la Liga, 4 de febrero 2024
Brahim Díaz (20)
Llorente (90+3)
Real Madrid y Atlético de Madrid se conocen muy bien, y más después de jugar cuatro derbis en la temporada 2023/24, tres de ellos en tan solo un mes. Eso condicionó el partido, con la dificultad de encontrar nuevas soluciones para sorprender al rival. En el Real Madrid, la novedad estuvo en la titularidad de Brahim Díaz, pero fue por la baja de última hora de Vinícius. El otro cambio estuvo en la zaga, con Dani Carvajal como central ante la falta de Antonio Rüdiger por lesión. Diego Simeone, por su parte, no movió ficha en su más habitual once inicial, pero sí apostó por una salida más conservadora que en derbis anteriores.
Una vez conocidos los planteamientos e ideas iniciales de cada equipo, el Real Madrid se adelantó en el marcador con un gol de Brahim Díaz en el primer tiempo, después de descubrir una fisura en la defensa del Atlético hasta llegar el gol. A pesar del 1-0 en contra, el Atlético no varió su plan de partido hasta el descanso, con una actitud más activa desde entonces. En la primera jugada del segundo tiempo, el árbitro anuló un gol de Stefan Savic al interpretar que Saúl, en fuera de juego, entorpeció la labor de Andriy Lunin.
El Atlético encontró el tanto del empate en el último suspiro, en una indecisión entre Carvajal y Nacho que Marcos Llorente aprovechó para marcar de cabeza. El cuarto derbi de la temporada acabó en tablas, pero favorece al Real Madrid, que mantiene diez puntos de ventaja sobre su vecino.
Análisis de los entrenadores
Carlo Ancelotti, a pesar del empate en los últimos minutos, mostró una versión muy positiva sobre la actuación de sus jugadores: "Ha sido un partido muy bueno de nuestra parte, controlado, hemos tenido la mala suerte de encajar al final pero nos faltaba altura y lo sabíamos. Hay veces que ganas en los últimos minutos. No hay que reprochar nada, seguimos líderes y tenemos una oportunidad de dar otro golpe ante el Girona".
"Para mí fue un partido raro, estaban mejor ellos que nosotros", señaló Simeone, quien también analizó los cambios en el segundo tiempo. "Buscamos dar vitalidad con Llorente de mediocentro, con Pablo Barrios más recorrido, con Memphis arriba. El mérito es que buscamos el gol, es una pena no haber marcado antes porque estaba para poder ganarlo".
132362178121551121131520221456817719Espacios en la línea defensiva
El Real Madrid se organizó sobre un 4-3-3 con balón, con el sector derecho como principal vía de ataque. Una zona en la que Lucas Vázquez, Brahim Díaz, Jude Bellligham y Fede Valverde desajustaron las estructuras defensivas del Atlético de Madrid (abajo).
Diego Simeone, por su parte, organizó a su equipo en 3-5-2 en ataque, sobre un bloque medio que, sin embargo, fue cediendo espacio ante la ofensiva rival. Principalmente, Rodrigo Riquelme, Saúl, Koke y Mario Hermoso se vieron superados en los espacios entre ellos.
Pero no solo los de Simeone tuvieron problemas defensivos. El Real Madrid también generó un espacio evidente entre Ferland Mendy y Nacho, por donde Álvaro Morata y Antoine Griezmann penetraban para poner en apuros a Andriy Lunin. En esas acciones, Nacho evitaba distanciarse de Dani Carvajal y Mendy saltaba al acoso sobre Marcos Llorente, pero Camavinga no realizaba un desdoblamiento defensivo que evitara ese espacio en contra (abajo).
Presión en inicio rival
El Real Madrid conseguía robar el balón en los intentos del Atlético a la hora de salir por los carriles exteriores. Para ello, los de Ancelotti, desde el 4-3-3, forzaban los errores en los pases, como también en los controles de los jugadores exteriores del Atlético tras orientar los golpeos de Jan Oblak a esa zona.
Cuando Rodrygo acosaba al portero rojiblanco, Bellingham fijaba al central más cercano y Díaz se ubicaba entre el central y el lateral del Atlético para obligar a Oblak a jugar por fuera. Una vez que el balón estaba en la banda, Vázquez y Valverde atacaban al jugador con balón en superioridad numérica, también cerrando los posibles apoyos (abajo).
Esos mecanismos de presión del Real Madrid impidieron la salida del Atlético de manera fluida, al mismo tiempo que provocaron a los de Simeone carecer de un dispositivo defensivo organizado para temporizar el ataque rival en caso de pérdida de balón.
En el segundo tiempo, Simeone varió del 5-3-2 al 4-4-2, acción que permitió al Atlético dar un paso adelante en su presión sobre el Real Madrid (abajo). Sin embargo, la presión no fue todo lo efectiva que el técnico rojiblanco pretendía, ya que la distancia entre los jugadores rojiblancos era demasiado amplia. Eso impidió al Atlético realizar coberturas sobre los jugadores cercanos del Real Madrid, al mismo tiempo que habilitaba un espacio libre amplio en el que Valverde, Kroos o incluso Camavinga podían avanzar en ataque.
Dos modelos de ataque...
El Real Madrid buscaba conseguir mejores situaciones de remate tras defender en campo propio, a través de transiciones ofensivas en superioridad numérica y posicional. Para ello, los tres atacantes se descolgaban a zona de mediocampo, sumando a Valverde como conductor de principal de las transiciones para aprovechar su velocidad.
En zona de finalización, las posiciones de los jugadores del Real Madrid se intercambiaban con el objetivo de aprovechar los espacios libres exteriores, y se ocupaban también de manera racional las posiciones de remate. Sin embargo, la toma de decisión del Real Madrid no fue la correcta en los últimos metros, siendo incapaz de aprovechar en ocasiones una ventaja de 4 contra 2, como ocurrió en el segundo tiempo (abajo).
El Atlético insistió de manera constante en realizar centros desde todas las zonas cercanas a la zona de finalización o incluso en los últimos metros. Y es que Simeone, tras los anteriores derbis, era consciente de los problemas de la zaga del Real Madrid para defender estas acciones.
En primer lugar, porque los jugadores del Real Madrid se mostraron permisivos, dándole tiempo y espacio al jugador del Atlético para ejecutar el centro. Pero también en los centros laterales, el Real Madrid, con la baja de Rüdiger, tuvo menos centímetros y menos coordinación en su sociedad portero- centrales, ya que Carvajal no ocupa esa posición de manera natural (abajo).
Con esos tres detalles, los de Simeone buscaron los centros sobre los jugadores que llegaban en carrera para atacar el espacio que la defensa del Real Madrid no defendía de manera correcta.
... Y dos estructuras ofensivas
Dentro del desarrollo de partido, no solo cabe analizar el modelo de ataque de ambos equipos, sino también sus estructuras, muy diferente entre ambos.
Ancelotti planteó una ofensiva sin una referencia arriba, es decir, sin un ’9’ (solo lo hizo en el último tramo del segundo tiempo con la entrada de Joselu por Díaz). La intención era habilitar espacios a los extremos por los espacios entre carrileros y centrales del Atlético. Bellingham tuvo un papel principal para conseguir ese objetivo, jugando entre líneas y separado de los centrales rivales para generar superioridades interiores que desorientaban a Saúl, Koke y De Paul.
Al mismo tiempo, los extremos Díaz y Rodrygo atacaban los espacios para hundir más a la última línea defensiva visitante. Estos desmarques de ruptura facilitaban las intervenciones de Bellingham cerca del área, como ocurrió en el gol de Díaz, con el jugador inglés como asistente tras aparecer dentro del área por sorpresa (abajo).
Simeone, por su parte, sí planteó un partido con puntas referencia, tanto en el 5-3-2 de la primera mitad como en el 4-4-2 con Morata y Griezmann y el 4-3-3 del último tramo del partido, con Memphis, Ángel Correa y Griezmann. El objetivo de Simeone era liberar al posible centrador, con el punta o los puntas atrayendo a los laterales o medios del Real Madrid. A eso se sumaban las ayudas de los delanteros por dentro, que obligaron a replegar poco a poco a la última línea defensiva local.
Bajo esa disposición de contar al menos con un punta como referencia llegó el gol del empate del Atlético en los últimos minutos, con la defensa blanca muy hundida, sin presión sobre el centrador rojiblanco y, por último, sin coordinación entre sus centrales (abajo). Una duda que Llorente aprovechó para hacer el 1-1 definitivo.
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