vincent kompany
Bayern Múnich, 2024-Presente
Con solo 38 años, Vincent Kompany ya ha tenido un intenso arranque a su carrera como entrenador. Después de acumular una amplia experiencia al más alto nivel como jugador, el belga rápidamente se consolidó como uno de los técnicos jóvenes más prometedores del fútbol. Sin embargo, no dejó de sorprender su nombramiento como entrenador del Bayern Múnich en 2024, tras haber descendido de la Premier League con el Burnley.
Kompany empezó su carrera en el banquillo igual que la de jugador: en el Anderlecht, el club de su infancia. Tras dos años en Bruselas, se hizo cargo del Burnley en la Championship. Con este equipo logró el ascenso inmediato a la división de honor inglesa. Sin embargo, su equipo sufrió mucho en la Premier League y volvió a la Championship tras pasar toda la temporada entre los tres últimos puestos. A pesar de eso, y con el Bayern buscando un sucesor para Thomas Tuchel, Kompany recibió una oferta para hacerse cargo del club más laureado de Alemania en el verano de 2024.
A continuación, nuestros entrenadores con licencia UEFA analizan las tácticas de Vincent Kompany como entrenador principal, desde su etapa en el Burnley, y en sus inicios en el Bayern.
Estilo de juego
Vincent Kompany se decanta por los sistemas 4-2-3-1 y 4-3-3 como base principal de sus equipos. Aunque también ha jugado con un 4-4-2, como ocurrió en algunos momentos de su etapa en el Anderlecht. De ese modo, la fluidez de su planteamiento táctico hace que sus equipos rara vez permanezcan rígidos en una sola estructura. Su apuesta táctica pasa principalmente por dominar la posesión del balón, acumular muchos jugadores en los últimos metros y ejecutar una presión agresiva para asfixiar al rival y lograr mantenerse en las zonas ataques. Esto quedó patente durante la temporada en la que el Burnley se proclamó campeón en la Championship. Allí registró el promedio de posesión (65%) y el número de goles (87) más altos del campeonato.
La estructura de sus equipos es igualmente fluida en la construcción de juego, a menudo sobre una estructura 3-2-5, con tres centrales y un doble pivote en el mediocampo.
En la zaga de tres centrales del Burnley (abajo, en la imagen), Ian Maatsen se cerraba por dentro desde el lateral izquierdo, mientras que Jordan Beyer tomaba la posición de central en zona interior y Taylor Harwood-Bellis se abría al perfil derecho. Por delante, Connor Roberts actuaba como lateral invertido desde el lado derecho para formar un doble pivote junto a Josh Cullen. De este modo, el Burnley disponía de una estructura segura en la salida, con opciones para hacer circular el balón a través de los tres zagueros. A su vez, mantenía ángulos de pase diagonales para conservar la posesión y hacer combinaciones. También era una estructura fluida en los momentos que Maatsen invertía su posición para llegar al doble pivote. Cuando lo hacía, Roberts se mantenía más retrasado y estrecho como integrante de la zaga de tres centrales.
El 3-2-5 del Burnley también podía formarse con un centrocampista central incrustado en la línea de de tres defensas. Mientras, los laterales avanzaban hasta el último tercio de campo para fijar la línea defensiva rival. El centrocampista Sander Berge se escoraba hacia la banda para generar la estructura de tres atrás. Los laterales Charlie Taylor y Vitinho (fuera de la imagen) avanzaban arriba y en amplitud sobre la última línea (abajo). Wilson Odobert, a su vez, se descolgaba junto a Cullen para formar el doble pivote, con Jacob Bruun Larsen y Lyle Foster estrechándose en posiciones intermedias. Así, el Burnley ocupaba los cinco carriles en ataque, lo que suponía una amenaza constante a la espalda de la defensa rival. Una vez más esta estructura se mostraba fluida, ya que Cullen también podía internarse más hacia la línea de fondo, tanto por fuera como entre los centrales.
Una ventaja estructural de esa formación era la flexibilidad de los atacantes en zonas interiores, Bruun Larsen y Foster. Cuando los equipos de Kompany han necesitado espacio en la construcción de juego, los jugadores en estas posiciones han tendido a mantenerse altos y a fijar la zaga rival para crear espacios. También han tenido libertad para abrirse hacia el intervalo entre los centrales exteriores y los laterales rivales. Sobre todo, contra bloques compactos de cinco defensas, algo que les facilita recibir el balón orientados hacia adelante, para después profundizar.
Por otra parte, si los atacantes atraen a un defensa con su movimiento, se genera espacio a la espalda para que los laterales muy avanzados de los equipos de Kompany realicen agresivas carreras de fuera hacia dentro. O se genera un espacio para que el delantero realice inteligentes carreras por el lado débil, es decir, a la espalda de la línea defensiva rival.
En momentos especialmente agresivos, los equipos de Kompany también pueden funcionar como un 2-3-5. En este caso, el centrocampista central permanece en la segunda línea. También los laterales avanzan más arriba para empujar hacia dentro a los extremos, junto al delantero centro. Alternativamente, los dos laterales, en su papel de laterales invertidos. Allí, toman posiciones en el centro del campo, y la última línea la ocupan los extremos, los mediocampistas que llegan desde segunda línea y el delantero.
Vincent Kompany mantuvo esos principios y estilo de juego durante sus primeros partidos al frente del Bayern. No obstante, se ha adaptado para aprovechar la habilidad del guardameta Manuel Neuer con el balón en los pies. Esto para que el portero actúe entre los centrales (abajo).
Con Neuer formando parte de una zaga de tres junto a Dayot Upamecano y Kim Min-jae, el Bayern ha podido mantener a otro jugador de campo en una posición más elevada. Joshua Kimmich, actuando como lateral invertido, se posiciona en un doble pivote junto a Aleksandar Pavlovic. Mientras, el lateral izquierdo Raphaël Guerreiro avanza hasta la última línea. Esto lleva a Mathys Tel a la posición de mediapunta, con Harry Kane, Michael Olise y Serge Gnabry asegurándose de que el Bayern ocupe los cinco carriles en su fase ofensiva.
Como consecuencia de esos movimientos, el Bayern de Kompany exhibe ha mostrado un grado adicional de fluidez y flexibilidad. Por ejemplo, Jamal Musiala puede desmarcarse para recibir al espacio y desplazarse hacia delante utilizando su velocidad y movilidad, con la zaga rival replegada. Pavlovic y Kimmich quedan posicionados en el centro para estrechar y compactar el centro del campo rival (arriba, ante el Friburgo). Alternativamente, Olise también puede descolgarse para generar un cuadrado en la zona central junto a Musiala, Pavlovic y Kimmich; estructura que permite generar superioridad numérica en la zona central.
Tercio final
Vincent Kompany busca aprovechar la ocupación de los cinco carriles del campo por parte de sus jugadores. Esto para generar espacios entre líneas y a la espalda del rival en el último tercio. Los futbolistas más abiertos —que pueden ser laterales o extremos— buscan la máxima amplitud. De este modo, aumentan las distancias entre la defensa rival y se habilitan espacios para que los delanteros o los centrocampistas avanzados se internen en el mediocampo. Por ejemplo, en el Burnley, Foster habitualmente se posicionaba más cerca del balón, con Bruun Larsen en segundo plano y a la espalda de la defensa rival (abajo).
Eso permitía al Burnley explotar cualquier espacio entre los defensas rivales, filtrar pases o buscar un envío a la espalda de la defensa. Si la zaga rival se estrechaba excesivamente para restringir la penetración por dentro, los jugadores de banda podían atacar el espacio exterior, centrar o aislar a los defensas en situaciones de 1x1. En el Bayern, esta es una situación en la que se puede utilizar la creatividad individual de Olise, Gnabry y Musiala.
Otra forma en la que el Burnley utilizó su ocupación de la zona de ataque fue mediante movimientos opuestos entre el delantero centro y los jugadores que ocupaban los espacios intermedios. Como delantero centro, Ashley Barnes a menudo buscaba descolgarse y arrastrar a los defensas centrales fuera de su posición, o al menos atraer su vigilancia. Esto permitía carreras agresivas hacia el espacio creado a la espalda de los defensas rivales, generalmente ejecutadas por los jugadores que ocupaban los espacios intermedios.
En muchas ocasiones, Roberts —que se movía hacia dentro tras un periodo fluido de posesión— recibía dentro del área en una buena posición para marcar gol. El Burnley de Kompany también utilizó estos movimientos opuestos en zonas más amplias, sincronizando los movimientos para explotar el espacio cuando el rival estaba replegado.
Fase defensiva
Sin el balón, Vincent Kompany ha preferido que sus equipos formen un 4-4-2. Con la capacidad de presionar agresivamente y formar en un bloque más compacto cuando sea necesario. Durante la temporada 2022/23 de la Championship con el Burnley, su equipo presionó agresivamente. Su equipo tuvo el PPDA (Pases permitidos por acción defensiva en español) más bajo (7,86) de toda la división. En el Anderlecht y durante su temporada en la Premier League con el Burnley, sus equipos se situaron en línea con la media de la liga. Hecho que quizá demuestre la flexibilidad de su planteamiento, si no la necesidad de adaptarse a rivales más duros.
En el pressing agresivo, los delanteros de un 4-4-2 trabajan coordinados. Uno presiona al central en posesión del balón para forzar un desmarque. Otro cae a una posición más retrasada en la cobertura al pivote. Los jugadores más abiertos del mediocampo anticipan los pases más abiertos. Allpresionan con agresividad a los laterales en una zaga de cuatro y a los centrales exteriores en una defensa de tres, cuando es necesario. A su vez, los laterales les apoyan desde atrás y están listos para saltar a la presión si es necesario, una vez que los jugadores de banda se sueltan.
Los centrocampistas centrales deben poseer la inteligencia necesaria para situarse entre los centrocampistas, como demostró Berge en el Burnley (abajo). Deben ser capaces de saltar y unirse con el pivote más profundo si la primera línea de presión es superada. Pero, también debe asegurarse de que ayudar en la cobertura a los centrocampistas en su lado débil.
En un bloque más conservador y pasivo, los dos delanteros se posicionan a una altura más retrasada. Allí darán prioridad a la vigilancia defensiva de los pivotes contrarios. Esto permite que las distancias entre los dos delanteros, el mediocampo y la zaga sigan siendo mínimas. Algo que limita el espacio por el que puede penetrar el rival. En su lugar, se obliga al oponente a jugar por fuera. Es allí donde los equipos de Kompany saltan a la presión para recuperar la posesión o temporizar el ataque de los rivales.
Será fascinante observar cómo evoluciona Vincent Kompany en su planteamiento táctico en un equipo de la magnitud del Bayern. Esto, tanto en la Bundesliga como en la Champions League. También lo será, sin duda, su particular duelo con el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso para recuperar la corona en la competición doméstica.
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Redacción: The Coaches' Voice