èric garcía
Barcelona, 2021-Presente
El Perfil:
Críado en La Masía del Barcelona, Èric García se marchó a la Academia del Manchester City con 16 años, para debutar solo un año después con el primer equipo a las órdenes de Pep Guardiola en un partido de la Carabao Cup a finales de diciembre de 2018. Desde entonces se instaló en el equipo citizen, aunque fue perdiendo protagonismo con el paso de las temporadas, gozando de pocos minutos -850- en la temporada 2020/21 después de anunciar su intención de renovar su contrato con el equipo inglés.
Espera encontrar regularidad y un puesto en el once titular en su vuelta al equipo azulgrana, en un viaje muy similar al que trazó años atrás Gerard Piqué, quien también salió de la cantera del Barcelona rumbo al Mánchester, en su caso al United, para madurar bajo las órdenes de otro técnico de gran influencia como es Sir Alex Ferguson. “Ojalá en unos años pueda decir que he tenido la carrera que ha tenido y tiene Piqué. Jugar a su lado y aprender de él en los entrenamientos es algo increíble”, ha señalado el nuevo central azulgrana.
Análisis táctico:
Es en fase de posesión donde Èric García adquiere mayor relevancia, destacándose por su salida de balón, una característica indispensable para el desarrollo del juego de posición demandado por el Manchester City en su anterior etapa y ahora en el Barcelona o la selección española. Su habilidad para filtrar pases, encontrando los intervalos que deja el rival en su presión, le permite encontrar al compañero con espacios, un receptor que, además, puede recibir el balón de una manera ventajosa para su control y posterior continuidad de la jugada (abajo).
Aunque es capaz de realizar circulaciones de lado a lado, le gusta ser protagonista filtrando ese primer balón. Sus entrenadores le suelen dar la libertad y la responsabilidad de hacerlo, por lo que, en cuanto tiene oportunidad, busca la progresión en el juego. Asimismo, García pide el balón constantemente y siempre trata de ser un apoyo para recibirlo, ofreciendo una acertada línea de pase de seguridad a sus compañeros.
Es un jugador muy correcto técnicamente en lo que al pase se refiere, como también bastante inteligente en la lectura del juego. Si tiene que saltar a un compañero o una línea rival con un pase, lo hace siempre con la intención de dar ventaja a la progresión de su equipo y dificultar la presión rival, proyectándolo con una gran velocidad el balón para facilitar la superación de las líneas de presión.
Otro de los factores importantes que le hacen ser clave en el juego de posición es su orientación corporal. Siempre colocado de la manera correcta para que su recepción del balón sea satisfactoria y enfocada a la siguiente acción, pudiendo además utilizar su pierna izquierda (pie más débil) en la circulación para ser más eficiente en función de lo que requiere la acción.
Además del pase corto, también domina el pase de media distancia. Habilidad mostrada, por ejemplo, en la pasada Eurocopa con la selección española, donde la primera intención era buscar en profundidad a Álvaro Morata, quien se convirtió en un socio excepcional con sus movimientos de apoyo descolgándose desde la posición del punta.
En fase de creación, su rol sigue siendo participativo con balón. Intenta recibir, se mueve y se coloca siempre dando una línea de pase, acompañando la jugada por detrás y buscando contacto con el balón para darle velocidad al juego. Asimismo, no duda en pisar campo rival e instalarse allí; y si le dejan espacios, realizará una conducción para liberar jugadores por dentro (abajo).
También en fase de creación, realiza movimientos de prevención, atento para que, en caso de pérdida, no le ganen la espalda y sin perder de vista a los delanteros ni a sus compañeros para protegerse. A pesar de su juventud, muestra una gran capacidad de liderazgo. Manda, ordena y cuida que las distancias entre compañeros sean correctas.
Sus vigilancias ofensivas se pueden ver cuando su equipo se encuentra finalizando jugada o rondando el área rival. Ante la imposibilidad de intervenir en el juego, comienza con el marcaje al delantero más cercano para evitar un posible contraataque. Además, se mantiene cerca del bloque ofensivo para aportar equilibrio al equipo y también poder reacción rápido en caso de pérdida. Un posicionamiento, por otro lado, que reduce los espacios interiores.
Defensivamente es un jugador que no se ve demasiado exigido por su forma de jugar. Generalmente trata de evitar las disputas y los duelos individuales donde probablemente no salga vencedor, y lo hace mediante los ya comentados movimientos de prevención. Así, busca anticiparse a las acciones más extremas mediante movimientos pasivos, como por ejemplo estar bien posicionado y cerca de los compañeros para tener superioridad, o movimientos de anticipación o interceptación.
Gracias a su inteligencia táctica reduce mucho las acciones límite o extremas en las que tenga que ir al suelo o a jugársela en un uno contra uno, donde generalmente tiene menos opciones de ganar los duelos contra los delanteros más fuertes o rápidos.
Por otro lado, es un jugador que sufre en las disputas aéreas, tanto frontales como laterales (arriba). No obstante, y sabiéndose inferior en estas acciones, trata de molestar al rival para que el remate o el control no sea cómodo.
Otro apartado a mejorar es el uno contra uno, donde no es un gran robador si el rival decide encararlo, aunque sí que realiza buenas temporizaciones defensivas (abajo) alargando la acción y dando tiempo a las ayudas y a que se coloque el equipo.
Estar muy pegado al rival le permite no tener que ir tan al límite ya que le facilita todas esas acciones de prevención defensiva, pero eso no evita que en cierta ocasiones pueda tener ciertos errores por precipitarse en la anticipación.
Rol en el Barcelona:
En el esquema de Ronald Koeman encaja perfectamente en el central derecho tanto en defensa de cuatro como con tres centrales -utilizada la pasada temporada-, donde podrá tener minutos al igual que otros jóvenes centrales lo han hecho como Ronald Araújo u Óscar Mingueza.
Por su perfil, es un jugador que se adapta perfectamente en el modelo de juego del Barcelona, donde prima la posesión del balón y el protagonismo de los centrales en la creación desde inicio. Èric García puede ser el escalón necesario entre Marc-André ter Stegen y los mediocentros, donde además hemos podido ver que se entiende a la perfección con Pedri, al que hace mejor jugador con sus pases filtrados en diagonal, que permiten al interior azulgrana recibir el balón con una buena orientación corporal.
Asimismo, en un equipo como el Barcelona que suele jugar con laterales muy ofensivos, es un jugador que es solidario en la realización de las coberturas y permutas, saltando de una manera ordenada a tapar el hueco del compañero atacado por el rival.
De este modo, su rol en el juego será idéntico al desarrollado en el Manchester City o en la selección española dirigida por Luis Enrique -ambos equipos suelen estructurar un 4-3-3, dibujo en el que actuaría de central derecho-, y donde ha mostrado que a pesar de sus carencias, que probablemente corrija con la experiencia y protagonismo en el campo, puede ser un gran activo para el Barça durante mucho años.