champions league, 10 de diciembre de 2025
Rodrygo (28)
O'Reilly (35)
Haaland (43, pen)
El Manchester City ganó al Real Madrid en lo que parecía casi un plebiscito sobre el futuro de Xabi Alonso. Por ahora, y pese a la derrota, el técnico blanco parece salvarse gracias a la imagen que ofreció su equipo ante los de Pep Guardiola.
Cargado de bajas en defensa y sin Kylian Mbappé en el ataque debido a unas molestias en su rodilla izquierda, el Real Madrid logró mostrar una versión enérgica, sobre todo durante la primera media hora. Un tramo en el que los blancos no solo fueron superiores a su rival, sino que además se adelantaron con un gol de Rodrygo Goes, quien consiguió romper su sequía goleadora tras nueve meses (32 partidos) sin ver portería con su club. Hay más datos que ilustran la falta de efectividad, excluyendo a Mbappé, del resto de atacantes del equipo blanco: Vinícius Júnior, autor de 22 goles entre todas las competiciones la pasada campaña, lleva sin anotar con el Real Madrid desde principios de octubre.
En contraste con la falta de pegada del Real Madrid, los de Guardiola exhibieron la suya en los últimos diez minutos del primer tiempo, cuando remontaron el partido con los goles de Nico O’Reilly y Erling Haaland, en el caso del noruego desde el punto de penalti. El segundo tiempo estuvo marcado por los intentos frustrados de empatar por parte del Real Madrid y por la actuación destacada de Thibaut Courtois ante las ocasiones del City. El guardameta belga sostuvo a su equipo en el partido hasta el final, manteniendo viva la posibilidad del empate. Algo que, sin embargo, no llegó a producirse.
Con esta victoria, el Manchester City alcanza los 13 puntos y se consolida en el top 8 de la fase liga de la Champions League, donde también se mantiene el Real Madrid con 12 puntos. Ambos equipos se jugarán meterse entre los ocho mejores de la competición en las dos últimas jornadas.
Análisis de los entrenadores
"No tenemos que reprocharnos nada. En diez minutos se nos han puesto por delante, en un córner, en un penalti, cuando el partido estaba siendo serio y competido. Pero hemos concedido y luego el equipo lo ha intentado hasta el final", analizó Xabi Alonso en rueda de prensa. El técnico del Real Madrid también habló de su futuro: "Yo estoy preocupado por el siguiente partido. Aquí lo importante es el Real Madrid".
"Le doy muchísimo valor a ganarle al Real Madrid", señaló Pep Guardiola. El técnico del City añadió un análisis más profundo de la actuación de sus jugadores: "Hasta que marcamos no pudimos controlar el partido porque no fuimos lo suficientemente agresivos. Ellos fueron muy buenos al principio y es bueno que nos marcaran el gol primero porque nos ha ayudado. Ha sido una buena experiencia porque muchos jugadores debutaban en este estadio y creo que hoy este nivel ha sido el necesario para ganar, pero quizá no para competir hasta las últimas fases".
A continuación, nuestros entrenadores UEFA Pro analizan las principales claves del partido de Champions League entre Real Madrid y Manchester City.
11822178145191671125273243314204791011Presión dirigida y bloque de activación
El Real Madrid de Xabi Alonso partió con un 4-3-3 flexible que se convertía rápidamente en un 4-4-2 para presionar la salida del Manchester City, con Rodrygo Goes cerrando como interior derecho y Vinícius Júnior situándose junto a Gonzalo García en la primera línea del ataque blanco. Este mecanismo tenía un objetivo: cortar las progresiones del City por dentro y forzar pérdidas que activasen transiciones ofensivas verticales aprovechando los espacios libres del rival.
En los primeros 30 minutos, el plan de Alonso funcionó. El Real Madrid acumuló duelos ganados en campo rival, robos de balón en el primer tercio de campo y secuencias de pases hacia la portería rival que desembocaron en el 1-0 gracias a una salida agresiva de Álvaro Carreras —el lateral izquierdo fue de los mejores de su equipo—, un escalonamiento ofensivo perfecto entre Jude Bellingham y Gonzalo García y una finalización de Rodrygo con un tiro cruzado (abajo). La estructura del Real Madrid, cimentada en la energía de Aurélien Tchouaméni y en la presión orientada hacia el lado débil de Nico González, permitió a los locales disponer de ataques a pesar de que la calidad asociativa del mediocampo volvió a evidenciar límites.
El Manchester City de Pep Guardiola aceptó un guion de partido con menos control de la posesión que en anteriores visitas al Bernabéu, llevando el encuentro hacia transiciones ofensivas donde los duelos por las bandas serían claves. Para ello, el 4-3-3 inicial se convertía en un 4-2-3-1 en el que Nico O’Reilly generaba continuos desajustes con sus desmarques en profundidad por el carril interior izquierdo, mientras que Jérémy Doku fijaba en banda tanto a Federico Valverde como a Raúl Asencio para castigar con conducciones vertiginosas (abajo).
El City entendió que, ante la presión del Real Madrid, la mejor oportunidad estaba en salir rápido hacia los costados y forzar duelos en igualdad numérica. La amplitud con Doku y Rayan Cherki permitió a los citizens escapar de situaciones de presión comprometidas y generar ventajas en el campo rival que estabilizaron el partido una vez superados los primeros minutos.
Gestión deficiente de las segundas acciones en el Real Madrid
El 1-0 reflejaba superioridad competitiva de un Real Madrid que, sin embargo, volvió a sufrir un problema recurrente esta temporada: la incapacidad para gestionar las acciones a balón parado y las segundas jugadas. El córner que desembocó en el 1-1 del City llegó de un desajuste previo en una vigilancia, un despeje sin convicción y una falta de contundencia defensiva impropia de un partido de esas características. Thibaut Courtois no logró sacar el balón con firmeza y O’Reilly remachó a las redes (abajo).
En síntesis, la estructura defensiva del Real Madrid se desorganizó con facilidad por el sector derecho, donde Doku superó repetidamente a los defensores blancos (abajo), generando intervalos relevantes para O’Reilly y exponiendo los problemas del equipo para hacer coberturas. El Real Madrid mostró una ausencia de automatismos consolidados, con varios jugadores sufriendo fuera de su hábitat natural al tener que defender ante un City que liberaba a los extremos para que percutiesen hacia delante. La acción del 1-2 provino de otro error, en este caso un penalti claro de Antonio Rüdiger sobre Erling Haaland. El delantero noruego no falló desde los once metros.
La desactivación del ecosistema ofensivo blanco
El punto de inflexión del partido llegó con la sustitución de Gonzalo en el minuto 58. Su salida eliminó a la única figura capaz de fijar a Gvardiol y Rúben Dias, disputar duelos con ambos y ofrecer desmarques de apoyo que permitieran a Bellingham o Vinícius recibir con ventaja (abajo). Con Arda Güler —entró en la segunda mitad— con libertad de movimientos en ataque y Bellingham actuando como falso 9, el Real Madrid perdió toda referencia interior y comenzó a atacar de modo más plano, con cambios de orientación desde la primera línea hacia Vinícius.
Para el Manchester City la salida de Gonzalo fue un alivio estructural. Rúben Dias pasó de tener que fijar a un delantero centro a gestionar recepciones intermedias y coberturas sobre el sector de Carreras y Vinícius, Gvardiol pudo salir para anticipar y achicar en espacios más altos, Matheus Nunes redujo la distancia entre líneas sin miedo a ser atacado a la espalda y Nico González reforzó la profundidad defensiva (abajo). El bloque del City pasó de sufrir la agresividad del Real Madrid a controlar con comodidad los espacios libres. Cuando Guardiola introdujo su triple cambio en el segundo tiempo —entraron al campo Savinho, Tijjani Reijnders y Omar Marmoush— no buscaba atacar más, sino reducir el intercambio de golpes.
Ataques por estímulo frente a mecanismos consolidados
Bellingham, desde un rol de todocampista, asumió la carga ofensiva. Eso llevó a que Rodrygo recibiera en un par de transiciones peligrosas y a que Vinícius tuviera dos oportunidades claras para empatar. Pero el Real Madrid volvió a evidenciar que su ataque depende en exceso de inspiraciones individuales y no de automatismos trabajados. Los centros no encontraban rematador (abajo), las conducciones no se transformaban en ventajas y el pase definitivo nunca aparecía. Xabi Alonso intentó corregir cosas con la entrada de Endrick en la recta final del partido. Pero, para entonces, el equipo ya había perdido el pulso ofensivo y la movilidad necesaria para desajustar la última línea defensiva de Guardiola. Aun así, el delantero brasileño estrelló un cabezazo en el larguero.
El City, por el contrario, gestionó el segundo tiempo con un 4-3-3 firme en su estructura. Aunque también sufrió ocasiones claras en córners y centros laterales, su plan fue superior a nivel competitivo. Tras robar el balón en campo propio contragolpeaba por los carriles exteriores, cortaba el ritmo del juego blanco con faltas tácticas cuando convenía y cerraba bien los intervalos interiores que el Real Madrid intentaba explotar.
Cherki (arriba) fue el jugador más incisivo desde el carril exterior derecho y mantuvo un bonito duelo con Carreras. Reijnders dio continuidad al juego desde la base. Y, en general, la defensa citizen mostró solidez para resistir cuando el Real Madrid recurrió a centros desde los costados. Los de Guardiola ganaron en el Bernabéu porque supieron competir en cada fase del partido con mecanismos más asentados que los del Real Madrid.
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