gary o'neil
Wolverhampton Wanderers, 2023-Presente
Acostumbrada la Premier League a ser una competición con gran presencia de entrenadores extranjeros en los últimos años, sobre todo españoles y portugueses, también han aparecido técnicos ingleses con un mismo patrón: muy tácticos, con una apuesta por un fútbol atractivo y jóvenes. Gary O'Neil, entrenador del Wolves, es uno de esos nombres.
Después de colgar las botas en 2019, O' Neil se incorporó al Bournemouth en la temporada 2021/22 como asistente entrenador del primer equipo, a las órdenes de su antiguo compañero en el Middlesbrough, Jonathan Woodgate. Luego de que Scott Parker sucediera a Woodgate como entrenador, O'Neil permaneció en el cuerpo técnico para ayudar al Bournemouth a lograr el ascenso a la Premier League en 2022.
Su estreno como primer entrenador en la Premier League llegó poco después, en la 2022/23, con el despido de Parker. O'Neil se hizo cargo del equipo interinamente, pero sus seis primeros partidos sin derrotas le aseguraron el puesto de forma permanente. Un éxito al que le siguieron cinco victorias en siete partidos para asegurar la continuidad del Bournemouth en la Premier League. Sin embargo, O'Neil no se mantuvo en el equipo de la costa sur de Inglaterra, que apostó en julio de 2023 por Andoni Iraola para un largo proyecto.
El técnico inglés no tardó mucho en encontrar un nuevo destino, esta vez en los Wolves para sustituir a Julen Lopetegui, quien salió del equipo en los primeros días de la temporada 2023/24. O’Neil ha mantenido la línea de resultados de Lopetegui la pasada temporada, a la que ha sumado victorias de renombre en casa ante el Manchester City de Pep Guardiola, el Tottenham o el Chelsea. Todas ellas por 2-1.
A continuación, nuestros entrenadores expertos analizan algunos aspectos clave de los enfoques tácticos de O'Neil, en su trabajo al frente del Wolverhampton Wanderers y anteriormente el Bournemouth.
Asociación en el mediocampo
En el Bournemouth, O'Neil se decantó por jugar bajo el 4-4-2 o un 4-2-3-1. Su equipo pasaba mucho tiempo sin balón, registrando el segundo promedio de posesión más bajo de la Premier League en la temporada 2022/23. En consecuencia, el equipo solía generar ocasiones de gol por dos vías: a través de combinaciones en la zona que les ayudaban a avanzar al contragolpe, o construyendo el ataque desde la salida de balón en los pocos momentos en los que el equipo mantenía una posesión de balón prolongada.
Tanto con el 4-4-2 como con el 4-2-3-1, el Bournemouth estrechaba su línea del mediocampo en defensa, limitando al máximo el juego rival tanto entre líneas, como a través de los diferentes bloques. Una vez recuperada la posesión, los jugadores disponían de un apoyo cercano para combinar, generalmente a través de pases rápidos e incisivos.
Cuando tras una recuperación conectaban con los dos jugadores más avanzados —ya fuesen dos delanteros centro o la sociedad delantero-mediapunta—, el Bournemouth creaba mucho peligro en las transiciones. Dominic Solanke, delantero centro titular, se destacó por su capacidad de encontrar espacios para recibir con rapidez. A partir de ahí, aseguraba la posesión a la espera de enlazar con las carreras desde segunda línea de sus compañeros.
Philip Billing —a menudo acompañante Solanke— ofrecía un juego combinativo de similar calidad, además de marcar goles valiosos que ayudaron al Bournemouth a mantenerse en la Premier League. Las carreras en el carril central de jugadores como Ryan Christie, Marcus Tavernier, Jaidon Anthony y Dango Ouattarra dieron a la delantera opciones de pases en corto para alejar el balón de la presión defensiva rival en la zona central, antes de penetrar con movimientos en sentido contrario (abajo).
Bajo esa disposición en ataque del Bournemouth, los rivales no sabían si seguir a los corredores adelantados o apretar para presionar la salida del balón. Era en esos momentos de dudas cuando la comprimida unidad ofensiva del equip de O'Neil sacaba más provecho.
En las raras ocasiones en las que tuvo más posesión de balón, la línea defensiva del Bournemouth y el mediocampo, con un perfil más conservador esta última línea, hacían circular el balón de lado a lado hasta que se abría un espacio adecuado por el centro. En ese momento, cambiaban el ritmo del ataque, pasando a conectar rápidamente con los movimientos interiores de los jugadores de banda, o directamente con los delanteros. Una vez en zona avanzada, el Bournemouth progresaba con rápidas combinaciones interiores.
Jugar más por dentro
En el Wolverhampton, Gary O'Neil también ha utilizado un 4-4-2, con gran énfasis en asociarse en las zonas interiores y los ataques en las transiciones. Pero, a diferencia de su etapa en el Bournemouth, los jugadores de ataque en los espacios ocupados generalmente por el mediapunta han sido un elemento importante. Así, se ha hecho más hincapié en los pasillos interiores, ya sea a partir de un 3-4-3 o de un 3-4-2-1.
Uno de los puntos fuertes en ataque de los Wolves es la versatilidad que ofrece el trío de ataque. Parte muy estrecho generalmente, en los espacios centrales y en ambos carriles interiores. Los intercambios de posición entre Matheus Cunha, Hwang Hee-chan, Pedro Neto y Pablo Sarabia (abajo) han contribuido a desarbolar a las zagas rivales. Lo mismo hizo la delantera del Bournemouth en la etapa de O'Neil allí. Los Wolves generan un juego en la zona con movimientos más adelantados. También lo hacen con el intercambios de roles y modificaciones posicionales de los atacantes. Estos jugadores también son una amenaza en las transiciones, cuando no se han enfrentado a un bloque compacto o a la línea de fondo rival.
Si comparamos jugadores, los atacantes de los Wolves ofrecen una mayor amenaza en el regate de la que Gary O'Neil pudo disponer en el Bournemouth. Basta con ver las cifras de Cunha y Neto: Figuraron entre los 15 mejores dribladores de toda la liga tras 20 partidos de la temporada 2023/24. Hwang también representa una amenaza en el uno contra uno. Todo esto permite a los Wolves contraatacar mediante conducciones, así como con el tipo de combinaciones de pases ya señaladas en el Bournemouth.
Ante bloques compactos, los dribladores del Wolves pueden ayudar a liberar espacios centrales. Pueden ser utilizados para superar a pivotes rivales que dan cobertura o protección, o en el 1 contra 1 contra ante la zaga rival. Estos regates también ayudan a atraer a los rivales hacia el balón, especialmente en los carriles interiores. A partir de ahí, los desdoblamientos de los carrileros ofrecen amplitud y apoyo en el último tercio de campo. Esto, además de generar superioridades numéricas alrededor de los desequilbrantes mediapuntas de los Wolves.
Los carrileros Nélson Semedo y Hugo Bueno han proporcionados un número significativo de centros de los Wolves, con Neto y Cunha también suministrando envíos que llevan peligro. Con los intercambios de posición en el último tercio entre sus mediapuntas y los carrileros, el equipo de O'Neil ha superado a laterales y centrales rivales. A partir de ahí, han sido capaces de devolver el balón a sus atacantes centrales. En este sentido, podemos señalar que los movimientos de los Wolves son fluidos en campo contrario, en comparación con el Bournemouth de O'Neil.
Bloque 4-4-2
La estructura defensiva del Bournemouth bajo el mando de Gary O'Neil se centraba en gran medida en un bloque compacto en 4-4-2. Un bloque que a menudo defendía durante periodos prolongados en su propio campo. Este bloque medio se centraba en primer lugar en la pareja de delanteros, que cubría y bloqueaba el acceso central a los pivotes rivales. Una vez establecida esta cobertura, los equipos rivales se veían obligados a jugar por los carriles interiores y las zonas anchas. Cuando el Bournemouth atacaba con un 4-2-3-1, el mediapunta se unía a Solanke como segundo jugador de la línea más adelantada en las transiciones defensivas. Un movimiento que funcionó para crear un 4-4-2 sin balón.
Los interiores del Bournemouth solían defender ligeramente escalonados. Uno de ellos saltaba sobre el pivote rival, sobre todo si el contrario penetraba la línea más adelantada. Si el rival hacía circular el balón hacia sus laterales y lo devolvía al interior —una forma habitual de encontrar al pivote cuando se enfrenta a un 4-4-2—, el más alto de los dos centrocampistas centrales del Bournemouth saltaba hacia delante, mientras que el otro cubría el acceso al mediapunta contrario, ayudando a proteger las zonas por delante de los centrales.
El Bournemouth fue un equipo muy efectivo a la hora de hacer vigilancias defensivas y cubrir los pases centrales y las segundas jugadas por dentro. Por ejemplo, los centrocampistas de banda de Gary O'Neil se comprimían para dar más apoyo y forzar el balón hacia afuera. Si el rival hacía un cambio de juego, o construía el juego por fuera, la pareja de laterales y centrocampistas de bandas del Bournemouth intentaba ejercer una doble presión sobre el jugador de banda que recibía el balón. Entonces, el central más cercano hacía la cobertura, y el más profundo de los dos mediocampistas centrales retrocedía hacia los espacios defensivos centrales (abajo).
Con O'Neil, el Bournemouth fue el equipo de la Premier League con más intercepciones en 2022/23. Presionar atrás, doblar la marca y robar el balón delante del receptor. Estos fueron atributos defensivos clave durante la etapa de O'Neil en su paso por el Vitality Stadium.
Presión
Bajo el mando de Gary O'Neil, los Wolves también son un equipo que pasa mucho tiempo defendiendo en su propio campo. Así forman en un bloque organizado sobre un 4-4-2. Pero también hay momentos en los que defiende en campo contrario, es decir, hacia adelante. Mostrando así un poco más de intención de presionar que su equipo del Bournemouth. El 4-4-2 de los Wolves utiliza principios defensivos similares a los del Bournemouth, aunque situados ligeramente más arriba.
El uso de un quinteto defensivo también ha ayudado a los Wolves a formar bloques compactos en su propio campo. El defensa adicional en la zaga ha proporcionado cobertura y apoyo adicionales. Esto ha sido importante porque su equipo actual, al igual que el Bournemouth, ha tenido una media de posesión inferior al 50% en la liga.
Cuando los cinco zagueros del los Wolves pasan a presionar (abajo) desde su bloque inicial, se asemejan a la estructura 4-4-2 vista en el Bournemouth. Aquí, el lateral más cercano al balón salta agresivamente hacia delante, actuando en muchas ocasiones más avanzado del doble pivote cuando es necesario. El resto de la zaga, mientras, guarda el equilibrio, defendiendo brevemente con cuatro atrás para apoyar la presión en el centro del campo.
En ese trabajo defensivo de los Wolves, el mediapunta más alejado del balón entonces se mete por dentro. Parte mucho más retrasado para apoyar al doble pivote. Esto mientras los dos centrocampistas centrales realizan el balance defensivo hacia el lado contrario para ayudar al lateral y proteger el carril interior. Lo que significa que el cambio de juego con intención de avanzar es más difícil para los oponentes. Los mismos se ven obligados a jugar más hacia atrás cuando buscan cambiar el balón de lado.
Los Wolves tienen entonces tiempo para reajustarse. Sus carrileros en particular disponen de tiempo para retroceder o saltar hacia delante, dependiendo del lado del balón en el que se encuentren. El mediapunta más cercano apoya entonces al delantero centro de la primera línea de defensa, formando una dupla que frena el juego central por el centro. Esto es algo similar a lo que O'Neil también puso en práctica con del Bournemouth.
A nivel general, podemos señalar a los equipos del técnico inglés como conjuntos con mucho sacrificio y solidaridad entre todos sus jugadores para conseguir los objetivos en ambas fases del juego. Es decir, grupos en el que lo colectivo prima por encima de lo individual. Todo, sin duda, muy al estilo de Gary O'Neil.
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Redacción: The Coaches' Voice