final carabao cup, 25 de febrero 2024
Van Dijk (118)
El Liverpool sobrevivió a una larga lista de lesionados del equipo titular y a algunos momentos defensivos de sumo apremio para derrotar al Chelsea y hacerse con el primer trofeo de la temporada 2023/24 en Inglaterra —y un récord de 10ª Copa de la Liga— ante casi 90.000 aficionados en Wembley. El gol de cabeza de Virgil van Dijk llegó a falta de dos minutos para el final de la prórroga de una final agotadora y vibrante.
Durante el tiempo reglamentario ambos equipos anotaron goles que finalmente no fueron concedidos. Raheem Sterling fue el primero en ver puerta. Su disparo fue anulado por un fuera de juego muy ajustado sobre Nicolas Jackson en la jugada previa. En la segunda parte, un cabezazo de Van Dijk en la misma portería, tras un saque de falta de Andy Robertson, hizo que el árbitro Chris Kavanagh fuese llamado tras intervención del VAR. Kavanagh, una vez vista la acción, consideró que Wataru Endo estaba en fuera de juego al bloquear a Levi Colwill en el momento del cobro del envío al área.
Jürgen Kloop, en un Liverpool que no contaba con jugadores como Alisson, Mo Salah, Trent Alexander-Arnold, Diogo Jota, Darwin Núñez, Dominik Szoboszlai y Curtis Jones tuvo que recurrir a los canteranos Bobby Clark, James McConnell, Jayden Danns y Jarell Quansah en la prórroga. Sin embargo, los jugadores del Liverpool presionaron más cuando el partido parecía destinado a los penaltis, y su mayor ambición se vio recompensada.
Análisis de los entrenadores
"En mis 20 años, este es sin duda el trofeo más especial", declaró Klopp tras la conquista de su octavo gran trofeo como entrenador del Liverpool (la Carabao Cup se convierte en la primera que levanta dos veces en su etapa en Anfield). "El equipo, una plantilla, una academia llena de carácter. Estoy muy orgulloso de haber podido formar parte de ello esta noche".
El entrenador del Chelsea, Mauricio Pochettino, que perdió una final de la Champions League ante Klopp y el Liverpool durante su etapa en el Tottenham, lamentó la incapacidad de su joven equipo para mantener su rendimiento durante los 120 minutos. "No mantuvimos la energía que mostrarmos al final de la segunda parte", dijo. "No sé cómo se puede describir esta situación. Pero me siento orgulloso. Me siento orgulloso de los jugadores, creo que han hecho un gran esfuerzo".
"La experiencia y el liderazgo dentro del campo ayudan. Pero los jugadores sienten la decepción porque estuvimos muy cerca de ganar el partido en 90 minutos. Empezamos a perder la energía (en la prórroga)", añadió el entrenador argentino sobre una final que, a continuación, es analizada por nuestros expertos.
La presión del Liverpool
Klopp dispuso al Liverpool en su habitual 4-3-3, con una fuerte presión en los primeros compases del partido. En esa presión, los extremos, Luis Díaz y Harvey Elliott, acosaban a los centrales del Chelsea en la salida de balón del equipo londinense, al mismo tiempo que el derecho Conor Bradley se lanzaba con rapidez sobre el lateral izquierdo del Chelsea, Ben Chilwell (abajo).
Los tres centrales del Liverpool también se posicionaban con agresividad para saltar al ataque y bloquear el balón en un lado del campo. La presión del equipo de Klopp llevó a la zaga del Chelsea a cometer varios errores en la salida, lo que llevó al Liverpool a recuperar muchos balones cerca de la portería rival, a partir de los cuales generó algunos momentos de ataque prometedores.
Sin embargo, la lesión de Ryan Gravenberch alteró el ritmo del Liverpool, que desplazó a Elliott al interior, situó a Bradley más arriba en la derecha e introdujo a Joe Gómez en el lateral derecho. Los delanteros del Chelsea, ante los cambios de su rival, trataron de sacar partido de la línea alta defensiva del Liverpool, pero tras un periodo de mayor intensidad por parte de los de Pochettino, los de Klopp terminaron la primera parte más fuertes.
La presión de Cody Gakpo en el repliegue en el centro del campo dio a los Reds un jugador más en las zonas centrales (abajo), a pesar de que Cole Palmer intentaba incursionar por dentro desde la derecha para generar ventajas numéricas. Los movimientos interiores de Andy Robertson en el Liverpool para cubrir ese movimiento de Palmer amenazaron con dejar expuesta a la zaga del Liverpool en algunos momentos, pero la superioridad en el duelo de sus jugadores en la zona central desbarató constantemente la construcción de juego del Chelsea. Otra recuperación cerca de la portería rival llevó a Gakpo a cabecear al larguero al final de una primera parte que, no obstante, acabó sin goles.
Combinaciones por dentro del Chelsea
Pochettino dispuso al Chelsea en un 4-2-3-1, un dibujo que al principio tuvo problemas contra la agresiva presión del Liverpool. Una vez que Palmer se retrasó para apoyar y combinar con el doble pivote, arrastrando consigo a Robertson, el Chelsea encontró espacios que aprovechar. Conor Gallagher se recolocó desde su posición en el centro del campo como mediapunta para aprovechar los espacios favorables por la banda derecha (abajo), mientras que Raheem Sterling buscó atacar a la espalda del delantero centro, Nicolas Jackson, desde la izquierda. Caoimhín Kelleher, portero del Liverpool en la final, se vio obligado a realizar una magnífica parada a bocajarro a disparo de Palmer tras un ataque por la derecha del Chelsea, y otra incursión condujo a un gol de Sterling que fue anulado por fuera de juego de Jackson.
Posteriormente, el Chelsea fue tomando impulso ofensivo gracias a tener una posesión más sostenida. Para ello, uno de los dos pivotes bajó a la línea de fondo, permitiendo a los laterales Chilwell y Malo Gusto aportar amplitud ofensiva. Palmer continuó desplazándose hacia el interior, generando más espacio para Gusto, mientras Gallagher se orientaba hacia la izquierda. Los dos jóvenes ingleses actuaron entonces por delante del único pivote (abajo) —normalmente Enzo Fernández—, mientras Sterling seguía trabajando cerca de Jackson, en lo que a menudo parecía una dupla en ataque.
Protagonismo en ataque de las sociedades laterales-extremos
En un enfoque más tradicional, ambos equipos recurrieron a la sociedad laterales-extremos como principal vía de ataque. En el Liverpool, Robertson buscaba desdoblar a Luis Díaz por la izquierda, con Gómez jugando por dentro, pero dispuesto a desdoblar por fuera cuando Elliott —que retrocedió a la banda cuando Bobby Clark sustituyó a Conor Bradley— se metía por dentro desde la derecha.
Gakpo, por su parte, se descolgaba al mediocampo frecuentemente (abajo) ayudando a los Reds a hacer avanzar el balón por el centro del campo, pero como resultado los de Klopp carecían de opciones de atacar la espalda de la defensa del Chelsea. Esto les obligó a realizar pases adicionales y a dar a sus rivales más tiempo para asentarse en su bloque.
El Chelsea también recurrió a la pareja lateral-extremo en las bandas, con Palmer y Gusto siendo una amenaza cuando el primero matenía la amplitud. Los desdoblamientos de Gusto desde el fondo alejaban la marca sobre Palmer, quien tenía entonces la oportunidad de recortar hacia dentro y crear ocasiones. Christopher Nkunku sustituyó a Sterling en la izquierda, y sus movimientos por dentro dieron a Chilwell la oportunidad de adelantarse y desdoblarse temprano.
Gallagher se descolgaba a veces para apoyar a Jackson, pero también en otras oportunidades se unía a la pareja de banda (abajo) antes de atacar el área. Llegó a tener dos ocasiones importantes con el marcador aún igualado, tras cambios de juego de izquierda a derecha. Pero no pudo aprovechar ninguna de las dos que tuvo y el partido se fue a la prórroga.
La intensidad de un joven Liverpool
La energía y la intensidad de los jóvenes jugadores del Liverpool inclinaron la balanza a su favor en la prórroga. Los dirigidos por Klopp siguieron utilizando la sociedad lateral-extremo como principal vía de ataque por fuera. Esta vez con el sustituto Kostas Tsimikas avanzando en apoyo de Clark por la banda izquierda. Díaz pasó a ocupar el puesto de delantero centro, junto a otro joven suplente, Jayden Danns (abajo). Wataru Endo se unió a James McConnell en lo que ahora funcionaba como un doble pivote en el centro del campo.
En la banda derecha, Elliott mantuvo la amplitud durante la prórroga. Posicionándose así en el segundo palo en múltiples ocasiones y beneficiándose de los movimientos de Gómez en el centro del campo para arrastrar a los jugadores del Chelsea hacia dentro. Al final, y después de que le anularan un gol de cabeza en el tiempo reglamentario, el capitán del Liverpool, Virgil van Dijk, se elevó más que su marcador en el área para rematar un saque de esquina de Tsimikas desde la derecha y dar a su equipo su segunda Copa de la Liga bajo la dirección de Klopp.
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Redacción: The Coaches' Voice