título de Copa del Rey número 32. También es el primer entorchado del ansiado triplete al que aspiran los de Flick en la 2024/25. El Real Madrid, por su parte, se permite sacar conclusiones positivas del partido en una temporada de rendimiento irregular.
Análisis de los entrenadores
"Estoy muy orgulloso de mi equipo. Estamos en el final de la temporada y es increíble que puedan tener todavía una respuesta como la que han tenido. Valoro mucho lo que hacen mis jugadores, han demostrado que nunca se rinden", señaló Flick sobre la actuación de sus jugadores. Ancelotti también hizo un análisis positivo de su equipo: "Hemos competido bien. Estaba bajo control, pero nos buscaron en un balón a la espalda y se complicó. Estuvimos muy cerca. Hay que seguir peleando, luchando y no hay nada que reprochar al equipo".
A continuación, nuestros entrenadores analizan en profundidad las claves de la final de Copa del Rey entre Barcelona y Real Madrid. Un partido que reflejó las virtudes y defectos de cada equipo en la temporada 2024/25.
Barcelona: dominio de la posesión y respuesta defensiva
El Barcelona logró un claro dominio de la posesión durante la primera mitad, utilizando el control del balón para dictar el ritmo y poner en apuros al Real Madrid. Con jugadores como Pedri, Frenkie De Jong, Dani Olmo y Lamine Yamal, el Barcelona mostró una circulación fluida y constante, buscando desajustar a la defensa rival mediante rápidos intercambios de pases interiores y habilitar así los costados con Jules Koundé, Raphinha o Yamal (abajo).
Esa posesión no solo desgastó al Real Madrid, sino que también generó superioridad numérica en zonas interiores, abriendo espacios en la última línea y facilitando transiciones ofensivas. Aunque el Barça no generó numerosas ocasiones claras de gol, sí logró desorganizar al Real Madrid y forzarlo a replegarse en la primera mitad, manteniendo un escenario favorable con el marcador a su favor.

Sin embargo, en la segunda mitad, el Real Madrid implementó una presión más intensa y eficaz, especialmente sobre jugadores clave como Pedri, De Jong y Koundé. El planteamiento de presión hombre a hombre de Carlo Ancelotti en salida dificultó la circulación azulgrana. Alges forzó a realizar pases largos e imprecisos que favorecieron recuperaciones rápidas del Real Madrid (abajo). Los blancos también adelantaron su línea defensiva, logrando recuperar balones en zonas avanzadas y acercarse a zonas de finalización, obligando al Barça a adoptar una defensa más conservadora en 4-2-3-1, dejando en evidencia sus debilidades en los costados y a la espalda de su última línea.

Real Madrid: explotar el 2x1 en banda izquierda
El Real Madrid demostró una gran capacidad para identificar y explotar las situaciones de 2x1 en el sector derecho del Barcelona, especialmente cuando Yamal no lograba cubrir completamente su banda (abajo). Durante la primera mitad, el Barcelona intentó basar parte de su ataque en generar fluidez interior para facilitar acciones individuales de Yamal por el exterior, pero su desconexión defensiva dejó espacios que el Real Madrid aprovechó con gran inteligencia. Vinícius, Fran García (entró en el minuto 8 por el lesionado Ferland Mendy) y, más tarde, Mbappé, tras ingresar en la segunda mitad, se asociaron de manera eficaz para desbordar por esa zona. Los jugadores del Real Madrid anticiparon los movimientos de Yamal, generando superioridad numérica y permitiendo llegar con frecuencia a zonas de finalización.

Ese tipo de desbordes del equipo blanco forzó a Koundé a enfrentarse a varios jugadores en inferioridad numérica, comprometiendo su capacidad defensiva. La presión sobre el lateral del Barcelona no solo lo desbordó individualmente, sino que también desorganizó la línea defensiva en su conjunto.
Como resultado, el Real Madrid aprovechó estos momentos para generar ataques rápidos y precisos, especialmente con Vinícius y Mbappé, quienes realizaron incursiones directas hacia el área rival. La capacidad de Fran García para desdoblarse y sumarse al ataque fue también clave (abajo), ya que obligó a Koundé a redoblar esfuerzos defensivos. Esto afectó a la estructura defensiva del Barça y abriendo espacios para nuevas opciones ofensivas, de las cuales surgieron las mejores ocasiones blancas en la segunda mitad.

Contragolpes letales del Real Madrid
El Real Madrid, pese a no dominar la posesión del balón, se mostró letal en sus transiciones ofensivas, convirtiéndose en uno de los principales factores de peligro a lo largo del partido. Con apenas un 40% de posesión, el equipo de Ancelotti demostró una impresionante capacidad para recuperar el balón tanto en campo propio como en la zona de creación del Barcelona y ejecutar contragolpes rápidos y efectivos con Mbappé y Vinícius (abajo). Ambos jugadores fueron fundamentales en este aspecto, aprovechando su velocidad y agilidad, con y sin balón, para atacar los espacios libres que dejaba la defensa blaugrana a su espalda.

Mbappé y Vinícius se posicionaban descolgados en fase ofensiva rival, siendo principales receptores tras superar la línea de medios, realizando desmarques y conducciones verticales o diagonales que les permitieron penetrar en el último tercio, desbordando a la defensa del Barça con pocos toques y jugadores. Mbappé aportó una dimensión extra al contragolpe blanco, dado su dinamismo y su capacidad para desmarcarse y recibir con espacios, incrementando la velocidad del ataque ante una defensa adelantada (abajo).
La verticalidad de Mbappé, Vinícius y Jude Bellingham, sumada al movimiento en bloque tras las entradas de Luka Modric y la reubicación de Fede Valverde, permitió al Real Madrid aumentar la presión sobre los defensores blaugranas y generar oportunidades desde campo rival. El equipo fue fracturando las estructuras defensivas del Barcelona mediante contragolpes, ganando espacios e intervalos para ser más verticales y veloces con acciones de Mbappé, Vinícius, Brahim Díaz e incluso Fran García.

Variabilidad ofensiva del Barcelona
El Barça mostró una notable variabilidad ofensiva en su 4-2-3-1, alternando entre control paciente y transiciones rápidas. Esta flexibilidad le permitió atacar tanto mediante pases largos a Yamal y Raphinha como con combinaciones interiores rápidas entre Pedri, De Jong, Ferran Torres y Olmo.
Durante las fases de posesión controlada, el equipo acumuló pases buscando romper la presión de Tchouaméni y Valverde. Mientras, en momentos de aceleración atacaba con verticalidad, generando situaciones de 3x3 con sus delanteros (abajo).

El equilibrio entre posesión, presión alta y transiciones rápidas destacó la flexibilidad táctica del Barça, manteniéndose sólido en todas las fases del juego gracias a la participación clave de Gavi, De Jong, Fermín, Olmo, Pedri y la proyección defensiva de Koundé. Además, su transición defensiva fue eficiente, mutando de un 4-4-2 a un 4-2-3-1 tras pérdida, recuperando balones en zonas peligrosas, como ocurrió en la jugada del tercer gol de Koundé (abajo).

Impacto de los cambios tácticos en la segunda mitad
Real Madrid: ajustes tácticos
La segunda mitad fue determinante para el Real Madrid gracias a las modificaciones tácticas de Ancelotti. La entrada de Mbappé, junto con Modric en el eje del mediocampo y Arda Güler en banda, permitió una reorganización efectiva en ambos sentidos. El movimiento de Valverde al lateral derecho fue clave, resolviendo los problemas defensivos en ese carril y ofreciendo mayor amenaza ofensiva con sus irrupciones interiores, asociándose con Modric, Tchouaméni y Bellingham.
Valverde liberó a Güler y activó una presión en pares, permitiendo a Bellingham y Tchouaméni ganar segundas jugadas en la zona de creación rival (abajo), frenando el avance blaugrana. El Real Madrid se organizaba en un 4-4-2 defensivo y 4-3-3 ofensivo. Esta estructura facilitó la fragmentación defensiva del Barça, permitiendo pases verticales precisos entre Modric y Valverde para Mbappé, Bellingham y Güler.
Mbappé y Vinícius aprovecharon los espacios creados para buscar constantemente el 1x1, presionando la última línea adelantada del Barça. Esto aceleró el ritmo blanco, generando faltas tácticas y córners peligrosos, como en las jugadas del gol de libre directo de Mbappé al minuto 70 y en el gol tras córner en el 77, desgastando aún más a la defensa rival.

Barcelona: ajustes y respuesta
Hansi Flick también acertó en sus cambios para contrarrestar el dominio del Real Madrid. A partir del minuto 65, con la entrada de Fermín López por Dani Olmo, el Barcelona ganó dinamismo en el mediocampo y mayor profundidad con Raphinha, Yamal y Ferran Torres. Fermín, presionando y llegando desde segunda línea, reactivó a Ferran Torres y Yamal, quienes encontraron nuevamente la profundidad, como en la acción del 2-2 (abajo).

La presión alta azulgrana forzó al Madrid a lanzar balones largos, que caían en poder de Koundé, Araújo e Íñigo Martínez. Además, la entrada de Gavi en el 85 reforzó el centro del campo, equilibrando el equipo en los momentos de mayor presión rival. Ya en la prórroga, la entrada de Pau Víctor y Eric García mantuvo la frescura y la solidez defensiva. Esto neutralizó los intentos de contragolpe blancos y asegurando la posesión del balón y la ventaja en el marcador después del gol de Koundé.
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