Formación 10 min read

Conceptos tácticos: Vigilancia ofensiva

The Coaches' Voice
Conceptos tácticos: Vigilancia ofensiva
Getty Images
Redacción
The Coaches' Voice
Publicado el
marzo 18 2024

¿Qué es una vigilancia ofensiva?

Cuando un equipo ataca, lanza a varios jugadores hacia delante para buscar construir y finalizar la jugada. Los demás integrantes del equipo proporcionan apoyo alrededor de la acción de juego y por detrás de la línea de pase.

Estos jugadores que se mantienen por detrás de la línea de pase también pueden ayudar a encerrar a los rivales en el último tercio del campo, con un cambio de orientación y, lo que es más importante, deteniendo los contraataques rivales. Cuando el equipo con balón pierde la posesión, estos jugadores más retrasados se centran en controlar los espacios.

Sus acciones, posicionamiento, funciones y responsabilidades constituyen las "vigilancias ofensivas" de un equipo.

Normalmente, los equipos mantienen un equilibrio en sus ataques, es decir, hay cinco jugadores en la ofensiva y cinco por detrás de la línea de pase responsables de la vigilancia ofensiva (abajo). Cuando un equipo es más asertivo, o está especialmente necesitado de marcar un gol, puede pasar a variar su estructura, como, por ejemplo, seis jugadores en ataque y cuatro en la vigilancia ofensiva. Un equipo invierte esta disposición numérica en la ofensiva cuando da prioridad a los momentos en los que pierde la posesión del balón.

¿De dónde procede el término "vigilancia ofensiva"?

Vigilar se define como «observar atentamente una cosa y estar pendiente de ella para que se desarrolle u ocurra como se desea o para seguir su evolución o desarrollo”. En el fútbol, este término supone vigilar a los jugadores más adelantados del equipo rival, para estar preparados ante una posible pérdida.

Cabe señalar que este concepto táctico tiene otras denominaciones en diferentes idiomas. En inglés se conoce como rest defence, ya que es una traducción directa de la frase alemana restverteidigung. Rest se usa en alemán porque se asocia con lo que sobra o queda, a diferencia del posible significado en inglés de relajarse.

¿Cómo pueden los jugadores garantizar una eficaz vigilancia ofensiva?

Antes de que el balón haya cambiado de dueño, los jugadores en posesión deben gestionar sus distancias y su posicionamiento entre sí. El bloque de vigilancia ofensiva tiene que estar lo suficientemente separado como para estirar al rival, romper su estructura defensiva  y ayudar a mover el balón hacia zonas en las que el ataque inicial pueda fluir y seguir llevando peligro. En última instancia, la mejor manera de impedir que el rival contraataque es lograr marca gol desde el ataque inicial.

Sin embargo, en la práctica el fútbol es un deporte de pocos tantos y espaciados entre sí. Por lo tanto, las distancias que maneja el bloque de vigilancia ofensiva deben tener también en cuenta la posibilidad de un contraataque. Cuando el bloque se posiciona más estrecho, como una unidad compacta, es más probable que cierren las peligrosas vías de pase hacia delante, obliguen al rival a jugar hacia atrás y ejecuten una exitosa presión tras pérdida sobre el rival. Sin embargo, pueden lastrar el ataque de su equipo si las distancias entre ellos son demasiado cortas.

Una vez que el bloque ha gestionado adecuadamente las distancias, recuperar el balón es muy importante. Un equipo puede conseguirlo mediante duelos individuales, intercepciones, tacklings o aprovechando balones sueltos o segundas jugadas. Predecir por dónde puede seguir la jugada también puede conducir a una vigilancia ofensiva eficaz, al igual que interpretar la orientación corporal, los movimientos y las cualidades del contrario, y también sostener una comunicación constante.

La comunicación entre los jugadores es clave para la aplicación efectiva de las vigilancias ofensivas. Getty Images

Si un equipo no puede recuperar el balón inmediatamente tras pérdida, el siguiente paso es temporizar el contraataque rival para detener su avance. Cuanto más tiempo tarde el contrario en construir su ataque, más tiempo tendrán los jugadores para replegarse y defender.

Si el bloque de vigilancia ofensiva aplica presión, temporiza y retrasa el juego rival, los compañeros del bloque atacante situados más arriba tienen tiempo para replegarse. A menudo presionarán la espalda del rival. A veces, estos jugadores en repliegue pueden recuperar ellos mismos la posesión y crear un nuevo ataque. Si no es posible recuperar, añadir más jugadores atrás ayuda a formar un bloque defensivo. Lo más habitual es que el bloque de vigilancia ofensiva despliegue un hombre extra, creando una superioridad inmediata frente a los atacantes rivales.

Por lo general, el bloque de vigilancia ofensiva puede dividirse en dos líneas distintas. Lo más habitual es que sea en un dibujo 2-3 (como en el Parma de Enzo Maresca, abajo) o 3-2.  La más alta de las dos líneas es responsable del cierre inmediato de los espacios alrededor del balón, para intentar detener el contraataque en su raíz. Esta línea suele estar formada por centrocampistas de mentalidad defensiva, aunque cada vez es más frecuente la inclusión de al menos un defensa. Deben ejecutar una presión tras pérdida agresiva para batirse en duelo, ejecutar tacklings e interceptar.

Vigilancia ofensiva del Parma de Enzo Maresca

Esa línea también se encarga de hacer demorar el contraataque rival, lo que permite a los compañeros de la parte más alta del campo replegarse y aumentar la presencia defensiva.

Los defensas suelen formar la más profunda de las dos líneas, con algunos equipos haciendo retroceder a uno de los centrocampistas. Esta línea tiene que defender los pases más largos y directos que eluden a los delanteros con más frecuencia. Naturalmente, también tendrán que lidiar más con duelos aéreos. Al mismo tiempo, enfrentar a rivales que intentar fijar, retener el balón y actuar como punto focal arriba para iniciar un contraataque. Estos jugadores también tienen que defender grandes espacios a espaldas, con el apoyo adicional de un portero-líbero siempre que sea posible. Esto debido a que la mayoría de los bloques en vigilancia ofensiva operan desde la línea de mediocampo.

Un número cada vez mayor de equipos son extremadamente agresivos con su vigilancia ofensiva, situando la línea más profunda cada vez más dentro del campo contrario. Esto aumenta la distancia potencial necesaria para dar cobertura en repliegue hacia su propia portería,. Aunque también da a los jugadores de ataque menos espacio para actuar. Este potencialmente permite una mayor presión tras perdida de los jugadores más avanzados.

¿Qué entrenadores y equipos son buenos ejemplos de vigilancia ofensiva?

El Manchester City de Pep Guardiola

Pep Guardiola valora el dominio de la posesión y el territorio. La estructura 3-2 detrás de su línea de cinco delanteros ha formado el bloque de vigilancia ofensiva. Al principio, jugadores como João Cancelo y Oleksandr Zinchenko actuaban como laterales invertidos. Después, Guardiola hizo que John Stones o Manuel Akanji avanzaran desde el centro de la defensa, para unirse al único pivote, Rodri, en la gestión de los espacios inmediatos por detrás del balón.

Vigilancia ofensiva del Manchester City de Pep Guardiola

El Liverpool de Jürgen Klopp

El 4-3-3 de Klopp ha dependido a menudo en gran medida de los avances de los laterales, para crear una importante parte de su juego de ataque. Como resultado de esto, la línea del mediocampo se despliega a menudo en la cobertura por delante de los dos centrales, con Virgil van Dijk como primera opción, y Joël Matip o Ibrahima Konaté a menudo junto al neerlandés. Este dibujo 2-3 se ha basado en jugadores como Jordan Henderson, James Milner, Georginio Wijnaldum, Naby Keïta, y más tarde Wataru Endo y Dominik Szoboszlai, para cubrir el terreno, presionar agresivamente y defender los espacios por delante de la reducida cobertura de la última línea del Liverpool.

Vigilancia ofensiva del Liverpool de Jürgen Klopp

El Arsenal de Mikel Arteta

Al igual que Guardiola, Mikel Arteta ha usado laterales invertidos —más frecuentemente Zinchenko— para potenciar la salida con balón. Sin embargo, hay muchos momentos en los que, al igual que con Klopp, ha utilizado la vigilancia ofensiva 2-3. Al ser los extremos del Arsenal tan dominantes, hombres como Zinchenko, Takehiro Tomiyasu y Ben White se han estrechado  para dar cobertura y protección. Esto debido a que la línea de ataque mantiene la máxima amplitud durante más tiempo.

Vigilancia ofensiva del Arsenal de Mikel Arteta

El Chelsea de Thomas Tuchel

Con el Chelsea, Thomas Tuchel utilizaba una defensa de tres, que pasaba a ser de cinco cuando defendía durante periodos prolongados. Pero cuando atacaba, sus tres centrales mantenían su presencia en la última línea. El dinámico doble pivote —seleccionado entre Jorginho, N'Golo Kanté y Mateo Kovacic— sobresalía a la hora de proteger los espacios por delante. Al mismo tiempo, reconocía cuándo saltar hacia adelante y sumarse a la presión tras pérdida.

Vigilancia ofensiva del Chelsea de Thomas Tuchel

El Brighton de Roberto De Zerbi

En su estilo de juego preferido, Roberto De Zerbi recurre en gran medida a la construcción de la jugada con el doble pivote. El doble pivote, más tres de los cuatro zagueros que dan cobertura, suelen formar su vigilancia ofensiva. Con varias intercambios posicionales durante el juego abierto, la vigilancia ofensiva de De Zerbi variará en términos de personal, pero la estructura 2-3 se mantiene. Su última línea es extremadamente agresiva y busca constantemente penetrar en campo contrario. Rara vez defienden en la línea de medio campo, sino que tratan de presionar metidos en los espacios por delante del círculo central (abajo).

Vigilancia ofensiva del Brighton de Roberto De Zerbi

¿Cuáles son las ventajas de una buena vigilancia ofensiva?

La principal ventaja de una buena vigilancia ofensiva es que detiene los contraataques rivales. Con un posicionamiento inteligente, duelos agresivos y asertivos, presiones, intercepciones y recuperaciones en general, se puede anular el potencial de contraataque del rival. Esto es ideal cuando los contragolpes de un rival concreto son su principal vía de ataque.

Como el fútbol es un juego de ganar los espacios, una vigilancia ofensiva eficaz también ayuda a encerrar al rival en su propio campo durante periodos más largos. Esto ayuda a ganar control territorial del partido. Permitiendo asal equipo atacante dominar y asfixiar al rival durante periodos más largos (así lo explica Jonatan Giráldez en la Clase Magistral con The Coaches' Voice, vídeo abajo). Incluso si el equipo que defiende es especialmente fuerte a la hora de proteger su propia portería, encerrarlo durante periodos sostenidos mediante una vigilancia ofensiva eficaz ayuda a desgastarlo mentalmente, para que pueda caer en eventuales errores y fallos.

A veces, la eficacia de la vigilancia ofensiva puede ayudar significativamente a resolver los momentos decisivos de un partido. Como, por ejemplo, cortar un contraataque con grandes opciones de acabar en gol o romper el dispositivo defensivo del adversario.

Curiosamente, la vigilancia ofensiva de un equipo puede contribuir a marcar goles más tarde. Cuando un equipo defiende en bloque bajo y compacto durante un periodo considerable, sus recuperaciones de balón pueden producirse a veces en los momentos o zonas equivocados. Esto suele deberse a la frustración o a la falta de disciplina defensiva, y especialmente si no han tenido el balón durante un tiempo.

Si la estructura de la vigilancia ofensiva recupera la posesión cuando los jugadores rivales abandonan su rol defensivo en un intento de contraataque, el equipo en transición ofensiva puede explotar, castigar y marcar desde nuevos espacios que no estaban disponibles momentos antes.

Puedes aprender más sobre táctica y el trabajo de los entrenadores en The Coaches’ Voice Formación.