luis de la fuente
Seleccionador de España, 2022-Presente
Un entrenador que conociera bien la selección española para dar inicio a una nueva etapa. Esa fue la decisión de la Federación Española con el nombramiento de Luis de la Fuente como nuevo técnico, después de la etapa de Luis Enrique (2014-2017 y 2018-2022).
De la Fuente ha desarrollado su carrera principalmente a nivel federativo en la dirección de las selecciones inferiores de España, logrando el campeonato de Europa Sub-19 y Sub-21, y el subcampeonato en los Juegos Olímpicos de Tokio. Eso le ha dado una ventaja, ya que conoce en profundidad a la mayoría de los jugadores seleccionables. Aspecto, a su vez, muy importante para trabajar con los futbolistas en periodos de entrenamientos tan cortos como son las ventanas internacionales.
Después de la derrota en Escocia (2-0) en la fase de grupos para la Eurocopa 2024, Luis De la Fuente está consolidando el proyecto que quiere convocatoria a convocatoria. También ya con un triunfo en su haber: ganó la Nations League en junio de 2023. Nuestros expertos analizan el trabajo táctico de De la Fuente al frente de la selección española.
Dominio y tres aspectos más
La idea de juego principal de Luis De la Fuente en la dirección de sus equipos es el dominio de la posesión como medio para llevar la iniciativa en el juego. Fue así en su paso por las distintas categorías inferiores de España, y también lo es al frente de la selección absoluta. A esa idea principal, se suman tres aspectos muy señalados en su ideario: profundidad, amplitud y progresión.
Cabe señalar también la flexibilidad táctica de De la Fuente. De ese modo, y aunque parte con el 4-3-3 y el 4-2-3-1 con un mediapunta como sistemas principales, también puede modificar o alternar estos dibujos en función del rival y los jugadores que estén disponibles en cada convocatoria.
Independientemente del sistema con el que juegue, ya sea el 4-2-3-1 o el 4-3-3, es un entrenador que apuesta por diferentes composiciones y mecanismos en cada fase del juego para lograr el objetivo de avanzar con seguridad en la posesión.
Fragmentar la primera presión rival
En la salida de balón, Luis De la Fuente apuesta por la estructura 1-4-1 (abajo), compuesta por el portero, más los cuatro jugadores de la línea defensiva y el pivote. Una disposición que tiene como principal intención fragmentar el dispositivo defensivo del rival en su presión y generar superioridad con el portero.
Para conseguirlo, el portero prioriza relacionarse con los centrales, muy abiertos ambos para recibir el balón. En segunda instancia, el central que recibe la posesión conecta con el único pivote, Rodri. Un acceso de los centrales al pivote que puede darse hacerse con un pase directo, o un movimiento de los propios centrales que obligan al rival a bascular hacia un lado del campo en su presión, habilitando así un pasillo interior para que el portero juegue hacia Rodri.
Si el dispositivo defensivo rival logra cerrar el pase sobre Rodri en la salida, entran en acción los laterales. Son ellos quienes conectan con el central más alejado al balón. Aquí, el objetivo es obligar al rival a bascular hacia una banda. Esto facilita un pase en ventaja del central alejado al lateral del lado opuesto.
En el mediocampo
En zona de creación, es decir, el mediocampo, España trata siempre de ser un equipo con mucha amplitud. La intención de esto es permitir que los jugadores de ataque encuentren espacios en los pasillos interiores o situaciones de uno contra por fuera (abajo).
Para generar esa amplitud, Rodri actúa como pivote en el mediocampo. Habitualmente lo hace con dos interiores por delante de él, que están posicionados a los costados del mediocampo rival para ofrecer líneas de pases seguras. Mikel Merino, Gavi o Fabián Ruiz son los jugadores que más ha utilizado De la Fuente en la posición de interiores. Cada uno actúa por su flanco con movimientos a la espalda de la línea del mediocampo y defensa rival.
Asimismo, los dos interiores se generan espacios mutuamente para aprovecharlos y que aparezcan también intervalos claros para el delantero, Álvaro Morata, cerca de área rival.
Los extremos, por su parte, son los encargados de desajustar a los laterales y a los extremos, como también a los pivotes rivales si estos salen a la ayuda.
Luis De la Fuente apostó en su paso por las categorías inferiores por extremos versátiles, con capacidad para correr y regatear. Aunque también para alternar movimientos interiores. Eso también lo mantiene en la absoluta, apostando por jugadores como Lamine Yamal (Barcelona) o Nico Williams (Athletic Club) —también Bryan Zaragoza (Bayern)—, quienes se mantienen por dentro para fijar a los medios rivales por dentro y habilitar situaciones de uno contra uno por fuera ante el rival.
Rodri, el eje
El juego de España en su zona intermedia no tendría sentido sin el papel de Rodri. El jugador del Manchester City se ha convertido en pieza básica para Luis De la Fuente. Ya lo fue también con Luis Enrique, aunque en ocasiones bajo la posición de central, en el Mundial de 2022.
De la Fuente ha dejado al margen esa posición de Rodri como central, para instalarlo como eje en el mediocampo y guía del juego de España desde la posición de pivote en el mediocampo (abajo). Bajo esa posición, el seleccionador español le demanda que arriesgue en el pase vertical y realice conducciones que superaren líneas defensivas rivales. Sin olvidar que debe dotar al equipo del equilibro necesario para manejar los encuentros desde el balón, la posición y los espacios.
El jugador del City también tiene una alta trascendencia a nivel defensivo, ya que es el encargado facilitar el equilibrio en la zona intermedia. Su enorme poderío físico y contundencia para robar y ganar los duelos son decisivos, así como también su inteligencia táctica para corregir desequilibrios.
Zona de finalización
Una vez en zona de finalización, es habitual ver en Luis De la Fuente el uso de los centros laterales para finalizar las jugadas. Ahí, la sociedad extremo-lateral a cada lado del campo resulta clave, con funciones determinadas para cada posición.
Los extremos tienen la misión de fijar a los rivales, o también dividir al lateral y al extremo rival. Eso habilitará un espacio, que será aprovechado por el lateral, Dani Carvajal o Alejandro Balde, quienes siempre deben buscar llegar a línea de fondo para realizar centros al área.
En esos centros laterales, Morata es el principal referente de remate directo. Pero el delantero tiene también la virtud de fijar a más de un defensor rival y movilizarle para generar espacios de remate a un compañero de segunda línea. Esos jugadores de segunda línea, habitualmente Marco Asensio, Ruiz o Gavi aprovechan el espacio generado por Morata para sorprender en su remate.
Dentro del área, De la Fuente también organiza a sus jugadores para que ocupen los espacios de remate de manera efectiva, con los especialistas en el primer remate a distintas alturas, y los futbolistas que llegan desde segunda línea en la frontal del área (abajo).
Presión
En fase defensiva, De la Fuente utiliza como sistema prioritario el 4-2-3-1, y la variante del 4-3-3 o el 4-1-4-1. Una versatilidad no solo en el posicionamiento de los jugadores, sino también de la ubicación del bloque.
Es habitual verlo emplear un bloque medio cuando evidencia falta de cohesión entre sus jugadores o las líneas. Así orienta la progresión del rival hacia los pasillos exteriores de manera eficaz. Un bloque medio en el que se suman efectivos rápidamente cerca de la acción de juego. Su misión es impedir los pases interiores del rival o temporizando su ataque, para obligar a jugar de nuevo hacia atrás.
Sobre el 4-2-3-1 (abajo), cuando el extremo rival recibe, es el lateral quien salta sobre el jugador con balón, ayudado en la cobertura por los centrales. Además, los dos pivotes basculan en diagonal para achicar el espacio interior, como también sobre las posibles conexiones con los interiores rivales. Mientras tanto, el interior del lado opuesto es el encargado de bascular por dentro sobre el espacio para cerrar el espacio que el doble pivote ha generado con su movimiento.
En el inicio de juego rival y ante equipos que tratan de salir con el balón controlado desde su portería, la idea de De la Fuente es intentar recuperar el balón lo más cerca posible de la portería rival.
Para ello, el dispositivo defensivo se adelanta y se ubica en bloque alto. Esto impide los pases interiores del rival por dentro, a la vez que obliga al oponente a jugar hacia los flancos. De ese modo, nada más saltar el extremo sobre el central con balón, el lateral también presiona en la banda, con el interior en vigilancia del pivote rival más cercano al balón y el delantero cerrando el posible pase sobre el portero (abajo).
En la zona intermedia, los pivotes cierran el espacio sobre los interiores rivales y uno de los extremos bascula hacia la línea del mediocampo. Estos deben estar siempre en vigilancia defensiva sobre los espacios interiores. Si el oponente logra salir de la presión con un cambio de orientación, el balance defensivo gira entonces sobre el central o lateral rival del otro lado.
Sin embargo, España ha evidenciado ciertos problemas en la gestión de los espacios en el mediocampo. Algo evidente en el partido ante Escocia, con derrota por 2-0. En ese duelo, a España le costó organizarse sin balón en los espacios interiores, lo que permitió a los jugadores escoceces penetrar en zonas interiores. Un déficit defensivo provocado principalmente porque el delantero y los dos interiores no se agrupan lo suficiente como para construir una profundidad defensiva óptima que impidiera la progresión del rival.
De la Fuente ha corregido ese problema con el transcurso de los partidos, para conformar una España más compacta en los momentos sin balón. También con un papel más posicional de Rodri, quien antes se veía obligado a saltar a la presión para corregir la falta de unidad defensiva entre el delantero y los dos interiores. Algo que provocaba espacio a su espalda.
Mayor efectividad goleadora
Al mismo tiempo que De la Fuente ha ajustado los problemas defensivos, también ha convertido a España en un equipo más efectivo de cara a puerta. Por ejemplo, los suyos anotaron 13 goles en los partidos ante Georgia y Chipre.
El origen de esa eficiencia ofensiva empieza con las ubicaciones altas de los interiores. Están muy cerca de los extremos y siempre con uno de los dos llegando hasta la línea de fondo.
Ante equipos que se repliegan en un bloque bajo, España llega con hasta seis jugadores a zona de remate. Entre ellos se encuentran los laterales y los futbolistas de segunda línea para aprovechar los espacios generados por Morata.
Para equilibrar el equipo ante una posible pérdida, Rodri llega a zonas frontales junto a laterales en zonas interiores. Una disposición que impide o dificulta la posible transición rival.
Un equipo también vertical
España es un equipo de perfil dominador, pero no rehuye las oportunidades para ser vertical. Acciones en las que busca atacar los espacios a la espalda de la última línea defensiva rival a través de ataques rápidos y transiciones directas (abajo).
Por otro lado, disponer de un amplio repertorio de jugadores con distintos perfiles le permite explorar distintas alternativas en sus planes de juego. El técnico apuesta por jugadores con verticalidad y velocidad en zonas exteriores, que pongan en apuros y situación de desventaja a los extremos y laterales rivales. Eso hace al equipo más vertical.
Bajo el mandato de De la Fuente, la Selección suma una alta presencia en zona de finalización, con un gran flujo de participación ofensiva difícil de contener por los rivales. Virtudes que le facilitan también defenderse, ya que el rival debe recorrer muchos metros para generar peligro sobre la portería de España.
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