JÜRGEN KLOPP
Liverpool, 2015-2024
El inmenso impacto de Jürgen Klopp, quien anunció que no seguirá en el Liverpool una vez finalizada la campaña 2023/24, como entrenador Red puede medirse de varias maneras. Los títulos —de manera destacada la primera Premier League en 30 años— han sido abundantes. Hubo muchos partidos memorables, sin olvidar el duelo de vuelta de semifinales de la Champions League 2018/19 contra el Barcelona (explicado, tácticamente, por su ayudante Pep Lijnders, más abajo).
También está su conexión con la mitad roja de Liverpool, siendo galardonado con el Freedom of the City (Libertad de la Ciudad), el más alto honor cívico que otorga la ciudad, siendo apenas el segundo extranjero en recibirlo después de Nelson Mandela.
La base de todo esto, sin duda, ha sido el estilo arrollador con el que han jugado sus equipos en su paso por Anfield.
En su época en el Borussia Dortmund, Jürgen Klopp explicó la diferencia entre su estilo de juego favorito y el de Arsène Wenger: "A él le gusta tener el balón, jugar al fútbol, dar pases. Es como una orquesta. Pero es una canción silenciosa. A mí me gusta más el heavy metal. Siempre a todo volumen".
La etiqueta de "fútbol heavy metal" se le quedó pegada a Klopp, pero ¿qué ha significado en la práctica en Anfield? A continuación, nuestros entrenadores expertos analizan la evolución táctica del Liverpool bajo las órdenes del técnico alemán, recogiendo las características claves de sus equipos entre 2015 y 2024.
Presión tras pérdida
Jürgen Klopp sustituyó a Brendan Rodgers en octubre de 2015, e inmediatamente implementó un estilo similar al que impuso durante su paso por Dortmund. Su etapa en la Bundesliga se había caracterizado por una presión tras perdida agresiva, recuperaciones eficientes y fortaleza en los duelos, todo acompañado de un fútbol decididamente ofensivo.
El Liverpool terminó la temporada del debut de Klopp como el mejor equipo en duelos de la Premier League, tras haber mejorado notablemente la misma estadística durante el paso de Rodgers. También se situó tercero en los duelos defensivos, lo que se convertiría en un elemento clave del estilo de juego inicial de Klopp en Anfield.
Estos exitosos duelos se producían a menudo en los momentos en los que el Liverpool perdía el balón. Naturalmente, esto impedía a los rivales generar contraataques, pero el equipo de Jürgen Klopp también utilizaba estos momentos como una herramienta ofensiva propia.
Los rivales empezaban a abrirse tras la primera recuperación del balón por parte de los de Klopp, con múltiples jugadores Reds desplazándose a nuevas posiciones o espacios. A menudo, el Liverpool recuperaba el balón con rapidez y se colocaba en posición de aprovechar los espacios que iban surgiendo.
El 4-2-3-1 fue el sistema más repetido de Klopp en la campaña 2015/16, antes de pasar a un 4-3-3 en las siguientes temporadas (abajo). La capacidad para imponerse en los duelos de Emre Can, James Milner y Adam Lallana dotó al Liverpool de un centro del campo agresivo y eficaz en la presión tras pérdida en esa primera temporada, algo que se complementaba con la presión en repliegue por Roberto Firmino.
Georginio Wijnaldum (#5, arriba) se incorporó en julio de 2016, procedente del descendido Newcastle United, al tiempo que Jordan Henderson (#14) se afianzaba en el centro del campo. El Liverpool contaba así con dos magníficos interiores en el 4-3-3 de Klopp, que apoyaban la presión tas pérdida de una delantera formada por Firmino (#11), Sadio Mané (#19) y Philippe Coutinho (#10). Es importante destacar que todos estos jugadores también trabajaban incansablemente para cubrir cualquier espacio por delante o entre los cuatro defensas.
Transición en ataque
La llegada de Jürgen Klopp no mejoró inmediatamente la estadística de número de goles encajados, a pesar del acierto de su equipo en los duelos. Lo que sí mejoró significativamente fue la amenaza en las transiciones ofensivas. El Liverpool terminó la 2015/16 como el segundo equipo más goleador en el periodo de 29 partidos de liga en el que Klopp estuvo al mando. Solo ocupaban el 14º puesto en esta estadística antes de su llegada.
El Liverpool promedió alrededor del 60% de posesión en las dos temporadas siguientes, 2016/17 y 2017/18. Pero fueron sus transiciones ofensivas, con Mané, Coutinho y Firmino, las que convirtieron a los Reds en una potencia ofensiva. La llegada de Mo Salah en 2017 incrementó su amenaza en las transiciones. El egipcio marcó 32 goles en la Premier League en su primera temporada. Mientras, la presión tras pérdida del mediocampo seguía a pleno rendimiento, lo que permitía a la peligrosa delantera del Liverpool aprovechar las recuperaciones en campo contrario.
Los movimientos de Firmino descolgándose al mediocampo (ahora #9, arriba) fueron importantes en el ataque del Liverpool. Así conectaba con las carreras en profundidad de Salah (11) por la derecha y Mané (19) por la izquierda. Después de recuperar la posesión en el centro del campo, jugadores como Henderson, Wijnaldum, Milner y Can hacían avanzar el balón hacia la línea de ataque.
El papel de los laterales
Ya para 2018, Jürgen Klopp había guiado al Liverpool a una final de la Champions League y se encontraba bien afianzado en su puesto. En enero fichó a Virgil van Dijk, con Alisson Becker y Fabinho entre los refuerzos que llegaron al verano siguiente.
De cara a la temporada 2018/19, su equipo seguía promediando un 60% de posesión o más, con los laterales Trent Alexander-Arnold y Andy Robertson convertidos en figuras clave. Los dos trabajaban muy arriba, dando al Liverpool una ventaja adicional en sus ataques. Esto complementaba los regates de Salah y Mané, sus inteligentes posicionamientos y sus incursiones hacia dentro sin balón, así como los continuos movimientos de Firmino al mediocampo. Al menos uno de los centrocampistas -normalmente los interiores- solían hacer también atacar desde segunda línea (abajo).
En todas las temporadas entre 2018 y 2023, el Liverpool registró como mínimo la segunda mayor cantidad de centros al área de la Premier League. En ese periodo, Alexander-Arnold y Robertson fueron los que encabezaron ese renglón en el equipo de Jürgen Klopp. Alexander-Arnold ocupó el tercer puesto en asistencias en la Premier League 2018/19, y Robertson el quinto. En la campaña de la conquista del título, fueron segundo y tercero respectivamente, solo por detrás del mediapunta del Manchester City Kevin De Bruyne.
Los frecuentes centros, acciones interiores y pases clave del dúo de laterales encontraron a sus afinados compañeros en la zona central con regularidad. Mientras, los rivales del Liverpool se esforzaban por intentar contener la amenaza desde los flancos. Los envíos de los laterales a balón parado también fueron un elemento valioso del ataque de Klopp.
Contar con un lateral que se desplace hacia adelante es una ventaja ofensiva, pero tener dos en el mismo equipo significaba que los oponentes tenían dificultades para contener a ambos. Cada vez que un rival intentaba presionar o forzar la salida del balón hacia un lado, el lateral situado en el otro extremo disponía de más espacio para proporcionar importantes réditos ofensivos. La pareja de laterales también empezó a combinar directamente entre sí, mediante cambios de juego, mostrando un magnífico abanico de pases por todo el campo.
Esos tres delanteros
Para limitar la amenaza de los laterales del Liverpool, los rivales vigilaban sus avances por las bandas, a menudo con extremos contrarios colocados muy profundos. Además, algunos rivales presionaban y forzaban el juego interior, intentando limitar la participación de los laterales del Liverpool. En esos momentos, la estrecha línea delantera -más comúnmente Salah, Mané y Firmino- demostró sus virtudes. Durante un tiempo fueron probablemente los tres delanteros más eficaces del fútbol mundial.
Individualmente destacaban en acciones de uno contra uno, lo que era ideal para romper un sistema compacto y orientado al jugador. La amenaza del regate de Salah desde la derecha (abajo) y su habilidad para recortar hacia dentro creaban oportunidades de disparo, pero también atraían a los defensas. Esto, a su vez, liberaba a Mané, Firmino, los laterales avanzados y las carreras de cualquier corredor profundo desde el centro del campo.
Firmino se movía a mediocampo para crear una superioridad en el centro del campo, desde donde se combinaba entre líneas e intercambiaba posiciones con Wijnaldum, Henderson, Naby Keïta o Alex Oxlade-Chamberlain, corriendo hacia el otro lado. Fundamentalmente, sus movimientos arrastraban y desbarataban la organización de los centrales rivales, creando espacios para los pases a Salah y Mané.
Mané fue el jugador más directo de este ataque del Liverpool, atacando la espalda del rival (arriba), así como realizando conducciones directas con el balón. En sus acciones, el senegalés se benefició tanto del regate de Salah como de la colocación de Firmino. Cuando estos movimientos o intercambios de posición eran seguidos de cerca, cubiertos o vigilados, los espacios de los laterales quedaban disponibles para Alexander-Arnold y Robertson, que luego habilitaban de todos modos a la línea delantera.
Además de sus cualidades individuales, ese trío atacante también ofrecía combinaciones potentes, a menudo irrefrenables. Eran capaces de encontrarse entre líneas, tanto a través de combinaciones cerradas como cuando atacaban a la contra. Después de los laterales, entre 2018 y 2022, Mané, Salah y Firmino fueron a menudo los que más asistencias dieron al Liverpool.
Intercambios en la zona central
El trabajo por las bandas del Liverpool resultó fructífero gracias al labor de sus laterales. Pero, también, a las carreras exteriores del interior derecho Henderson, que trabajaba bien alrededor de los movimientos hacia dentro de Salah. Con Henderson aportando más amplitud al ataque, Alexander-Arnold ya no buscaba únicamente desdoblarse y centrar cuando el Liverpool tenía la posesión. Como resultado, Alexander-Arnold se metía por dentro, bien convirtiéndose en un interior, o en ocasiones en el segundo pivote, actuando en el papel de lateral invertido. A partir de aquí, el equipo de Jürgen Klopp comenzó a construir en profundidad dentro de su propio campo, con un trío de tres defensas reconvertidos y un doble pivote.
Cuando atacaba más arriba, Alexander-Arnold también destacaba por su variedad de pases. Podía desequilibrar la zaga rival con balones en profundidad, pases hacia la esquina o cambios de juego. Robertson, por la izquierda, seguía siendo mucho más apto para los desdoblamientos, con el atacante de esa zona metiéndose por dentro en consecuencia. Posteriormente, el interior por la izquierda -a menudo Curtis Jones en la temporada 2023/24- proporcionaba desmarques similares por banda a los del lateral derecho (abajo).
Con la marcha de Henderson, Mané y Firmino, todas producidas desde 2022, los ejemplos más recientes de intercambios de posición han incluido a Dominik Szoboszlai, como interior derecho del Liverpool, suministrando el apoyo más amplio alrededor y por delante de Salah. En comparación con Firmino, Darwin Núñez ha proporcionado muchas más carreras centrales a espaldas desde posiciones más altas en el campo. Diogo Jota también se ha mostrado muy penetrante con sus pases y combinaciones, especialmente cuando ha estado posicionado entre líneas.
Jota y Cody Gakpo también han desempeñado la función de único delantero centro. En ocasiones, lo hacen descolgándose en corto para recibir, crear superioridades en el centro del campo y atraer a los centrales rivales. Ambos son más profundos y ofensivos que Firmino, aunque ninguno de los dos iguala la creatividad del jugador brasileño.
Como resultado de sus variadas combinaciones centrales y juego ofensivo, el Liverpool ha reducido sus centros significativamente en la temporada 2023/24. Ahora los envía mucho menos que en cualquier otra temporada desde 2018.
Construcción de juego
Otra evolución reciente en el equipo de Klopp es cómo adaptan y realizan ajustes en la salida con balón, a medida que avanzan a través de los tercios del campo. Dicho esto, siguen combinándolo con transiciones y contragolpes efectivos y presión tras pérdida.
Uniéndose al pivote único -Fabinho en 2022/23, sobre todo Alexis Mac Allister o Wataru Endo en 2023/24-, Alexander-Arnold ha incursionado por dentro a menudo desde el lateral derecho, con el resto de la zaga formando un trío temporal. Se trata de una salida 3-2, o un 4-2 cuando se incorpora Alisson. Esta es una configuración habitual en muchos de los mejores equipos actuales (abajo, con Joe Gómez jugando de lateral izquierdo en ausencia de Robertson por lesión).
El Liverpool ha estado intentando encontrar el equilibrio cuando avanza hacia el campo contrario. Los equipos que juegan de esta manera suelen mantener la estructura 3-2 por detrás del balón. Especialmente, una vez que lo han hecho llegar a la línea delantera. Pero como Robertson sigue teniendo tanta influencia en la fase ofensiva, ha seguido corriendo hacia adelante. Esto deja una configuración 2-2 y menos jugadores para proteger el contraataque.
Incluso sin el lateral izquierdo presionando arriba, un central necesita defender la zona banda derecha en las transiciones. De este modo, los rivales con extremos izquierdos directos y veloces pueden amenazar al Liverpool más que antes.
El principal punto fuerte de este esquema adaptado ha sido situar a Alexander-Arnold en una zona más central e influyente para incidir en la creación. Ha seguido demostrando su excelente capacidad de pase, creando ocasiones al conectar directamente con la línea de ataque.
Naturalmente, sus centros se han reducido. Después de 21 apariciones en la Premier League en la temporada 2023/24, había registrado su menor número de centros por cada 90 minutos desde 2017. Sin embargo, sin la presencia de Firmino descolgándose al mediocampo, y con un Núñez que proporciona movimientos hacia adelante y carreras a espaldas, Klopp encontró un nuevo método para generar superioridades en carril central a través de Alexander-Arnold.
Si bien Jürgen Klopp puede haberse mantenido fiel a su principio de heavy metal durante toda su etapa en el Liverpool, los detalles tácticos en la forma de jugar de su equipo ciertamente han evolucionado. Será fascinante ver cómo su sucesor construye su propio camino sobre esa base.
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