copa mundial grupo e, 27 de noviembre 2022
Morata (62)
Füllkrug (83)
España y Alemania protagonizaron uno de los grandes partidos que se han visto hasta la fecha en el Mundial 2022, cerrado con un empate de los alemanes en los últimos minutos. Al borde de la eliminación del torneo con un 1-0 en contra, Hansi Flick agitó el equipo, para encontrar el 1-1 a través de uno de sus cambios: Niclas Füllkrug.
Veinte minutos antes de ese tanto, España se adelantó en el marcador por medio de Álvaro Morata en una acción colectiva de lado a lado, en la que el equipo de Luis Enrique pudo salvar la presión de su rival para llegar a los metros finales con Jordi Alba como asistente y el delantero del Atlético de Madrid en la finalización. Las tablas mantienen a las dos selecciones en su objetivo de pasar a los octavos de final en la última jornada.
"Es un poco decepción, pero si somos honestos hemos podido perder el partido. El resultado es justo", señaló Luis Enrique, técnico de España. Hansi Flick, seleccionador alemán, valoró positivamente el empate: "Sabíamos a lo que atenernos, porque España es un gran equipo. A lo mejor este resultado nos da moral para el futuro".
Las claves tácticas
España:
Triangulaciones del mediocampo
Luis Enrique dispuso a España en su habitual 4-3-3 en fase ofensiva (abajo), variando a 4-1-4-1 en los momentos sin balón. La intención en el equipo español fue clara desde el inicio, buscando el control del juego a través del dominio de balón en campo propio y generar combinaciones interiores con las triangulaciones entre Sergio Busquets, Gavi, Pedri. Un trivote al que se sumaba uno de los delanteros en apoyo. Ya en campo rival, España trató de provocar situaciones de uno contra uno por las bandas con Jordi Alba y Dani Carvajal o los extremos.
En zona de creación durante la primera mitad, Busquets, Gavi y Pedri fueron el motor del equipo, generando situaciones en ventaja para los tres delanteros. El hombre libre era encontrado tras circulaciones de balón combinativas en triángulos. Sin embargo, el equipo de Luis Enrique fue de más a menos en cuanto al control del juego para evitar los ataques verticales de Alemania, como también en el control de las transiciones ofensivas tras pérdida de balón.
Superioridades posicionales
España generó ventajas numéricas posicionales a través de la circulación de jugadores y conducciones diagonales de fuera hacia dentro. Unas acciones que desajustaron el dispositivo defensivo alemán sobre el carril izquierdo. Laporte realizaba conducciones para atraer a su oponente directo y al cercano, liberando de ese modo a Busquets (abajo).
Por otro lado, Gnabry era atraído hacia el carril interior, además de Gündogan, lo que habilitaba un espacio relevante para que Busquets contactara a la espalda de la línea medular de Alemania, también con la superioridad posicional de Asensio, Alba y Dani Olmo por el sector izquierdo. Una zona donde España fue incisiva, constante y desequilibrante.
Desajustes defensivos ante el juego directo
Ya en la segunda mitad y en fase defensiva, los de Luis Enrique sufrieron constantes desajustes defensivos cuando Alemania sorprendió con su juego directo. Los atacantes alemanes, con movimientos interiores de apoyo cerca de la acción de juego, desajustaron a la zaga española y habilitaron espacios interiores en su línea defensiva.
De ese modo, los de Hansi Flick aprovecharon los espacios interiores y los intervalos entre el lateral y el central de España, para hacer llegar el balón a un veloz y destacado Raum. El lateral alemán generalmente progresaba por el carril exterior izquierdo y ganaba la espalda a Carvajal para llegar a zona de finalización con peligro (abajo).
Morata, un nuevo enfoque en ataque
Álvaro Morata supo interpretar y aprovechar de manera acertada los espacios relevantes que generaba la última línea defensiva rival en zona de finalización. Su lectura táctica durante la segunda mitad facilitó a su equipo poner en apuros a los centrales con sus desmarques de ruptura.
Además, su movilidad y visión táctica, unida a la superioridad posicional de Alba y Olmo, provocaron que la distancias entre los laterales y centrales de Alemania creciera. Morata se posicionó cerca del central rival más lento a su espalda, Süle, para aumentar sus posibilidades de éxito en su desmarque por anticipación hacia el primer palo, como se vio en su gol (abajo).
Crecer en fase defensiva
Flick dispuso a su equipo en un 4-2-3-1 en bloque medio y con las líneas compactas para intentar evitar el juego interior de España (abajo). Durante la primera mitad, este dispositivo fue perdiendo metros y acercándose más a su portería, lo que le supuso ceder la iniciativa ofensiva del juego y perder rapidez en sus contraataques.
El dispositivo formado por cuatro líneas más el portero, orientaba las acciones ofensivas de España hacia los carriles exteriores, para que, en ese zona, saltara el lateral al extremo rival y el interior al lateral. Ya en la segunda mitad, Alemania mejoró su profundidad defensiva y ganó en solidez ante los ataques posicionales de España, ralentizando las combinaciones en zona de creación del equipo de Luis Enrique.
Ganar la espalda de Gavi
En campo propio y para superar la presión rival de España en la salida de balón, Flick organizó a sus medios para realizar movimientos de atracción con balón sobre los medios rivales.
Un mecanismo desarrollado en varias etapas. Primero, Goretzka, el jugador más vertical y rápido en zona de creación de Alemania, buscaba atraer a Gavi. Musiala, por su parte, arrastraba la marca de Rodri para habilitar un espacio libre en la última línea defensiva, con el objetivo también de generar movimientos del tercer hombre a través de Gündogan y Goretzka (abajo). Conseguido esto, y una vez ganada la espalda de Gavi, el jugador de Alemania que tenía el balón podía llegar a zona de finalización en conducción y con espacios en los costados para el punta y el extremo rival.
Orientar hacia dentro el juego rival
El dispositivo alemán en fase defensiva e inicio de juego de España mutó para organizarse sobre un 2-3-1-4. Un dibujo donde la intención era interponer las máximas barreras posibles sobre el posible ataque combinativo de España. A la vez, intentaba reducirles el espacio de juego tras orientarles hacia el carril interior.
Justo en la zona central, y después de invitar a Unai Simón a conectar con Pedri o Gavi, Goreztka y Kimmich fijaban a los dos interiores españoles para poder realizar anticipaciones defensivas lo más cercanas a la zona de finalización propia. Müller, a su vez, tapaba el pase sobre un central y el extremo de la zona activa al otro, sumado al trabajo de los interiores, en acoso cercano sobre los dos posibles receptores españoles en apoyo (abajo). De esta manera, los alemanas forzaban el error del receptor y podían finalizar la jugada con peligro de manera rápida.
La entrada de Füllkrug
En los últimos minutos de la segunda mitad, Flick dio entrada a Füllkrug para ubicarse el delantero sobre el intervalo lateral-central izquierdo español. El entrenador alemán detectó minutos antes de este cambio el desajuste que se producía cuando Laporte era forzado a cometer errores ofensivos tras conducciones de balón en campo propio y tardaba en reorganizarse. Después de esa pérdida de balón, la distancia de Laporte con Rodri y el lateral de su lado era amplia y cercana al área propia, situación que se adaptaba a las características de un jugador como Füllkrug.
Minutos después de su entrada, se produjo la situación que Flick buscaba. Sané aprovechó la pérdida de Laporte para realizar una conducción interior que habilitó con más claridad el desmarque de Musiala y Füllkrug finalizó con un potente disparo cruzado para hacer el gol del empate de Alemania (abajo).
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