
copa del rey 2024/25, partido de ida semifinales 25 de febrero 2025
Pedri (19)
Cubarsí (21)
Iñigo Martínez (41)
Lewandowski (74)
Julián Alvarez (1)
Griezmann (6)
Llorente (84)
Sørloth (90+3)
Barcelona y Atlético de Madrid se olvidaron de que había un partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey 2024/25, para dibujar un duelo espectacular en la ida cargado de goles (8), alternativas en el marcador (hasta 2 remontadas con diferencia de dos goles) y buen juego. Fue también un brillante duelo en los banquillos entre Hansi Flick y Diego Simeone, quienes se fueron contrarrestando en función de las situaciones que se daban durante en el partido.
Empezó el Atlético de Madrid eléctrico en sus transiciones. Los rojiblancos se adelantaron en el marcador con un contundente 0-2 en los primeros minutos. La reacción del Barcelona fue más allá, con tres tantos (dos en saques de esquina) antes del descanso.
Pero si la primera parte fue vibrante, mucho más lo fue el segundo tiempo. Robert Lewandowski, que entró después del descanso, hizo el 4-2 para dejar la eliminatoria muy a favor del Barcelona. No obstante, al Atlético de Madrid le quedaba la baza Alexander Sørloth. El noruego salió del banquillo para dinamizar el ataque visitante y convertirse en gran protagonista de la remontada rojiblanca para dejar la eliminatoria en 4-4 a falta del partido de vuelta.
Análisis de los entrenadores
"He avisado de no conceder ocasiones. Estoy decepcionado por el resultado, porque viendo cómo hemos jugado después de recibir dos goles… En los últimos minutos hemos concedido demasiado", analizó Flick, quien lamentó que su equipo perdiera una ventaja de dos tantos en el segundo tiempo. A pesar de eso, el técnico se mostró optimista de cara a la vuelta: “No tiramos la toalla y seremos capaces de vencer allí".
“El espíritu de gladiadores del equipo es increíble, ellos tienen armas, pero nosotros también. Celebré mucho el 4-4, parecía difícil poder dar la vuelta, pero la valentía de los jugadores ha sido clave”, señaló Simeone sobre la actuación de sus jugadores.
A continuación, nuestros entrenadores expertos analizan uno de los mejores partidos del año en una eliminatoria de Copa del Rey que se decidirá en el Metropolitano en la primera semana del mes de abril.
Encontrar al libre entre líneas
En los primeros minutos el Atlético de Madrid ejecutó la estrategia ofensiva diseñada por Diego Simeone: superar el bloque alto de presión del Barcelona mediante pases intermedios y precisos. Para ello, los jugadores rojiblancos aprovecharon la capacidad de los pivotes Pablo Barrios y Rodrigo De Paul para filtrar balones hacia zonas intermedias entre líneas, evitando de ese modo la presión de la primera línea defensiva del Barcelona, a la par que buscaban a Griezmann, Julián Álvarez o Giuliano Simeone.
A partir de ahí los jugadores de ataque con balón hacían que el Atlético de Madrid avanzase con rapidez hacia la zona de finalización, ajustando el timing de los desmarques de ruptura de los centrocampistas o de los puntas en movimientos circulares, con el objetivo de abrir espacios por los carriles interiores. Los de Simeone aplicaron este enfoque tanto en ataques rápidos como en contragolpes, aprovechando los espacios que dejaba la presión del Barcelona. Así llegaron, tanto el segundo gol del Atlético, como también los dos goles en la recta final del partido que sirvieron para poner un empate definitivo en el marcador (abajo).

Para llevar a cabo el enfoque ofensivo explicado anteriormente el Atlético de Madrid se estructuró sobre un 4-4-2, con Griezmann y Julián Álvarez en punta complementándose a la perfección: uno fijaba a los defensores y el otro realizaba desmarques en profundidad o circulares para eludir el fuera de juego milimétrico impuesto por la última línea defensiva blaugrana. Con la entrada de Ángel Correa y Alexander Sørloth en el segundo tiempo el Atlético de Madrid pasó a un 4-1-4-1 más dinámico, con Marcos Llorente como mediocentro de recorrido.
Correa y Sørloth ajustaron sus movimientos para desorganizar a la defensa rival, lo que permitió al Atlético llevar el partido hacia el escenario planificado por Simeone: presión alta y contragolpes letales, explotando los espacios interiores y el timing preciso de sus desmarques (abajo).

Presión organizada tras el 0-2
El Barcelona ejerció una presión intensa y organizada en campo rival tras el 0-2 del Atlético de Madrid. El dispositivo defensivo azulgrana se posicionó en bloque alto con un esquema táctico 4-2-3-1, centrado en cerrar las líneas de pase interiores del adversario con Pedri, Frenkie de Jong y Dani Olmo por dentro.
Además, generaron superioridades en la zona activa rival por fuera, con Lamine Yamal en banda derecha y Raphinha en la izquierda. La ayuda de los centrales Pau Cubarsí e Iñigo Martínez, achicando espacios cerca de la línea medular y presionando de manera coordinada y agresiva para reducir el margen de maniobra de Julián Álvarez y Antoine Griezmann, funcionó hasta los minutos finales del encuentro, cuando el equipo volvió al desorden de los primeros cinco minutos del partido (abajo).

Cuando el Barcelona perdía el balón en campo rival intentaba recuperarlo lo más pronto y cerca posible del área contraria. En la zona de pérdida Pedri, Frenkie de Jong y Dani Olmo (en la segunda mitad Fermín López y Gavi) cerraban las líneas de pase con hasta tres jugadores, dificultando así las opciones de salida del Atlético de Madrid. Si la recuperación inmediata no era posible forzaban la anticipación de Pau Cubarsí e Iñigo Martínez. Ambos centrales, con intensidad defensiva y buena colocación táctica, recuperaban rápidamente la posesión.
La presión coordinada y la rápida reacción tras la pérdida del balón permitieron al Barcelona controlar el encuentro desde el 0-2 hasta el gol del 4-2 (abajo). Sin embargo, con la salida del campo de Dani Olmo, Ferran Torres y Pedri en el segundo tiempo los de Flick perdieron energía y efectividad en su presión.

Desaprovechar las ocasiones claras y aprovechar los saques de esquina
El Barcelona mostró una notable eficacia a balón parado, anotando dos goles en saques de esquina ejecutados con precisión. Ambos tantos llegaron desde el córner derecho, y en ambos Cubarsí e Iñigo Martínez se anticiparon a la débil defensa aérea del Atlético (abajo).
Los de Simeone evidenciaron vulnerabilidades en los duelos aéreos, permitiendo que los centrales del Barcelona se impusieran con facilidad. Además, los cortes dinámicos de los atacantes del Barcelona para desajustar la defensa rojiblanca facilitaron que los centrales blaugranas se posicionaran con ventaja en el área de meta para definir de cabeza.

Atacar el espacio libre en la finalización
Cuando los atacantes del Atlético de Madrid alcanzaban la zona de finalización buscaban explotar los espacios generados por el repliegue del Barcelona, especialmente entre los centrales y la zona de responsabilidad de los pivotes. Estos espacios surgían debido a la alta presión ejercida por los interiores y laterales del Barcelona, lo que arrastraba a los centrales y creaba intervalos desprotegidos.
Pedri, Frenkie de Jong y Gavi, en su afán por apoyar defensivamente a Jules Koundé y Alejandro Balde en las bandas, dejaban la frontal del área sin suficiente cobertura. Aquí, los atacantes del Atlético supieron aprovechar estos desajustes, ocupando estos espacios libres tras movimientos de arrastre para recibir en ventaja (abajo). Esto les permitió generar ocasiones de peligro, ya sea con disparos desde fuera del área, como el 4-3 de Marcos Llorente, o con llegadas claras a portería en zonas mal cubiertas por la defensa blaugrana.

Pedri-Yamal contra Julián Alvarez-Marcos Llorente
En un espectacular duelo colectivo, sobresalieron dos sociedades en ambos equipos. Por parte del Barcelona fueron Pedri y Lamine Yamal. Ambos jugadores fueron determinantes en el juego de los de Flick gracias a su superioridad físico-técnico-táctica. Pedri destacó por su creatividad con balón, facilitando la circulación y el ritmo del partido con su visión privilegiada (abajo). Su capacidad para encontrar líneas de pase imposibles y filtrar balones en zona de finalización resultó clave para romper la estructura defensiva del Atlético. Además, contribuyó en la recuperación alta, permitiendo a su equipo mantener la posesión en campo rival.

Lamine Yamal, por su parte, exhibió una impresionante verticalidad, superando en duelos individuales a Javi Galán en la primera mitad y a Samu Lino y Reinildo Mandava en la segunda. Sus desbordes por la banda derecha generaron tres ocasiones claras y nueve acciones dentro del área rival. Completó 8 de 13 regates y ganó 12 de 20 duelos, además de recuperar cuatro balones, dos de ellos en el último tercio, forzando tres faltas. Su impacto en el juego se reflejó en 66 intervenciones, aunque también registró 21 pérdidas debido a su constante búsqueda del uno contra uno.
En lo que respecta al Atlético de Madrid, Marcos Llorente y Julián Álvarez fueron dos de los jugadores más destacados. Llorente, con su versatilidad posicional, se desempeñó con eficacia como lateral derecho, extremo y mediocampista. Su capacidad para adaptarse le permitió ser un auténtico box-to-box, aportando tanto en defensa como en ataque. Fue especialmente peligroso cuando el partido se rompió, aportando profundidad y llegada (abajo).
Entretanto, Julián Alvarez fue el principal generador de desajustes en la defensa rival. Su inteligencia táctica y movilidad permitieron a Griezmann encontrar mejores posiciones en el campo. El argentino realizó desmarques de ruptura sorpresivos que desestabilizaron a la última línea del Barça, logrando un gol y una asistencia.

Tanto Llorente como Álvarez fueron fundamentales para el balance ofensivo y defensivo del Atlético, aportando dinamismo y claridad en los momentos clave de un partido inolvidable.
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