Marc Casadó
Barcelona, 2022-Presente
La llegada de Hansi Flick al Barcelona no solo ha cambiado la dinámica del equipo, sino también la carrera de algunos jugadores. Uno de ellos es el canterano Marc Casadó (21 años), quien se ha convertido en el pilar del centro del campo azulgrana. Sin embargo, a principios de la temporada 2024/25, la historia para él era bien distinta, como explicó en una entrevista con Mundo Deportivo: “En esta pretemporada (por la de 2024) con Flick hice ese ‘clic’. La idea era salir cedido, pero hablaron con el entrenador y dijeron que me quería ver en pretemporada y que, en teoría, contaba conmigo”.
Desde la pretemporada, Casadó respondió a la confianza de Flick con una brillante actuación y jerarquía en el equipo, algo que le llevó también a debutar con la selección española en el parón internacional del mes noviembre. “Tiene detalles que le permiten rendir en situaciones de alta exigencia. Es un futbolista de gran futuro”, destacó Luis de la Fuente, seleccionador de España, en rueda de prensa sobre uno de los futbolistas más destacados en la temporada 2024/25.
Nuestros entrenadores expertos analizan el juego del centrocampista y su mando en el Barcelona de Flick.
Receptor seguro
Dentro del habitual 4-2-3-1 que Hansi Flick utiliza en el Barcelona, como también en la variante 4-3-3, Marc Casadó actúa como pivote con un rol eminentemente posicional, tanto en ataque como en defensa.
En fase de posesión, Casadó destaca por su capacidad para iniciar jugadas desde atrás, sin duda, una de sus mayores fortalezas con balón. Posee una gran visión de juego y una excelente técnica individual, identificándose generalmente como receptor habitual en la salida del Barcelona (abajo).
El canterano es un jugador seguro en el pase (tiene una media de 65,7 pases de media por partido, con un 90,7% de éxito) y distribuye el juego con precisión.
Su capacidad para entender el juego y los planteamientos de Flick le hacen anticiparse a las acciones defensivas del rival. En este sentido, Casadó sabe ejecutar a la perfección el juego de posición para generar superioridades numéricas y progresar hasta el mediocampo.
Esa progresión bien puede ser con el control del balón jugando de cara o a través de realizar el movimiento del tercer hombre ante la presión rival, lo que permite a Casadó anticiparse a su marcador para conseguir encontrar un espacio libre (abajo).
Comodidad en situaciones de ataque
Jugador de perfil organizador y, como hemos señalado, posicional, Casadó completa su figura como centrocampista con una buena llegada a zona de tres cuartos de campo rival. Un aspecto que lo diferencia del ‘5’ habitual del Barcelona, representado por jugadores como Sergio Busquets o Frenkie de Jong.
En tres cuartos de campo, zona en la que la visión de juego es indispensable para generar peligro y habilitar opciones de ataque a sus compañeros, Casadó se reconoce como receptor sin marca del oponente, ocupando y aprovechando un espacio libre, preferiblemente a la espalda del poseedor del balón. Esta habilidad para alejarse de la oposición de un marcador le permite tener un amplio espectro de la jugada y tomar la mejor decisión posible tras recibir el balón (abajo).
Con una técnica depurada —seña de identidad de todo centrocampista de la Academia azulgrana—, Casadó no tiene problemas en recibir el balón bajo presión, para distribuirlo después con precisión hacia sus compañeros entre líneas, Pedri, De Jong, Raphinha o Robert Lewandowski, cuando estos jugadores se mueven por dentro; o combinar por fuera con Lamine Yamal o Alejandro Balde.
Por otro lado, si no es capaz de encontrar líneas de pase cercanas debido a la estructura defensiva del rival, amplía su radar para buscar los desmarques de ruptura en profundidad de Raphinha, Yamal o incluso Lewandowski (abajo).
Antes de su convocatoria con España en el parón internacional de noviembre de 2024, Casadó había firmado 3 asistencias de gol y 660 pases cortos y medios, con una media de 66,5 por encuentro y un 91,8% de éxito en la Liga. Datos que lo señalan como un centrocampista de gran relevancia en el juego de ataque del Barcelona, asociándose con un compañero para jugar de cara y en ventaja posicional, al igual que habilitando a sus compañeros de ataque en la zona de finalización.
Continuidad
Marc Casadó se ha destacado por su habilidad para ejecutar transiciones rápidas, un aspecto fundamental en la forma de interpretar el juego de ataque del Barcelona de Flick.
Cuando su equipo recupera el balón, Casadó tiene la habilidad para identificar rápidamente las mejores opciones del ataque o contraataque. Aquí, no solo se posiciona adecuadamente, sino que también está preparado para recibir el balón y distribuirlo con precisión y seguridad fuera de la zona donde se produce el robo.
Cabe destacar también que su rapidez mental y técnica le permiten tomar decisiones acertadas que pueden desestabilizar a la defensa rival.
Si es Casadó quien roba el balón, después muestra un alto porcentaje de éxito en sus pases. Esto se debe a su capacidad para realizar entregas precisas y rápidas, lo que facilita que sus compañeros puedan avanzar hacia portería rival con la mayor rapidez posible. Este tipo de juego directo es esencial para aprovechar la desorganización del adversario tras robo de balón, con pases sobre los espacios libres en campo rival para encontrar el desborde en el un 1x1 de Yamal y Raphinha.
Además, su habilidad para iniciar estas transiciones rápidas no solo se basa en su destreza individual, sino también en su entendimiento del juego colectivo. Casadó sabe cuándo y dónde moverse para ofrecer opciones a sus compañeros, lo que maximiza las posibilidades de éxito en cada jugada.
Esa combinación de habilidades técnicas y tácticas convierte al canterano en un jugador clave en la primera fase de la transición ofensiva, permitiendo al Barcelona atacar las debilidades del rival y generar ocasiones claras de gol.
Conducción
Aunque Casadó tiene un buen control previo, en ocasiones se muestra menos efectivo al intentar superar la presión del rival con la conducción del balón.
En ocasiones, comete el error de mantener el balón demasiado tiempo, lo que les permite a los defensores rivales cerrarle espacios y limitar sus opciones de pase (abajo). Esta falta de agilidad en la conducción puede resultar en pérdidas de balón en zonas poco seguras para su equipo.
Además, su estilo de conducción tiende a ser predecible, lo que facilita que los defensores anticipen sus movimientos. A menudo, Casadó no varía suficientemente su ritmo o dirección al llevar el balón, lo que le resta efectividad al intentar desbordar a los adversarios.
Mejorar esta faceta de su juego, sin duda, aumentaría significativamente su impacto ofensivo y contribuir a un juego más dinámico y versátil del Barcelona.
Equilibrio defensivo
Marc Casadó se destaca por su capacidad para mantener la estructura defensiva sólida y organizada, dentro del 4-2-3-1 del Barcelona bajo la dirección de Flick.
En los momentos sin balón, el canterano se sitúa en la línea de mediocampistas, donde actúa como un pivote defensivo. Su función principal es la de interceptar pases y recuperar balones, utilizando su lectura del juego para anticiparse a las acciones del adversario. Esto le permite no solo desactivar las ofensivas rivales, sino también iniciar transiciones rápidas hacia el ataque propio tras el robo del balón, con una media de 4,5 recuperaciones por partido.
En el sistema del 4-2-3-1 del Barcelona en defensa, Casadó se mantiene en constante cobertura por el carril central sobre Pedri, De Jong, Dani Olmo y en los extremos sobre Yamal y Raphinha, cuando todos estos jugadores se posicionan estratégicamente para realizar una presión alta sobre el rival. Ahí, Casadó se posiciona siempre en la contención de los espacios entre líneas (abajo).
Su capacidad para realizar coberturas y desplazamientos laterales es determinante. Esto permite que Barcelona mantenga una compacta línea defensiva, minimizando los espacios que los atacantes rivales pueden explotar. Hasta el parón internacional del mes de noviembre de 2024, Casadó era el segundo máximo recuperador de balón en campo rival de su equipo y octavo en la Liga, con 22 acciones. Es decir: una media de 2,2 por encuentro en campo rival.
Casadó demuestra su versatilidad al ser capaz de adaptarse además a situaciones de repliegue defensivo, donde se posiciona para proteger la última línea (abajo). Su comunicación constante con Iñigo Martínez y Pau Cubarsí, sumado a su capacidad para leer el juego, le permiten ser un pilar en la fase defensiva del equipo con una agresividad controlada. Es decir, sin hacer falta, para adaptar la acción defensiva oportuna en el momento adecuando.
Esa virtud en defensa del canterano permite que el Barcelona mantenga su identidad de juego, incluso en momentos de mayor exigencia defensiva.
Marc Casadó ha demostrado en la 2024/25 ser capaz de superar con sobresaliente todas las pruebas que se le presentan, como su consolidación en el once del Barcelona o su debut con España. Con 21 años, muchos lo comparan con Joshua Kimmich, precisamente un jugador que siempre ha estado en la órbita del club azulgrana como refuerzo para el mediocampo.
Puedes conocer a más jugadores y su juego en The Coaches' Voice Análisis/Jugadores.