
Marco Silva
Fulham, 2021-Presente
Cuando Marco Silva llegó al Fulham en 2021, el club era un equipo irregular. Había conseguido dos ascensos a la Premier League a través de los playoffs de la Championship, pero había vuelto a descender directamente en ambas ocasiones. Silva los llevó de vuelta a la división de honor en su primera temporada, aunque esta vez como campeones, tras anotar 106 goles en 46 partidos. Posteriormente, mantuvo al equipo de Londres en la máxima categoría del fútbol inglés por primera vez en una década, logrando un sobresaliente décimo puesto. El Fulham de Marco Silva firmó después otras dos permanencias cómodas en la Premier League —logrando por el camino el récord de puntos del club (54) en la competición— además de alcanzar dos veces los cuartos de final en la FA Cup y una semifinal de la Copa de la Liga.
Tal como hiciera en su actual aventura en Craven Cottage, Silva también empezó con paso firme y de manera sobresaliente su carrera como entrenador. Poco después de finalizar su etapa como jugador, en 2011 arrancó a los mandos del Estoril en la segunda división portuguesa. Tras ganar la liga en su primera temporada y dejar buenas sensaciones en la máxima categoría, dio el salto a dirigir al Sporting Club de Portugal en la temporada 2014/15, en la que conquistó la Copa de Portugal. Luego condujo al Olympiacos al título en el campeonato griego y a lograr una victoria notable en la Champions League frente al Arsenal. Sus primeros trabajos en la Premier League fueron dos etapas de seis meses tanto en el Hull City como en el Watford, seguidos de 18 meses en el Everton, antes de asentarse en el Fulham.
A continuación, nuestros entrenadores con licencia UEFA analizan el enfoque táctico de Silva durante su etapa en Craven Cottage.
Pases progresivos
A lo largo de su carrera como entrenador en Inglaterra, Marco Silva ha apostado principalmente por el sistema 4-2-3-1. Aunque sus equipos no tienen como objetivo principal dominar la posesión —tiene una media de casi un 50% en sus seis primeras campañas en la Premier League—, sí son agresivos a la hora de progresar con el balón hacia adelante. En las temporadas 2023/24 y 2024/25, solo el Liverpool superó el total del Fulham de pases progresivos.
Desde el 4-2-3-1 como sistema principal, los centrales del Fulham suelen abrirse en la salida de balón, lo que permite al portero ocupar el espacio entre ambos. Aunque los equipos de Marco Silva pueden combinar en corto, también exhiben un perfil más directo, con pases largos de los defensores centrales —como Joachim Andersen y Calvin Bassey— que superan al doble pivote en el mediocampo. Estos envíos en largo buscan en ocasiones al lateral que se proyecta, moviéndose este lo más abierto posible en su carrera hacia adelante. Un movimiento que arrastra al extremo rival, liberando así el espacio para que los centrales se abran.
Los equipos de Silva también juegan con frecuencia de manera directa hacia la línea ofensiva, sin necesidad de combinar en corto con los pivotes. Cuando los pivotes retroceden para recibir, a menudo atraen con ellos la marca de los rivales. Aquí, con el mediapunta descolgándose ligeramente hacia una banda y liberando con ello los espacios centrales, el Fulham tiene entonces más facilidad para conectar de manera directa con la línea de ataque.
Si analizamos cómo funciona la línea ofensiva en los equipos de Marco Silva, habitualmente el delantero —Raúl Jiménez, Aleksandar Mitrovic, Carlos Vinícius y Rodrigo Muniz han actuado como puntas de referencia bajo la dirección del entrenador portugués—, desciende con respecto a la defensa rival para mantener el balón, protegerlo y combinar con los compañeros que lo rodean. Por fuera, el extremo más cercano se encarga de proporcionar la máxima amplitud. Esto mientras que el extremo opuesto incursiona hacia dentro —a menudo con movimientos opuestos a los del mediapunta—, brindando al delantero opciones para combinar (abajo).

Intercambio de posiciones en banda
Acceder rápidamente a la línea ofensiva permite que incluso fases breves de posesión se traduzcan en juego hacia adelante y ocasiones de gol. Con Marco Silva, el Fulham ha transformado su progresión hacia adelante en goles gracias a que su delantero centro se descuelga en el inicio de la acción de ataque.
Cuando ese delantero —Jiménez, Mitrovic, Carlos Vinícius o Rodrigo Muniz— se retrasa para mantener la posesión, una de las características suele ser que el mediapunta intercambia su posición con él, ya sea atacando más arriba o en zona centrales. A su vez, ambos extremos se unen a los pasillos interiores para formar una unidad ofensiva muy cerrada. Es decir, con muchos jugadores en pocos metros.
Cuando la jugada progresa con rapidez hacia el último tercio de campo, el Fulham busca atacar con precisión. Con el mediapunta y los extremos aportando un flujo constante de goles en este tipo de ataques rápidos.
En los momentos que el rival impide la progresión rápida hacia el último tercio de campo —especialmente en la zona central—, el Fulham ha sabido adaptarse, con su línea delantera capaz también de atacar por fuera, normalmente para buscar los centros al área.
También han intentado combinaciones para superar la presión rival en zonas centrales. En estos momentos, el apoyo del delantero centro en zonas intermedias ayuda a combinar bien con el resto de los atacantes, adaptando de ese modo el enfoque ofensivo al bloque defensivo rival.
Con el delantero de referencia incorporándose desde segunda línea, a menudo ha quedado en una posición ventajosa para llegar libre de marca en los centros o para ser el receptor final en combinaciones por la zona central. Mitrovic y Jiménez se beneficiaron de este enfoque ofensivo de Silva. De hecho, el primero (abajo) marcó la cifra récord de 43 goles en 46 partidos de liga inglesa en la temporada 2021/22 de la Championship.

Por otro lado, un estilo de juego agresivo con pases hacia adelante obliga a los rivales a retroceder con más frecuencia. Así como también a replegarse más de lo que quisieran. Con el paso de los minutos, esto puede provocar que los rivales opten por conceder metros y mantenerse en un bloque bajo o bloque medio para conservar energía. En esos momentos, los equipos de Silva muestran un perfil distinto. Cuentan con secuencias cortas de pases para enlazar el juego e intercambiar posiciones por fuera para superar el bloque rival.
Silva ha hecho un buen trabajo entrenando esta alternancia de estilos e ideas ofensivas. Sus atacantes de banda tienden a moverse hacia dentro, sobre todo en el costado izquierdo. Es allí donde liberan el espacio para las incorporaciones y los centros de Antonee Robinson. Silva ha diseñado un intercambio de posiciones inteligente en torno a las subidas de Robinson, con Alex Iwobi destacando en sus desmarques interiores. Andreas Pereira o Emile Smith-Rowe, desde la posición de mediapunta, han complementado a menudo estos movimientos y apoyado la variabilidad de posiciones en el sector izquierdo del ataque del Fulham. Cuando un extremo más tradicional que Iwobi ha jugado en la izquierda, Robinson ha ofrecido apoyo en zonas altas mediante desmarques desde atrás. As espera a que el balón llegue hasta la línea ofensiva antes de desdoblarse o aparecer en zonas interiores.
En cualquier caso, Silva se ha asegurado de que el juego ofensivo del Fulham ofrezca una salida para las carreras hacia adelante de Robinson. De hecho, el lateral izquierdo estuvo entre los cuatro primeros en número de centros en las tres temporadas de Premier League que se jugaron desde la 2022/23. Esto resultó ideal para delanteros potentes que se benefician de atacar balones, o para centrocampistas que llegan desde segunda línea. Estos últimos han proporcionado a Robinson opciones de pase además de la del delantero centro (abajo).

En los momentos que el Fulham mantiene la posesión durante más tiempo, a menudo lo hace con un solo pivote en la base. Uno de los dos mediocentros se adelanta para apoyar en el costado derecho (abajo). En la mayoría de las veces, el extremo es el encargado de mantener la amplitud en ese lado. Willian, Dan James, Adama Traoré, Bobby De Cordova-Reid y Kebano han atacado desde la banda derecha bajo la dirección de Silva, utilizando sus cualidades en el 1x1 y, en algunos casos, su velocidad. El lateral derecho —Timothy Castagne o Kenny Tete— suele dar cobertura a la espalda del extremo. Algo que permite que uno de los pivotes se adelante, especialmente cuando el mediapunta libera el espacio central.

Contar con un lateral derecho de perfil conservador ayuda a los dos centrales a desplazarse y formar una línea de tres en la salida. Hecho que les permite presionar más arriba contra el bloque rival. Es el momento del partido el que determina ese ajuste.
Silva también se ha mostrado cómodo adelantando a ambos laterales. Especialmente si el doble pivote —dos entre Tom Cairney, Sander Berge, João Palhinha, Harrison Reed y Sasa Lukic— se mantenía más atrás para distribuir hacia fuera, jugar en corto o realizar cambios de orientación.
Defensa compacta
Sin balón, los equipos de Silva se muestran flexibles y compactos, casi siempre con una línea defensiva de cuatro. El técnico portugués ha recurrido a un 4-2-3-1. Aunque también ha pasado a un 4-4-2, normalmente con el mediapunta sumándose al delantero para presionar la salida rival. No obstante, sus equipos no son conocidos por ejercer una presión alta agresiva, sino por defender arriba cuando la situación lo permite. La preferencia de Silva pasa por formar en bloque medio. Defienden a la altura de la línea de medio campo y con una presencia defensiva constante en el tercio intermedio.
Desde el bloque medio, la estructura a menudo alterna entre un 4-2-3-1 y un 4-4-2, dependiendo de cómo y cuándo el Fulham fuerza el juego del rival hacia la banda. Inicialmente, el 4-4-2 protege el acceso central. Tiene a los dos delanteros cubriendo las líneas de pase del oponente por el centro, especialmente ante intentos de conectar con el pivote rival. Desde ahí, el Fulham orienta el balón hacia fuera, con el extremo más cercano listo para saltar cuando el equipo se sitúa en el tercio medio. Si el rival avanza tras la presión del extremo, los laterales de Silva también son agresivos saltando de la línea para presionar. Aquí los defensores siguen presionando hacia la banda, y muestran capacidad para igualar carreras en amplitud y para contener las conducciones rivales por fuera.
Frente a desmarques rivales dentro de su bloque, el doble pivote de Silva es clave en la defensa. Esta pareja suele acompañar las carreras más interiores, destinadas a aprovechar la salida de los laterales del Fulham. Algo que mantiene idealmente a los centrales juntos y en contacto estrecho. Esto funciona mejor cuando el extremo del lado opuesto se cierra mucho, obligando al mediocampo a bascular. El mediapunta puede entonces retrasarse para cubrir espacios centrales generados por el mediocentro que bascula, ayudando así a mantener la jugada encerrada en un costado. Este (ver fotografía) es el mejor ejemplo del bloque medio de Silva cambiando de estructuras en fase defensiva.

En los momentos de presión más alta, el equipo de Marco Silva busca de nuevo forzar al rival a jugar por fuera. Esto, utilizando la línea de cal como trampa. El delantero inicia la presión orientando el juego rival hacia un lado, con el extremo cercano saltando a la presión sobre el lateral rival.
Cuando el Fulham intenta encerrar al oponente con su presión alta, muchos equipos, especialmente en la Premier League, intentan devolver el balón hacia atrás y luego cruzarlo para jugar hacia el central libre. Desde ahí, el extremo más alejado del Fulham se prepara para saltar sobre ese mismo central, intentando frenar el cambio de orientación del rival en la salida (abajo).

El objetivo del Fulham es forzar que el balón vaya de nuevo hacia el centro, donde forman una nueva trampa utilizando a su trío de centrocampistas. El mediapunta se coloca más atrás –a diferencia de estar en primera línea en el bloque medio– y prioriza el marcaje del mediocentro rival. El lateral en ese costado también salta hacia su par. Algo que puede implicar que tenga que recorrer una distancia considerable si no estaba bien posicionado. La unidad del mediocampo sigue cualquier intento de desmarque, mientras que el extremo en el lado opuesto ya no necesita bascular tanto como sí lo hace en el bloque medio. Esto genera mejores oportunidades de transición hacia la portería rival, especialmente si el Fulham logra un cambio rápido tras recuperar el balón.
Sin duda la inteligencia táctica de Silva ha ayudado al Fulham a consolidarse en la Premier League después de haber luchado por ello durante una década. Con ello, el técnico portugués se ha afianzado entre los mejores entrenadores del fútbol inglés.
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