álvaro arbeloa
Entrenador del Juvenil A del Real Madrid, 2022-Presente
No salimos al campo simplemente a ganar y a ser mejor que el rival. Salimos para cumplir un sueño: jugar en el primer equipo del Real Madrid.
Yo llegué en 2001 a la cantera del Real Madrid con 18 años. Para jugar en el Juvenil A, precisamente el equipo en el que ahora estoy como entrenador. Haber vivido eso antes me sirve de experiencia para esta nueva etapa.
Yo ya no puedo volver atrás. La única forma que tengo de hacerlo es a través de ellos. Y espero que intenten aprender de las experiencias que yo les pueda transmitir, para superar todas las pruebas que se les presente por delante.
No solo ahora, también en el futuro.
Una de las pruebas más duras a las que yo tuve que enfrentarme fue jugar en Inglaterra.
No se me olvidará nunca mi primer partido con el Liverpool. Firmé por el club en los últimos días del mercado de invierno en 2007, procedente del Deportivo de La Coruña. Ese día jugábamos ante el Newcastle. En su estadio.
"Con benítez, sabíamos lo que teníamos que hacer y cómo plasmarlo el día del partido"
Miré a mi alrededor y solo veía jugadores enormes y que pesaban, como poco, diez kilos más que yo. Ahí me di cuenta de que la Premier League iba a ser muy, muy diferente a todo lo anterior.
Lo que pasó después, ya desde los primeros minutos del partido, solo terminó de confirmar esa primera impresión que tuve conforme íbamos camino al campo.
Así que no me quedaba otra: me amoldaba a eso o la Premier me iba a pasa por encima.
Para conseguirlo, fue importante toda la ayuda de Rafa Benítez.
Rafa es un entrenador muy metódico y detallista. Siempre está muy encima de los jugadores.
A nivel táctico, también era un técnico con una gran riqueza. Tenía muy claro su plan de partido, que llevaba a cabo cada semana. Siempre también en función del rival. Sobre todo, de sus debilidades. Así, la semana de trabajo en Melwood, en la antigua ciudad deportiva del Liverpool, estaba enfocada a un objetivo principal: el partido siguiente.
"miré alrededor y solo veía jugadores enormes. me amoldaba a eso o la Premier me iba a pasa por encima"
Todo eso le hacía tener un gran acierto. Ya no sólo en el planteamiento del partido, sino cómo enfocarlo en el día a día. Era sobresaliente la manera de transmitirlo a los jugadores y la facilidad que teníamos para entender lo que él quería.
Con Rafa, sabíamos lo que teníamos que hacer y cómo plasmarlo el día del partido.
Luego, en el Liverpool, cuentas con el ‘factor Anfield’. Había grandes jugadores y un gran entrenador en el club, pero Anfield marcaba la diferencia. Para mí, especialmente, un partido europeo.
De todas esas noches en la Champions League, me quedo con los duelos vibrantes que vivimos en las eliminatorias ante el Chelsea. Eso quedará siempre en mi recuerdo. Por el ambiente, por la intensidad, por la emoción y, sobre todo, por el nivel de los dos equipos.
Inglaterra, sin duda, te hace mucho mejor jugador. ¡Ya lo creo que lo hace!
"Disfruté muchísimo trabajando con pellegrini en el día a día"
Estaba muy a gusto allí y muy contento en el Liverpool, pero en 2009 apareció la oportunidad del Real Madrid. De volver a casa.
Ese verano de 2009, el Real Madrid realizó un cambio drástico en la plantilla. Llegó Cristiano Ronaldo. También Kaká, Karim Benzema, Xabi Alonso, que se vino conmigo del Liverpool, Raúl Albiol y Esteban Granero. Todos a la vez, a un equipo donde ya estaban jugadores como Sergio Ramos, Iker Casillas o Raúl.
Evidentemente, se formó una grandísima plantilla, también con la llegada de Manuel Pellegrini como entrenador ese mismo verano.
Disfruté muchísimo trabajando con el técnico en el día a día. Manuel es un entrenador al que no le gustaba nada que hubiese jugadores por fuera. Quería que los jugadores de banda se metieran por dentro, para dejar los espacios libres por el exterior.
"Estaba muy a gusto en inglaterra y muy contento en el Liverpool, pero en 2009 apareció la oportunidad del Real Madrid. De volver a casa"
Para él, no se trataba de ocupar esos espacios por bandas desde el principio, sino que los jugadores fuésemos entrando y saliendo. Tanto los laterales, como los futbolistas de dentro.
En sus sesiones también le encantaba limitar los toques. Jugábamos siempre a dos toques. No más. Era muy insistente en eso, porque quería que hubiese muchísima velocidad y movilidad en nuestro juego.
Desgraciadamente, fue un año en el que no conseguimos títulos, pero hicimos una Liga de 96 puntos. Muchísimos, aunque no los suficientes para ganar al Barcelona. Pero más allá de los resultados, disfruté mucho con Manuel. Aprendí mucho de él. Es uno de los mejores entrenadores que he tenido.
También de José Mourinho. José tiene muchísimas cosas buenas, pero si tuviera que destacar una por encima de todas, me quedo con su forma de llevar el grupo. De liderarlo.
"mourinho Quería buscar la portería contraria. Y cuantas más ocasiones tuviésemos en un partido, mejor"
Yo conecté muy pronto con él, por todo lo que me transmitía. El hecho de dar al máximo cada día, y hacerlo a través de dar ejemplo. Solo jugabas si trabajas al ciento por ciento en los entrenamientos. Sin importar el nombre.
Me parecieron unos valores y unos ideales con los que yo casaba mucho.
Por supuesto, José Mourinho también está preparadísimo tácticamente. Todo el entrenamiento estaba enfocado en su modelo de juego. Me encantaba de José esa verticalidad que él tenía.
Quería buscar la portería contraria. Y cuantas más ocasiones tuviésemos en un partido, mejor. Eso, sin dejar de ser un equipo muy férreo. Muy compacto y al que le hicieran pocos goles.
"José mourinho tiene muchísimas cosas buenas, pero si tuviera que destacar una por encima de todas, me quedo con su forma de llevar el grupo"
Ahora, desde mi perspectiva de entrenador, creo que el principal objetivo de un técnico es ese: que tu equipo tenga muchísimas oportunidades. Es decir, maximizar las oportunidades en un partido y minimizar las de los contrarios. Si mi equipo tiene muchas oportunidades y el rival te hace pocas, el trabajo del entrenador es bueno.
Así fue el Real Madrid de Mourinho. Y creo que eso se vio de modo muy significativo en los partidos ante el Barcelona. Se ha hablado mucho de esos duelos por todo el ruido que se generó alrededor, pero a nivel táctico nosotros demostramos una adaptación grande y muy buena ante un enorme equipo como era el Barcelona de Guardiola.
Se puede ver en la diferencia que hay en nuestro primer partido con José en el banquillo ante el Barcelona —nos ganaron cinco a cero—, y cómo después de aquello conseguimos darle la vuelta a la situación para competir contra ellos, e incluso superarles.
Ganamos la Liga de los 100 puntos —temporada 2011/12—. Conseguimos también ganarles en la Copa del Rey. Fuimos poco a poco. Ajustando piezas, movimientos y estructuras, para adaptarnos a un equipo muy peculiar que estaba muy bien trabajado y contaba con grandes jugadores. Un Barcelona donde, al final, todo se aceleraba cuando le llegaba el balón a Messi.
"ancelotti identifica perfectamente qué futbolistas de gran talento necesitan más de esa libertad del entrenador para sacar su máximo potencial"
Ese trabajo continuó con Carlo Ancelotti. De Carlo siempre se ha destacado su mano izquierda y su saber llevar al grupo. Sin embargo, injustamente para mí, eso deja a un lado su gran perfil táctico.
Como buen italiano, Carlo domina muchísimo la organización defensiva. Algo que antes me sirvió mucho como jugador, y ahora me sirve como entrenador. Aprendo de él.
Luego, en el apartado ofensivo, Carlo es capaz de dar dos o tres patrones para atacar, pero es un entrenador al que le gusta dar más libertad al jugador en esta faceta.
Y lo hace sobre una gran cualidad: identifica perfectamente qué futbolistas de gran talento necesitan más de esa libertad para sacar su máximo potencial.
"le digo a mis jugadores que no salimos al campo para ganar y ser mejor que el rival: salimos al campo para cumplir un sueño: jugar en el real madrid"
Ahora mi principal prioridad como técnico del Juvenil A es la misma que tuve de todos mis entrenadores: formar jugadores para que puedan alcanzar su máximo potencial.
Hay una frase que les repito siempre antes de cada partido: "Hay que jugar a todo gas del minuto 1 al 90".
Me da igual que vayamos ganando por un gol, por dos o por tres. Empatando o perdiendo. Deben ser exigentes consigo mismos cada segundo.
Solo así tendrán la oportunidad de completar el camino: llegar al campo número uno de la Ciudad Real Madrid.
El lugar donde entrena el primer equipo.