copa del rey semifinales partido de ida, 2 de marzo 2023
Éder Militão (26)
El Barcelona toma ventaja en las semifinales de la Copa del Rey después de su victoria ante el Real Madrid en el Clásico de ida. Los de Xavi Hernández, con las importantes bajas de Pedri, Andreas Christensen, Ousmane Dembélé y Robert Lewandowski, mostraron una versión más defensiva con el objetivo de sostenerse en la eliminatoria.
Eso hizo que el Real Madrid no encontrara vías de entrada sobre la retaguardia rival durante todo el partido. Algo que sí hizo el equipo azulgrana después de una pérdida de balón de Eduardo Camavinga en el mediocampo mediada la primera mitad. Franck Kessié se internó hasta el área rival, donde su disparo rebotó sobre Éder Militão para el 0-1. Un resultado que el Barcelona mantuvo hasta el final después de una segunda parte con mucho rigor táctico y un juego horizontal del Real Madrid.
“Ha sido un buen partido. He planteado un partido intenso con mucha presión arriba. Pero se podría hacer mejor acertando en el último tercio”, señaló Carlo Ancelotti. “Nosotros siempre queremos 'defender con el balón', pero a veces no lo consigues. No obstante, el Real Madrid apenas ha tenido ocasiones. Eso demuestra que, en defensa, al menos, sí hemos estado extraordinarios”, señaló Xavi Hernández sobre el juego del Barcelona.
Las claves tácticas del clásico
Planteamientos iniciales: primer tercio de partido
El 4-3-3 del Real Madrid en ataque se encontró con un Barcelona también en un 4-3-3 replegado. La primera posesión local en campo contrario con Fede Valverde abierto por derecha y Nacho incorporándose a la altura de Vinícius permitió identificar la idea inicial del equipo de Xavi Hernández sin balón: marcajes mixtos y casi individuales, con Sergio Busquets, Frenkie de Jong y Franck Kessié sobre Luka Modric, Toni Kroos y Eduardo Camavinga.
Mientras, para frenar la sociedad Vinícius-Nacho, Raphinha mostró la tendencia a meterse casi de lateral para evitar el 2 contra 1 ante Ronald Araújo (arriba). Un desequilibrio aparente que permitió al Real Madrid jugar a los espacios a la espalda de los mediocentros del Barcelona y encarar a los centrales y laterales apareciendo Karim Benzema, Vinícius y Valverde entre líneas.
En la salida de balón, ambos equipos dejaron claro que su preferencia era buscar arriba al rival. Aquí, la posición de partida del Real Madrid con Modric sobre Busquets, Benzema invitando a salir por Marcos Alonso y Valverde a la presión sobre el propio Alonso, dejó a Vinícius, Camavinga, Kroos y un adelantado Carvajal listos para saltar a balones interiores o a los laterales (abajo).
Pero fue en esas situaciones donde el Barcelona sorprendió al Real Madrid con golpeos precisos de Marc-André Ter-Stegen a Raphinha o a los espacios de los laterales del Real Madrid adelantados (abajo). De igual modo, con los golpes en largo de su portero, el equipo azulgrana logró combatir la presión alta rival y provocó llegadas a campo contrario, aunque no con peligro.
El ataque del Real Madrid provocó más peligro desde el juego posicional en campo contrario. Un perfil diferente al Barcelona. El equipo de Xavi, que no dispuso del balón (hasta el minuto 20 no contabilizó una primera posesión larga) se sintió cómodo al contrataque, aunque no lo estuvo protegiéndose en defensa posicional.
El Barcelona acumuló jugadores sobre un 4-5-1 que, con Raphinha junto a Araújo, se convertía en un 5-4-1. El cuadro azulgrana, también con la presión de Gavi a Militão y Carvajal, incluso llegó a formar sobre un 5-3-2 sin balón en algunos pasajes del partido. Quizás los únicos momentos en los que los mediocentros del Real Madrid no fueron frenados fue cuando Busquets y De Jong salían de zonas claves en defensa —el carril central o el espacio por delante de los centrales— (abajo).
El 4-3-3 del Real Madrid en ataque se convirtió en 4-2-3-1 sin balón para apretar a Busquets con Modric y a los centrales con Vinícius y Valverde, en una pequeña variante de la presión en saque de meta.
Para poder superar la presión rival sin golpear largo, el Barcelona tuvo preparados movimientos de Kessié, quien evitó jugar con Busquets, ya que el '5' azulgrana tenía muy encima la marca Modric. Durante todo el partido, la llegada de los tres mediocentros del Barcelona cerca de sus centrales para recibir, y sin ventaja, favoreció la presión del Real Madrid.
Fue en un saque de banda mediada la primera mitad donde se rompió el partido. Un pase de apoyo de Camavinga, con el rival en la espalda, provocó una pérdida de balón en la presión de los tres puntas del Barcelona más Kessié (abajo).
Una vez recuperado el balón, fue Kessié quien acabó encarando a Courtois y Éder Militão en propia puerta.
Correcciones: segundo tercio del clásico
El gol del Barcelona no cambió la organización táctica de ninguno de los equipos. Ancelotti y Xavi mantuvieron sistemas y variantes, como también la estrategia de partido. Solo algo más de empuje si cabe del Real Madrid, provocado por un alto ritmo de presión y ataques más rápidos. Algo que lo sufrió el Barça, que con las persecuciones de los mediocentros siguió dando espacio entre líneas para Benzema, Vinícius y Valverde (abajo).
Sin capacidad para mantener el control del balón, el equipo de Xavi se tuvo que proteger en campo propio hasta el final del primer tiempo para neutralizar los ataques rivales durante el clásico. La única vía de salida visitante pasó por intentar correr tras robar el balón, donde jugaba rápido para Raphina o Gavi (abajo). Jugadores que ganaron tiempo y espacio, pese a no volver a marcar el cuadro de Xavi.
Asimismo, los movimientos de Raphina en defensa para hacer la línea de 5 adquirieron mayor importancia en las últimas acciones de la primera parte. Esta acabó con el Real Madrid superando la presión alta de su rival después de atraer a los medios con sus homólogos y saliendo en paredes con los centrales.
El segundo tiempo mostró un Real Madrid más volcado tras la modificación de un aspecto del primer tiempo que le restaba en ataque: pocos jugadores en el área cuando atacaba en posicional. Así, los locales no solo tuvieron el balón cerca del área del Barcelona, sino que Valverde, Modric e incluso Kroos aparecieron, si no en el área rival, en la línea de la frontal para poder atacar el espacio (abajo).
Al Barça, mientras, se le pudo apreciar la corrección de su defensa mixta que provocó tanto espacio entre sus medios y centrales. Desde entonces, el cuadro azulgrana pasó a un 4-4-2 o un 4-5-1 compacto, cerrando espacios interiores durante este clásico de ida.
Los ataques constantes y la recuperación rápida del Real Madrid ante un Barcelona que no era capaz de quedarse con el balón tras robo para hacer daño al contraataque dieron la sensación de que el dominio local era abrumador. Sin embargo, esto no se tradujo en ocasiones.
Los de Xavi, con un nivel defensivo altísimo, no sufrieron demasiado ante el control del balón local. El Real Madrid sí dio más centros y tuvieron más posesión en zonas cercanas al área, como también más de saques de esquina y tiros libres. Pero nada de esto conllevó verdadero peligro sobre la meta azulgrana.
Cambios y ajustes finales: último tercio del clásico
El primer cambio del partido fue el de Rodrygo por Nacho. El Real Madrid mantuvo el 4-3-3, con la variante de que Valverde pasó a la línea de medios, Camavinga al lateral izquierdo y Rodrygo se posicionó como extremo o delantero derecho.
Los primeros minutos del Real Madrid en esta edición del clásico bajo esa disposición provocaron desajustes que intentó aprovechar el Barcelona sin culminar ataques. Fue con la sustitución de Ansu Fati por Raphinha (sin otra modificación táctica, pero dejando a Gavi por la derecha y a Ansu por la izquierda), cuando el equipo azulgrana se sacudió por momentos la continuidad en el ataque local. De hecho, fue Fati quien impidió el segundo gol en un contrataque llevado por derecha, con un pase atrás que remató Kessié y chocó en el delantero azulgrana cuando iba a la red.
Con Kroos fatigado, Ancelotti dio entrada a Aurélien Tchouaméni. Se mantenía el 4-3-3, pero con algo más de ritmo. Más tarde, y con el objetivo de encontrar el gol, el técnico local arriesgó modificando el sistema en el último cambio, el de Álvaro Rodríguez por Modric. El Real Madrid quedó prácticamente en un 4-2-4. Tchouaméni y Valverde estuvieron de mediocentros, y los dos extremos, Vinícius y Rodrygo, a la altura de Benzema y Rodríguez.
Los pocos contraataques del Barcelona que se dieron desde entonces fueron solventados por la línea de 4 atrás más los 2 medios del Real Madrid.
En los azulgrana, y con la idea de soportar el último esfuerzo del equipo local por empatar, Xavi dio entrada a Sergi Roberto por Kessié. Gavi, por su parte, quedó en la banda izquierda de nuevo, con Ansu de punta y Ferrán Torres a la derecha (arriba). Gavi y Ferran, con funciones de casi un doble lateral, ayudaron a los tres medios: Sergi Roberto en la derecha, De Jong en la izquierda y Busquets en el centro.
En los últimos instantes, ni los centros al área ni la potencia de Rodríguez en el juego aéreo le sirvieron al Real Madrid para empatar la eliminatoria. El Barcelona llega con un gol de ventaja a la vuelta del Clásico copero.
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